Por: Andreina Flores
Los que me conocen saben bien que no me gusta para nada Donald Trump.
Pero debo reconocer que, con esta foto del puño arriba y la cara ensangrentada, el tipo proyecta una imagen de invencibilidad que lo catapulta directamente a la presidencia. Es el héroe que sobrevive a los villanos, el “marine” que gana batallas y no le tiene miedo a derramar sangre por su patria, el indio blanco con dos rayas rojas de combate en la cara. Es el titán, el semidiós, el “duro de matar”. Quítense del camino, Bruce Willis y Liam Neeson.
Vaya golpe magistral de campaña. Con la oreja mordida por una bala, en medio de la angustia de un atentado, arropado por el Servicio Secreto y con un telón de fondo lleno de gritos, Trump ha tenido la astucia de decir “Wait” a los agentes, levantar el puño y gritar “Fight!” tres veces.
Joder, llévenlo a la Casa Blanca directo.
Además, el timing es perfecto. Esta imagen de gladiador le da la vuelta al mundo mientras en el campo demócrata se multiplican las voces para denunciar que Joe Biden no tiene las capacidades mentales ni físicas para asumir la presidencia. Desde Nancy Pelosi hasta George Clooney han gritado abiertamente que “el emperador está desnudo”, pero Joe insiste en que no, que su traje transparente lo tiene bien puesto. Mientras Trump exhibe sus dos rayas ensangrentadas, Biden no duda en colocarse una L bien grande en la frente. Sí, de LOOSER.
La foto de Trump y su puño “survivor” será adornada con la bandera norteamericana, con el águila calva, con el sombrero del Tío Sam… Será titulada Fight! y se convertirá en el mejor elemento de campaña jamás antes visto.
Y en el mejor trampolín para volver – de un solo tiro – a la Casa Blanca.
