Publicado en: Prodavinci
Por: Mari Montes
“Luis Tiant es el Fred Astaire del beisbol”, Reggie Jackson (Salón de la Fama de Cooperstown).
Por comenzar el campeonato 1971-1972 de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional, la gerencia del Caracas anunció que el lanzador cubano Luis Tiant no sería contratado.
Equivocadamente, en las oficinas de los Leones se pensaba que una lesión había disminuido las capacidades del estelar pitcher, así que se decidió no firmarlo.
Entonces el propietario de los Tiburones de La Guaira, Pedro Padrón Panza, viajó a verlo y después de conversar tomó el riesgo de contratarlo para su equipo.
Tiant aseguró entonces que volvería a lanzar en las Grandes Ligas y que además demostraría a la gerencia de Leones que aún le quedaba beisbol.
Como sabemos, el lanzador cubano cumplió sus dos advertencias.
El domingo 14 de noviembre de 1971, ante un Estadio Universitario que albergó 25 mil aficionados, Luis Tiant, vistiendo el uniforme de los Tiburones de La Guaira, lanzó el cuarto juego sin hits ni carreras del registro de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional, ante su ex equipo y afición, para darle a los escualos una de las mejores tardes y anécdotas de su historia.
Todavía el serpentinero cubano recuerda ese juego como uno de los que más disfrutó en toda su carrera, trayectoria que comenzó con los Leones de La Habana, siguió con los Tigres de Ciudad de México, los Cardenales de Lara, equipo con el cual debutó en Venezuela en la desaparecida Liga Occidental en 1963. Ese mismo año estuvo en el Industriales de Valencia que dirigía el también cubano Regino Otero. El 15 de diciembre, en aquella su primera campaña en el beisbol vernáculo, le dio nueve arepas a los Leones y sólo les permitió tres hits. Fue la primera vez que sometió a los melenudos. Llegó a las Grandes Ligas con los Indios de Cleveland en 1964.
Para la temporada 1966-1967 fue contratado por los Leones. Por 3 inolvidables campañas estuvo Luis Tiant con los melenudos, hasta la decisión de Oscar “Negro” Prieto de no firmarlo después de la lesión.
Aquella mágica tarde del 14 de noviembre, en menos de 2 horas, exactamente 1 hora con 58 minutos, Luis Tiant, el pitcher que daba la espalda a los bateadores antes de lanzar la pelota, concretó su dulce venganza con 102 envíos.
Cuentan los que recuerdan ese duelo, que el cubano sacó el repertorio, mejor dicho, el arsenal, que consistía en una bala que podía mover por todo el plato con consistencia y control. Dicen que su recta equivalía a por lo menos 3 pitcheos que iban alrededor de las 93 millas por hora, sabía alternarla con un cambio regular pero desconcertante, y variaciones de la curva, para evitar buenas conexiones.
Imborrable el gesto hacia la cueva melenuda, pasando su mano a la altura del cuello, advirtiéndoles con el índice: «¡Están liquidados!»
¿Los innings más emocionantes? Cada vez que dominó a César Tovar, «Vitico» Davalillo, Bobby Valentine, Larry Howard y Bill Russell, es lo que recuerda de los más peligrosos de la alineación.
El momento cumbre, por supuesto, el inning 9, Alberto Cambero salió a batear de emergente por el abridor Barry Lersch y fue puesto out con fly al jardín izquierdo. César Tovar conectó una contundente línea que dio en el guante de Tiant, la bola quedó cerquita y el cubano corrió, agarró la pelota y tiró con tiempo a primera. El último hombre fuera fue Víctor Davalillo, controlado cómodamente con rolling por la inicial que defendía Oswaldo Blanco.
En el box score, a cargo de Duillio DiGiácomo, quedó constancia de que los Tiburones anotaron 3 carreras, Robert Marcano disparó HR solitario, Lou Piniella conectó doble y remolcó una carrera con elevado de sacrificio y sumó otra Oswaldo Blanco.
El de Marianao también cumplió su promesa de regresar a las Grandes Ligas y su historia con los Medias Rojas es tan emocionante como aquella Serie Mundial contra la Maquinaria Roja de Cincinnati de 1975, a quienes les ganó dos duelos, de él no quedó aquella maldición que debió esperar 29 años más para terminarse.
En Boston es un ídolo, la ciudad lo adora y él ahí se siente en casa. Está bien resumida esa relación en la frase del manager Darrell Johnson: “Si un hombre me pone un pistola en la cabeza y me dice que va a halar el gatillo si pierdo, quiero que Luis Tiant lance ese juego”.
Hace 22 años, cuando la Liga Venezolana de Beisbol Profesional celebró su 50 aniversario, el organizador de la celebración, Rubén Mijares, invitó a las leyendas que pasaron por nuestra pelota y tuve el privilegio de entrevistarlo, con una gran sonrisa me dijo que ese ha sido uno de los juegos más especiales en su espectacular carrera, Tiant, el mismo que estuvo en una de las Series Mundiales más recordadas de todos los tiempos y vivió momentos inolvidables con los Medias Rojas.
Disfruta al contar la anécdota, casi tanto como el propio juego. Lo revive y lo saborea como esos manjares que se quedan en la memoria del paladar.
“Ante aquel estadio repleto, los hice lucir mal, el beisbol y Dios tienen eso, al que hace cosas malas, tarde o temprano los agarran”. Sus palabras sonaron como otra advertencia.
Para los guairistas, el 14 de noviembre siempre es un gran día, ese que conmemora aquel juego sin hits ni carreras, que tuvo como escenario el Estadio Universitario de Caracas y como víctimas a unos Leones que quedaron trasquilados.