Por: Jean Maninat
Es tal el vértigo informativo, la cantidad de pamplinas que se publican en las redes y fuera de ellas, el número de influenciados que se deja con gusto influenciar, que cualquier noticia, por extravagante que sea, por disparatada que suene, pasa los filtros de la sensatez, de la mínima suspicacia autoprotectora del entendimiento y es abrazada como verdad evidente. Otrora, cuando las Smith-Corona y las Royal reinaban en las salas de redacción, corría la ocurrencia de que la verdadera noticia era si el amo mordía al perro y no el perro al amo. Hoy la noticia es que los inmigrantes se comen a los perros y no que los perros muerden a los inmigrantes, y los crédulos de necesidad lo asumen fervientemente y lo diseminan militantemente. ¿Asere, tú has visto perros satos en Little Haiti?
Recientemente, el Comité de la ONU para la Desaparición Forzada presentó un informe sobre Colombia donde afirmaba que habrían 20.000 cadáveres sin identificar en un hangar del aeropuerto El Dorado en Bogotá. A ver, estamos hablando de 20.000 cadáveres, digamos que forrados con sus respectivas bolsas de plástico, o en unas urnas de cartón corrugado (cuesta creer que los hayan amontonado aquí y allá así nomás vestidos como se fueron de este mundo) pasando desapercibidos. En fin, olvidemos la etiqueta mortuoria, y visualicemos 20.000 cuerpos -uno en cada asiento del Estadio Universitario de Caracas- sin ninguna condición de mantenimiento, corrompiéndose en el calor, emanando gases y humores de peste bíblica. El sueño de George A. Romero y sus muertos vivientes.
Los medios recogieron la información y se regó como ceniza al aire, nadie se preguntó cómo era posible tamaña desmesura, ni los integrantes del Comité de la ONU que la dejó pasar en su informe, ni los jefes de redacción que la divulgaron. No hubo un solo sabueso periodístico, no digamos un Gay Talese en ciernes, siquiera un reportero fastidiado con ganas de tomar aire y salir a buscar de hangar en hangar los 20.000 cadáveres, mandarse una copa en el camino y reventar la historia antes de ser publicada. En la actualidad los miembros del Comité argumentan que advirtieron a las autoridades colombianas de la información y las autoridades que nones, que nadie les dijo nada. Mientras tanto la noticia ya se asentó y los 20.000 cadáveres pasarán a ser parte de la leyenda urbana. ¿Chamo, viste lo de los 60.000 muertitos que encontraron enterrados en la Capilla Sixtina?
(La Junta de Redacción de esta columna no ha querido quedarse atrás y ha decidido, por minoría unánime, presentar una información exclusiva que sacudirá la carrera espacial).
Encuentran cacharro abandonado en la luna.
Según informa la empresa de exploración espacial privada Weatherman Space Alert, una de sus naves exploratorias autotripuladas habría detectado en la cara oscura de la luna los restos de un automóvil Ford Modelo T en precarias condiciones, pero plenamente identificable.
De acuerdo a los expertos consultados, el hallazgo demostraría que el visionario constructor de automóviles Henry Ford se habría adelantado en algo más de un siglo a Elon Musk y Jared Isaacman en la carrera espacial privada por llegar a la luna. Ambos magnates han declinado comentar la noticia.
El Gobierno chino, por su parte, ha denunciado una competencia desleal de los Estados Unidos desde ultratumba y amenaza con represalias comerciales. La Casablanca aclara que el coche en cuestión nunca perteneció al presidente saliente.
“Un cacharro abandonado en la luna amenaza con desatar una guerra comercio-espacial de consecuencias inestimables, que no estamos dispuestos a perder”, declaró el senador por Florida, Robert, Papo, Menéndez”.
(Noticia en pleno desarrollo).