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2. Napoleón Bonaparte comentaba que muchas batallas ganó estando perdido porque desoía el consejo de su Estado Mayor de de ordenar retirada porque la derrota era inminente y esperaba el último minuto para hacerlo y en ese momento quien se le adelantaba era el enemigo y obtenía la victoria con los restos de su derrota en potencia. De encomiarla y exagerarla se encargaban sus epígonos. Pareciera que cuando desatendió tal intuición en la batalla de Waterloo, sufrió la peor de sus derrotas» … Lo verdaderamente sorprendente fue que la victoria en Waterloo fue lograda a duras penas por parte de la coalición de británicos y prusianos. Colo lo comentó el Duque de Wellington, Jefe de las tropas británicas, una vez que se produjo la derrota militar francesa. La batalla de Waterloo se decidió por escaso margen y las cosas hubiesen podido marchar con facilidad de otra manera. Todo lo cual sugiere que la mera presencia personal de Napoleón en el campo de batalla proporcionaba un estímulo intangible pero muy poderoso a los contingentes franceses (omissis)… Watterloo: 200 años. Aníbal Romero, El Nacional, 17 de junio de 2015. La inextricable implosión (la peor de las derrotas) de la llamada oposición ha dejado en la orfandad a la gente. En pocas ocasiones han tenido la paciencia del buen guerrero. En su última batalla no supieron esperar y ni siquiera fue necesaria otra porque se derrotaron «motu propio». Decía Napoleón que «la victoria pertenece al más perseverante». Esta situación ha provocado la más preocupante disolución y dispersión de quienes combatieron frontal y valientemente al monipodio que nos desgobierna. Quedaron sin conductores ni guias para sus siguientes batallas. Comentaba el poeta griego Publio Virgilio Marón que «La única esperanza para los vencidos es no esperar ninguna». Entonces, podremos entender y justificar que en estos momentos la opción más obvia para los decepcionados derrotados, sin esperanza inmediata, es el éxodo masivo que estamos viendo para beneficio de los planes infernales del monipodio que nos azota. Desde cuando se apoderaron del gobierno de la República han manejado mejor la táctica de la paciencia, per fas et nefas, por suerte o el azar de las diversas circunstancias que afrontaron, con el resultado de que nadie ha logrado expulsarlos del poder y sin nunca perder tiempo útil han continuado tesoneramente imponiendo su aporofilia diabólica del MISERIALISMO DEL SIGLO XXI..

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