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Los náufragos de Redonda te recordamos – Karina Sainz Borgo

Larga vida a la obra de Javier Marías

Publicado en: ABC

Por: Karina Sainz Borgo

Tres años ya. El 11 de septiembre de 2022 murió el escritor Javier Marías, el más universal de su tiempo. Tanto entonces como hoy, dan ganas de presentarse a las puertas del cielo, sí es que existe, para aporrear sus tablones y exigir una respuesta. No habrá nueva novela suya, no la habrá. Quienes crecimos vertebrados por su prosa compartimos hoy una orfandad.

Era muy pronto para despedirlo. Lo pensé hace tres años y lo pienso hoy, este 2025, en un mundo al que encuentro más vulgar desde que él ya no escribe.
La obra del escritor Javier Marías (Madrid, 1951) está publicada en más de cincuenta países y ha sido traducida a más de 40 idiomas, incluido el sueco: su editorial en Suecia es Bonniers, la más antigua y prestigiosa, creada en 1837 por Albert Bonnier: Licenciado en Filología Inglesa por la Universidad Complutense de Madrid, Javier Marías fue profesor de Literatura Española en la Universidad británica de Oxford, de literatura y traducción en el estadounidense Wellesley College de Massachusetts y de Teoría de la Traducción en la Universidad Complutense de Madrid.

De los escritores en español, Javier Marías es el eterno rey de Redonda, aquel territorio hasta el que aún nadan sus lectores buscando la verdad estética. Javier Marías encarna todo aquello que sostiene la literatura. Virtuoso en su escritura, polémico en sus opiniones y desdeñoso con el poder, Javier Marías dejó a su paso un perfume aristocrático que irritó e irrita a más de uno. Aceptó un premio Nacional, en 1979, por su traducción de Tristram Shandy. A partir de ahí los rechazó todos. A Javier Marías no le gustaban los salones oficiales. Desde hace muchos años no aceptó ninguna invitación de los Institutos Cervantes, ni siquiera de las universidades públicas o la mismísima Radio Televisión Española. Lo que para unos fue displicencia se trata de honestidad y coherencia. Por eso el Nobel le fue esquivo. Porque jamás quiso ser parte de su corte. Su reino está muy por encima.

La obra de Javier Marías sorbe el hueso esencial. Marías, como Nabokov, repasa la zanja de lo vivido. Hace ya unos seis años, en compañía de la fotógrafa Victoria Iglesias, que consiguió arrancar una sonrisa de su rostro y una fotografía excepcional, lo escuché decir que la vida es aquello «que pasó o nos hicieron». Aquella frase retrata su genio total y profundo. Si para el resto de los escritores Shakespeare ha sido un autor disuasorio, para Javier Marías fue y es una fuente de agua.
Dan cuenta de ello su Mañana en la batalla piensa en mí, en el que Marías revisita al Ricardo III del dramaturgo, pero sobre todo en su ‘Corazón tan blanco, la novela que lo consagró en Europa hace más de 25 años. Tenía 40 años y seis novelas publicadas cuando irrumpió con esa obra que depuró los temas esenciales de su literatura: el secreto, la memoria y la reconstrucción de aquello que fue. Tres años ya de su muerte. Larga vida a su obra.

 

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