El Premio Nobel de la Paz dio un impulso a la lucha de Machado. También la pone bajo la lupa - Anatoly Kurmanaev

El Premio Nobel de la Paz dio un impulso a la lucha de Machado. También la pone bajo la lupa – Anatoly Kurmanaev

El premio Nobel ha reavivado el movimiento de María Corina Machado. Pero también puso de relieve los retos a los que se enfrenta la líder de la oposición para satisfacer las expectativas de los venezolanos deseosos de un cambio político.

Publicado en: The New York Times

Por: Anatoly Kurmanaev

El premio Nobel ha reavivado el movimiento de María Corina Machado. Pero también puso de relieve los retos a los que se enfrenta la líder de la oposición para satisfacer las expectativas de los venezolanos deseosos de un cambio político.

El año pasado, María Corina Machado, líder de la oposición venezolana, se vio obligada por el autócrata del país a esconderse después de que este robara unas elecciones presidenciales que había ganado el movimiento de Machado.

Ahora, Machado es la ganadora del Premio Nobel de la Paz, buques de guerra estadounidenses flotan cerca de la costa venezolana y Estados Unidos califica al presidente Nicolás Maduro de “narcoterrorista” y prófugo de la justicia estadounidense.

El premio Nobel ha impulsado el movimiento de Machado. Pero también ha puesto de relieve los retos a los que se enfrenta la líder de la oposición para satisfacer las expectativas de los venezolanos deseosos de un cambio político, al tiempo que ha centrado el escrutinio en sus tácticas de línea dura.

El Comité Noruego del Nobel destacó la labor de Machado para lograr una “transición pacífica” a la democracia. Sin embargo, sus esfuerzos por derrocar a Maduro han incluido llamamientos a una insurrección militar y un apoyo incondicional a los ataques militares del presidente Donald Trump contra barcos en el Caribe que, según él, trafican con drogas.

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Un mural del presidente Nicolás Maduro en Caracas.
Cortesía: The New York Times

“No puedes negociar con debilidad frente a una estructura criminal narcoterrorista”, dijo Machado a Fox Noticias este mes, refiriéndose a la presión militar de Trump. “El camino a la paz es la libertad, y para que exista libertad tiene que existir fuerza”.

El alcance del mandato de Machado de apoyar medios violentos para alcanzar fines democráticos ha desencadenado debates en internet cada vez más virulentos dentro de Venezuela y entre la diáspora.

Sus partidarios afirman que la arrolladora victoria electoral de su movimiento el año pasado y el Premio Nobel de la Paz validan su estrategia política.

“Si alguien tenía dudas sobre la estrategia, la concesión del Nobel a María Corina ratifica que vamos por el buen camino”, dijo el representante de Machado en una respuesta escrita a unas preguntas. No quiso dar su nombre por temor a represalias del gobierno.

Ha sido difícil evaluar los méritos de la afirmación del representante porque la represión y la profunda polarización han obligado a los encuestadores venezolanos independientes a dejar de publicar encuestas o hacer declaraciones públicas.

The New York Times ha obtenido datos de tres encuestas no publicadas realizadas por separado en agosto o septiembre por tres empresas de sondeos con sede en Venezuela y con un historial de independencia. Estas encuestas muestran que Machado sigue siendo la política más popular en Venezuela.

Dos de las encuestas muestran que, una vez considerados todos los factores, más venezolanos apoyan su liderazgo que los que lo rechazan. Se ha ganado la admiración general por su valentía personal y la coherencia de sus convicciones políticas, que combinan un apoyo firme a las libertades personales con el conservadurismo social y el liberalismo económico. Ha mantenido esas posiciones desde que se convirtió en activista política a principios de la década de 2000.

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La sede de Vente, el partido de Machado, fue objeto de vandalismo el año pasado en Caracas.
Cortesía: The New York Times

Según los encuestadores, la aversión de Machado a las alianzas políticas, el férreo control de su movimiento y su inequívoco rechazo a las negociaciones con el gobierno le han permitido evitar los escándalos de corrupción y las deserciones que han desacreditado a abanderados anteriores de la oposición venezolana.

Estos mismos atributos, sin embargo, la han expuesto a críticas de sectarismo y dogmatismo.

“El diálogo, el entendimiento mutuo y las negociaciones son tres palabras que faltan en su vocabulario”, dijo Vladimir Villegas, destacado periodista venezolano y ex alto funcionario, quien rompió con Maduro pero ha sido crítico con Machado. “Y todos los conflictos terminan en negociaciones”.

El apoyo a Machado alcanzó su punto álgido el verano pasado, cuando organizó una campaña electoral de base en todo el país para desafiar con éxito a Maduro en una votación presidencial.

Maduro hizo caso omiso de los resultados, se declaró vencedor y aplastó las protestas que lo desafiaban. Desde entonces, la incapacidad de Machado para contrarrestar el impacto del gobierno autoritario de Maduro ha erosionado lentamente la fe en su movimiento, según muestran las encuestas.

Según una encuesta, alrededor del 20 por ciento de los venezolanos dijo en septiembre que Machado podría lograr el cambio político, frente a más del 50 por ciento en el momento de las elecciones, en julio de 2024. La misma encuesta mostró que alrededor del 50 por ciento veía a Machado de forma positiva como política, frente al 60 por ciento de julio de 2024.

El índice de aprobación de Maduro en la encuesta se situaba en el 18 por ciento el mes pasado.

El encuestador compartió estos resultados con el Times bajo condición de anonimato, con el argumento de temor a la represión gubernamental. Sus conclusiones coinciden con los resultados de otra encuesta a la que tuvo acceso el Times.

Para mantener la presión sobre el gobierno, Machado recurrió a la comunidad internacional en busca de apoyo. Encontró a su aliado más poderoso en Trump, cuyo gobierno había nombrado al de Maduro como cártel de la droga que amenaza la seguridad de Estados Unidos. Los funcionarios estadounidenses han dejado claro, en privado, que el objetivo final es expulsar a Maduro del poder.

La alianza de María Corina Machado con Trump le ha proporcionado una potente arma política, pero también la vincula a políticas que han dividido a los venezolanos y han resultado infructuosas en el pasado.

Machado ha permanecido en gran medida callada después de que el gobierno de Trump cancelara el estatus de protección temporal para cientos de miles de migrantes venezolanos y comenzara a detener y deportar a muchos de ellos. También ha apoyado la decisión de Trump de enviar a 250 migrantes venezolanos a una prisión de máxima seguridad en El Salvador sin el debido proceso, acusándolos, con escasas pruebas, de ser miembros de una banda transnacional.

Ha respaldado el endurecimiento de las sanciones económicas contra Venezuela, lo que ha reducido el acceso del gobierno a las divisas fuertes, pero también ha recortado el poder adquisitivo de la mayoría de los venezolanos y ha hecho que se dispare la inflación.

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Un mercado en Caracas este mes. Las sanciones han contribuido a impulsar una inflación de tres dígitos en Venezuela.
Cortesía: The New York Times

Y más recientemente, Machado ha aplaudido la medida del gobierno de Trump de enviar buques de guerra al Caribe y matar al menos a 27 personas que, según dijo, traficaban con drogas frente a las costas de Venezuela, sin aportar pruebas de delitos. Muchos expertos afirman que los asesinatos equivalen a ejecuciones extrajudiciales.

El gobierno de Trump ha aumentado la presión sobre Maduro esta semana al autorizar en secreto a la CIA llevar a cabo operaciones encubiertas en Venezuela, según funcionarios estadounidenses. El miércoles, Trump dijo que Estados Unidos estaba sopesando llevar a cabo ataques dentro del país.

Los sondeos independientes muestran que la mayoría de los venezolanos rechazan la intervención armada. Una encuesta de septiembre mostró que alrededor del 30 por ciento de los encuestados apoyaba el uso de la violencia por parte de un ejército extranjero para lograr un cambio político.

Los venezolanos que apoyan esta vía dicen que no ven otra opción.

“Estoy totalmente de acuerdo con los buques aquí cerca de las costas del Caribe, porque de verdad ¿qué más?”, dijo José, un caraqueño de 52 años, en una entrevista reciente. “Tenemos más de 25 años” en este gobierno, añadió. El Times oculta su apellido y los de otras personas entrevistadas para este artículo por su seguridad.

El gobierno ha explotado el amplio temor a la violencia, presentándose como garante de la estabilidad y la paz frente a lo que pinta como caos y anarquía que seguirían a la asunción del poder por parte de Machado. En privado, funcionarios del gobierno dijeron que consideran que el apoyo de Machado a las medidas violentas, como los ataques letales contra presuntos narcotraficantes, es su mejor esperanza de marginarla políticamente.

La decisión de Machado de no enfocarse en las deportaciones de venezolanos de Estados Unidos ha alienado a algunos de los familiares de estos migrantes en Venezuela, entre ellos personas que han apoyado su campaña electoral.

Hace un año, la migración era el núcleo de la estrategia electoral ganadora de Machado. Ella prometió a los votantes que su movimiento reuniría a millones de familias venezolanas separadas debido al éxodo provocado por las desastrosas políticas económicas de Maduro. El mensaje dio un impulso a la nación y empujó a Machado desde los márgenes de la política venezolana hasta convertirse en la figura dominante de la oposición.

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Muchos de los migrantes que viajan desde 2021 a través del Tapón del Darién, entre Colombia y Panamá, son venezolanos.
Cortesía: The New York Times

“A mi me emocionaba cuando hablaba del regreso de todos los venezolanos, de todos los que migraron, los que se tuvieron que ir”, dijo Josefina, una activista que participó en la campaña electoral de Machado el año pasado. “Desde que está de la mano con Trump, ese mensaje como que lo borró. Eso me ha molestado y hasta me ha dolido”.

Un destacado encuestador dijo que sus grupos de discusión mostraban que muchos dentro de Venezuela han aceptado el argumento del gobierno de Trump de que la mayoría de los deportados son delincuentes que no merecen la simpatía de la comunidad. (Estados Unidos deportó a unos 15.000 venezolanos de vuelta a Venezuela este año).

En general, las políticas de línea dura apoyadas por Machado no han logrado desalojar a gobiernos autoritarios en otros periodos de la historia moderna de Venezuela, dijo Laura Gamboa, experta en democracia de la Universidad de Notre Dame, en Indiana. Añadió que las intervenciones militares rara vez han creado una democracia sostenida en otros países.

“Están confiando en una estrategia que probablemente hará que el régimen se repliegue aún más”, dijo en una entrevista telefónica, refiriéndose al movimiento de Machado.

Machado ha dicho que los intentos anteriores de otras facciones de la oposición de negociar con Maduro también han fracasado. Esas conversaciones solo han servido para fortalecer su gobierno, dijo.

 

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