¿A quién beneficia la violencia?

[vc_separator] [mp3t play=»Play» track=»a-quien-beneficia-la-violencia@CMR-Web-Editorial-06-Marzo.mp3″] [vc_separator]

Cuando a Elías Jaua, sustituyendo al Presidente de la República, le tocó  dar el discurso por la rendición de memoria y cuenta del Ejecutivo ante la Asamblea Nacional, saludó al Presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello como su hermano, su camarada, compañero de luchas, compañero en la lealtad a Hugo Chávez.  Eso lo dijo, cómo si estuviese en duda que ambos le son leales. El problema para muchos, es si son leales entre sí. Si es “uno” leal al  “otro”.

Recuerdo que Diosdado Cabello luego declaró que les daba piquiña que Jaua mostrase tal grado de camaradería con él, para evidenciar que no estaban peleados, que entre ellos no habían diferencias. Teodoro Petkoff advirtió que si  se refería a piquiña, eso era con alguien dentro del PSUV, porque a la oposición ni le va ni le viene lo que ocurra entre el señor Jaua o el señor Cabello. Pero no deja de tener importancia las diferencias que hay entre ellos.

Hoy  El Nacional nos trae una prueba de estas diferencias:

En su gran titular de primera página, con relación a los hechos de violencia ocurridos el pasado domingo en Cotiza, El Nacional citando al Vicepresidente, publica: “Jaua pidió a los chavistas fomentar tolerancia y respeto”.

Mientras Cabello actúa de una manera radicalmente contraria como lo refiere el diario: Diosdado Cabello apoyó la investigación que va a iniciar la fiscalía, pero advierte que no dejará solos a los militantes: “Ellos hacían su trabajo mientras factores de la derecha actuaban como el 27F”.

Esta declaración es muy, muy importante por lo grave. En primer lugar, reconoce que sí eran militantes del PSUV los individuos armados que salieron al ataque de la marcha opositora en Cotiza. Pero además advierte: “Ellos hacían su trabajo”. Es decir,  según Cabello el trabajo de los militantes del PSUV es el malandraje, es la violencia.

 “Quieren montar un Puente Llaguno”,  le cita el Diario 2001. El primer vicepresidente del PSUV, Diosdado Cabello aseguró que “habitantes de Cotiza fueron agredidos por escoltas y dirigentes”.

Quiere decir que el dirigente estudiantil Ismael García de la Escuela de Medicina Vargas de la Universidad Central ¿Agredió primero, pero en la agresión resultó herido de bala? ¿Qué quiere decir Cabello, que Ismael García se disparó así mismo?
Con un agravante mas, recordemos que Ismael García hijo, estaba cerca del candidato y se ha insistido en que el blanco final era el candidato.

También lo citan  en la primera página del Diario VEA: “La derecha montó un show en la caminata de Capriles”. Así es como habla el señor Diosdado Cabello en una actitud realmente provocadora.
Para no quedar atrás el Ministro Tarek El Aissami, hace de comparsa y sencillamente se limita a decir que lo que ocurrió en Cotiza fue una “payasada”. Además de haber calificado de ilegal la marcha de la oposición. Ilegal porque aparentemente no pidieron permiso.

Armando Briquet  es citado en  el diario 2001 afirmando que “recorrer el país no es delito” y también en la primera página de El Universal, cuando señala que “lo que realmente aterró en Cotiza es que no acudió ni un policía”.

Allí es donde sería importante que el señor El Aissami lejos de calificar de payasada lo que ocurrió, contestase:
¿Por qué no hubo autoridad allí? ¿Por qué no hubo fuerzas del orden en ese momento? ¿Por qué no acudió la policía?

El Editorial de Teodoro Petkoff en Tal Cual en la mañana de hoy, subraya algo importante:
Cualquiera que sea la explicación, las posteriores declaraciones que dieran Elías Jaua, Izarra y El Aissami son la demostración de que la agresión no fue un acto espontáneo, atribuible a bandas descontroladas. Todo lo contrario, fue un acto que muy probablemente fue ordenado desde la cúpula del PSUV

Diosdado Cabello dice: “Ellos estaban haciendo su trabajo” y ¿quién los ordenó hacer ese trabajo de ir con pistolas a  suspender una marcha? ¿Usted, señor Cabello?.

Sigamos leyendo el editorial de Tal Cual:

Esto lleva a preguntarse si esta va a ser la tónica que el chavismo piensa imprimirle a la campaña, en el empeño no sólo de agredir e intimidar sino de arrastrar a la oposición al mismo camino de violencia. Si fuere así, es evidente que tal perspectiva emplaza a la dirigencia pesuvista, comenzando por Chávez. Porque una campaña signada por la violencia, en circunstancias en que la derrota del continuismo es bastante probable, está preparando el terreno para un desconocimiento de la derrota de Chávez y ahí sí es verdad que puede arder Troya.

¿A qué le está apostando el oficialismo? ¿ A qué le está apostando puntualmente Diosdado Cabello que vista la circunstancias se ha desmarcado del señor Elías Jaua?

Dios quiera que no sea lo que usted y yo en este momento estamos sospechando.