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Desde los antiguos tiempos helénicos, en aquella Grecia de la mitología, la cultura, el nacimiento de la filosofía y de todas las bellas artes, surge la figura del hermafrodita. Y fíjense que cuando digo hermafrodita utilizo en nuestro castellano el artículo masculino, el hermafrodita. Se suponía que el hermafrodita era esa figura masculina, tan ambigua, tan bella, que pasaba por mujer o que podía ser mujer. En algunos casos se hablaba de ambos sexos a la vez y es una figura muy destacada en toda la cosmogonía helénica, y luego, en su propia mitología. Es un personaje que persiste luego en Roma y hay otras culturas, inclusive previas, que manejaron la figura. Ahora, ¿por qué siempre cuando se busca ese personaje ambiguo, mixto, se piensa en un hombre que se vuelve mujer o en un hombre tan bello, tan frágil, tan delicado, que se puede ver como una mujer? ¿Por qué jamás se ha pensado, exactamente, en la contraria en el revés? Eso es, precisamente, lo que ocurre, y no es mitología, en la actualidad con Tamy Glauser. ¿Quién es Tamy Glauser?
Leo esta nota tomada de la BBC:
Hasta el año pasado nadie conocía a Tamy Glauser en el universo muy cerrado de la moda. Esta joven de 28 años empezó su carrera de modelo con una edad avanzada y también con una particularidad: con su cabeza rapada y su cara andrógina, puede modelar para ambos sexos.
¿Será hombre o mujer? Al ver a Tamy Glauser por primera vez muchos se hacen la pregunta. Con su 1,80 metros de altura y su figura longilínea, Glauser puede inducir a error a cualquier persona que no se haya fijado en sus senos o su voz suave.
No es raro, relata la modelo suiza, que la traten de «monsieur» en las calles o los cafés de la capital francesa, donde reside. Muchas veces, incluso, cuando usa los baños públicos algunas mujeres le explican que se encuentra en el baño equivocado.
Sin embargo, en el universo de la moda esta ambigüedad puede presentar ventajas.
Glauser puede trabajar como modelo para hombres y mujeres. Y ya lo ha hecho al desfilar en París para diseñadores tan famosos como Jean-Paul Gaultier o Givenchy.
«Siempre fue mi idea. No salgo mucho de compras, pero cuando lo hago, siempre voy a la sección de ropa masculina. Me gusta la vestimenta que puedo conseguir ahí. Además, sé que ninguna otra chica va a vestir la misma ropa», explica Glauser.
Para muchas colegas, modelar en medio de hombres podría ser un desafío, pero la joven suiza no lo ve como un obstáculo. Al contrario, se siente cómoda vistiendo ropa masculina y estando rodeada de chicos. «Al final del día, me siento como una de ellos», comenta.
Sin embargo, también le interesa el trabajo de modelo femenina. «Llego a vestir ropa que nunca usaría, pero que de igual manera es increíble», dice ella.
El aspecto peculiar de Glauser puede ser una ventaja, pero elegirla a ella fue una apuesta para su agencia.
«Tiene un estilo muy especial que puede desentonar en el mundo de la moda y que hay que poder asumir. Es como una marca que no les conviene a todos», dice Steeven Kanoo, director de la división de mujeres de la agencia Ford Models Europe, basada en París.
La imagen de Glauser es el resultado de un camino de vida y de sus diferentes experiencias. Cuando era más joven y vivía en Suiza, la modelo tenía el cabello largo. Su aspecto fue cambiando cuando vivía en Nueva York. Hace cinco años, durante unas vacaciones en Hawái, decidió raparse la cabeza y nunca más volvió a dejar crecer su cabello.
Hace un año Glauser no imaginaba las sorpresas que le esperaban. En ese entonces vivía en Alemania, donde estudiaba. Su vida cambió cuando la agencia de su madre, que también fue modelo, mandó sus fotografías a la agencia Ford de París.
«Cuando recibimos las fotos pensé que esa chica tenía algo», dice Steeven Kanoo. «Lo que quería saber era si también tenía la elegancia que se busca en los modelos femeninos. Y sí, tiene un cuerpo muy bonito».
A pesar de su estilo masculino, Glauser sigue siendo mujer. Afirma que lo que más le gusta de su cuerpo son sus labios y sus senos. En cambio, dice que no le agradan sus hombros de ex nadadora, un poco más anchos que los de las otras chicas, uno de los atributos que le permiten modelar para hombres.
Kanoo, que la conoce muy bien, lo aclara todo: «Al fin y al cabo es una chica con carácter de mujer, sensible, femenina y elegante».
Si se deja crecer el cabello otra vez, será una mujer bellísima, pero puede ir para los dos lados, siendo muy mujer, ni hermafrodita, ni andrógeno.