¿El hombre que fue dos veces?

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  Escuche usted que historia tan rara esta. La leo en la BBC:

  A principios de 1880, los residentes de la calle Bargate de Southampton, Inglaterra, probablemente estaban hartos de uno de sus vecinos.

  Desde el sótano que quedaba debajo del bar de William Cantelo se escuchaba el sonido de muchos disparos.

  Cantelo, era ingeniero y estaba experimentando con un nuevo tipo de arma. Nadie sabía qué era, pero disparaba en rápida sucesión. Era obvio que no era el rifle promedio.

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  Un día, Cantelo le anunció a sus hijos -quienes también eran ingenieros- que había perfeccionado su nuevo invento: la ametralladora, un arma que usaba la energía del culatazo para cargar la siguiente bala. Disparaba continuamente hasta que se acabaran las municiones. Era revolucionaria. La empacaron en maletas y Cantelo partió, para venderla. Pero más nunca se supo de él.

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  Lo interesante no es la historia de la ametralladora sino la historia de su inventor. A ver, la ametralladora que fue determinante a finales del siglo XIX, que fue tan importante, por ejemplo, en la revolución mexicana, en la primera guerra mundial, en la revolución rusa, sobre todo en la guerra entre los ejércitos blanco y rojo y que después harían tanto en los tiempos de gángsters . Esa ametralladora se le atribuye a un señor de apellido Maxim, Hiram Maxim, para la historia él es el inventor de la ametralladora. Y curiosamente se parece muchísimo al señor Wiliam Cantelo que desapareció con la ametralladora que había inventado de Southampton allá en Inglaterra.

  Regreso a leer en la nota de la BBC:

  Cuando los hijos de Cantelo vieron la foto de Maxim en un diario, se asombraron: era idéntico a su desaparecido padre. Lo buscaron hasta encontrarlo en la estación de tren Waterloo, en Londres, y gritaron «¡Padre!» Según contaron, trataron de acercársele pero el tren arrancó.

  Uno de los problemas fue que tanto Cantelo como Maxim tenían sendas barbas al estilo victoriano, que hacían difícil el reconocimiento de rostros: muchos hombres parecían como una mezcla de Charles Darwin y Santa Claus. Por ello, es probable que la fotografía que apareció en el diario fuera de Cantelo, no de Maxim.

  ¿En el diario qué había aparecido? este señor Maxim vendiendo su ametralladora Maxim.

  Se pregunta la nota de la BBC: ¿Se habrán conocido Cantelo y Maxim alguna vez?

  Yo le agregaría a esto otra pregunta. ¿No serían Cantelo y Maxim la misma persona?

  El misterio por lo pronto queda en el aire.

  Ahora, lea usted esto:

La hija de otro ingeniero marino de Southampton llamado Philip Branon escribió una carta en ese entonces contando que Maxim había ido a Southampton a ver un propulsor que su padre había inventado. Su padre les había dicho a sus empleados que no se lo mostraran pues Maxim -dice ella- «tenía la reputación de ser un ladrón de ideas».

  Raro todo esto. ¿Maxim le habrá robado la idea de la ametralladora a Cantelo? ¿Pero y si Maxim era la misma persona que Cantelo?. Allí queda intacto el misterio. La ametralladora por lo pronto siguió muy exitosa en su repiquetear, matando gente.

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