Hablando de diálogo

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  Días atrás, el Papa Francisco había opinado sobre el diálogo. Dijo algo así como “Dialogar es reconocer que no tengo toda la verdad, que mis ideas pueden y deben ser contrastadas con las de otros, que mis ideas pueden transformarse y enriquecerse al oír las opiniones e ideas de otros, eso es dialogar, intercambiar.”

  Dialogar es muy distinto a monologar, que es el caso más frecuente en nuestro país cuando se habla de diálogo. Se convoca, por ejemplo, a Miraflores, habla una persona y los demás escuchan y aplauden. Por esa razón la MUD dijo que no asistiría a la convocatoria a diálogo. “La oposición rechazó ir a oír discursos”, leo en El Nacional.  Pero sí fueron otros sectores y estos hablaron. Llama la atención que las voces de la economía  son las que más resaltan en la prensa en la mañana de hoy; en particular los discursos muy puntuales y precisos de Jorge Roig, Presidente de Fedecámaras, y de Lorenzo Mendoza, Presidente de Empresas Polar. Conminando al Presidente Maduro a que entienda y acepte que la economía está muy mal, o, para decirlo en palabras de Roig: “el país no esta bien”.

  Ahora, un diálogo que comienza con una intervención de José Vicente Rangel ya pone a más de uno capcioso. El señor Rangel es un buen representante de los peores vicios que se le atribuyen a la llamada IV República, y ha sido el artífice, el cerebro tras bastidores, de muchas de las jugadas oscuras que se han hecho en este régimen actual. Pero él fue el primer interlocutor y él marcó la pauta. Llama la atención que el señor Rangel aludió al motorizado muerto en una barricada, en una guarimba, por una guaya colocada de manera salvaje y alevosa, pero no mencionó los otros muertos, los que cayeron a manos de los colectivos y la GNB.

  Y el Presidente de la República, cuando le tocó hablar, soltó algo inesperado y difícil de creer: “Por las guarimbas han muerto 50 personas”. El diario Nueva Prensa, en Ciudad Guayana, le da a esto su gran titular: “50 muertos por las guarimbas. El Presidente reveló que el martes murió una señora de 84 años en el este de Caracas porque la mantuvieron secuestrada por una guarimba durante 3 horas.”

  Hasta ahora, las ONG que se ocupan de velar por los Derechos Humanos y el Foro Penal Venezolano -que ha ayudado y auxiliado a los detenidos durante estas manifestaciones-, a lo sumo han llegado a 15 fallecidos. ¿De dónde sacó el Presidente que eran 50 muertos? Según sus cálculos esto puede llegar a niveles de Ucrania, presidente, y eso no le conviene. Pero, y he aquí el detalle inadmisible, según su cuenta los muertos son todos en las guarimbas, ninguno -¡ninguno!- a manos de la Guardia Nacional o los motorizados armados.

  Todo diálogo parte de un principio elemental: la honestidad. Si yo me siento hablar con usted, voy con la buena fe de que usted va a ser honesto con sus palabras, su ideas, y yo también. Pero lo que le hemos oído no da precisamente idea de buena fe.

  Ahora, ¿qué pasa con la Guardia Nacional? Por usted ha sido elogiada y aplaudida. Pero es la que hemos visto en imágenes que le han dado la vuelta al mundo, como un organismo que ha vejado por completo a la población.

  Tanto que se ha hablado de la represión de hace 25 años en el Caracazo, y corre por las redes una terrible comparación donde un Guardia Nacional agrede a un ciudadano indefenso de la misma manera y hasta con más insania que como lo hizo, hace 25 años, otro militar contra otro ciudadano indefenso. Es decir, la violencia no ha cambiado para nada. El gran titular de El Nacional, atribuido a Provea: “A 25 años del Caracazo la brutalidad militar es peor”.

  Y llegamos a casos sencillamente inaceptables, indignantes. La foto de la mujer de la Guardia Nacional, que morbosa y salvajemente le cae a cascazos en la cara a la costurera -esa foto que ha sido un escándalo a nivel mundial-, ¿saben en que ha terminado? Leo en El Nacional: Marvinia Jiménez, la costurera que fue brutalmente golpeada por una Guardia Nacional Bolivariana, fue puesta en libertad anoche. En la audiencia de presentación le fue dictada medida cautelar bajo régimen de presentación cada 45 días y le fueron imputados 5 delitos, entre ellos agresión a 3 funcionarios. A estas alturas no sabemos todavía oficialmente quién es la mujer agresora de la Guardia Nacional. No le hemos visto la cara, cómo ha quedado después del esfuerzo que hizo con el casco. Pero la victima, Marvinia Jiménez, cuyo rostro amoratado está en todas las redes sociales, es la imputada, ella fue la “agresora”.

  ¿Creen ustedes que estas son condiciones para entendernos, para dialogar?