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“Repudio, rechazo, detesto la injerencia de estos sectores de ultra derecha de Estados Unidos en los asuntos internos de la patria de Bolívar”, palabras de Nicolás Maduro en respuesta a la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos, que aprobó ayer un proyecto de sanciones contra funcionarios venezolanos que presuntamente están implicados en violaciones de Derechos Humanos. La cita la leo en El Correo del Orinoco, La Artillería del Pensamiento:“Es un evento detestable porque con nuestro país no debe meterse nadie”
Si él es un gobernante al que no le importa Estados Unidos, que no le importa el imperio, ¿por qué tiene que alterarse tanto? Si en definitiva la Comisión del Senado de Estados Unidos decide tomar acciones contra unos venezolanos que, sucede, son funcionarios de su gobierno, acciones en territorio norteamericano no en nuestro país. ¿Cuál es la rabia? Dice el señor Maduro, citado en Últimas Noticias: “Venezuela está unida frente a la amenaza” ¿Cómo va a estar unida Venezuela frente a esta amenaza? Esto no es una amenaza contra Venezuela, sólo contra su gente. Y le queda muy grande decir que Venezuela está unida frente a la amenaza si ni siquiera tiene unido a su partido y a su gobierno.
Al respecto, leo hoy en El Nuevo País: “Radicales del Psuv serruchan el diálogo. La MUD recalca que las conversaciones están congeladas porque el gobierno no da curso a ninguna petición opositora, actitud que el veterano político de izquierda, Héctor Pérez Marcano, atribuye a los extremistas rojos liderados por la “co-presidencia”. Y ustedes entenderán muy bien a quién se refieren en esta co-presidencia. De manera que si algo no tiene Maduro es la unión. Ni la unión del país y muchísimo menos la unión de la gente de su gobierno y de su partido.
Gobierno, por cierto, que ha sido raspado en el informe anual de Provea en materia de Derechos Humanos. Dice El Nacional en su gran titular: “El gobierno es consciente de las violaciones y las aplaude”. El Universal: “Provea cree que el gobierno atiza la violencia. Advierte que el Ejecutivo, en la medida en que se empeña en cerrar espacios para la protesta, empuja más bien la desobediencia. Un gobierno, pues, que falla, que hace aguas por todas partes.
Ahora, hablando de la violencia, todos estamos conmovidos, consternados, por la reseña, en toda la prensa nacional, del asesinato de un niño de 15 años en un pleito de liceístas. Esto ocurrió en el Junquito, en Caracas. El niño que asesina con una pistola tiene escasos 13 años. Me llama mucho la atención lo que leo en El Universal, en la crónica de sucesos que firma Deivis Ramírez Miranda. El último párrafo dice:
“Aunque su padre (el padre del niño asesinado) no tenía la certeza, refirió que le informaron que el liceísta dueño del arma es hijo de un concejal del PSUV en Miranda. Incluso acude al liceo con escoltas.”
Sobran las palabras.