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Leía en la prensa española un trabajo muy interesante a propósito de los 10 mejores finales en películas y curiosamente son todas, con una notoria excepción, películas norteamericanas. Como toda lista, siempre es arbitraria, siempre es muy personal y subjetiva y usted puede o no estar de acuerdo.
Comenzamos de atrás hacia adelante.
10.- Bonnie and Clyde de Artur Penn, Protagonizada por Warren Beatty y Faye Dunaway. El final de “Bonnie and Clyde” es pura violencia brutal. Los ladrones amantes (Warren Beatty y Faye Dunaway) ven cortada de raíz su desquiciada carrera criminal. A balazos. Sin contemplaciones. Sin gota de compasión o poesía. Acribillados hasta la muerte. Un final tan memorable como coherente, el único posible para estos forajidos que siguieron al pie de la letra la máxima de “muere joven y deja un bonito cadáver”. De hecho ese carro abaleado de Bonnie and Clyde después quedó como pieza de museo.
9.- El Padrino de Francis Ford Coppola. El final de «El Padrino» es magnífico en su sutileza. Kay (Diane Keaton) ha vuelto al redil, se ha tragado su rencor y el asco que le produce ver en qué se ha convertido Michael (Al Pacino): la imagen de su padre, el idealista que no quería saber nada de la Mafia pero acaba cambiando de opinión por lealtad a la Familia. Kay insiste en saber si su marido ha dado la orden de asesinar al esposo de Connie y Michael hace una excepción: por una vez le permitirá preguntarle por sus asuntos. Y con una frialdad extrema llega la respuesta (la mentira): no. Kay, reconfortada, deja el despacho, al que van llegando los lugartenientes del nuevo Padrino para presentarle su respeto: “Don Corleone”. La puerta se cierra y Kay asume que está fuera de una inmensa parte de la vida de Michael.
8.- Ciudadano Kane: la que para muchos es la gran película de todos los tiempos de Orson Welles. Un trineo arde al final de la magistral “Ciudadano Kane”. Un trineo con unas letras escritas sobre su superficie de madera: Rosebud. Y así queda desentrañado el misterio del protagonista de la película, interpretado por el propio Orson Welles, responsable, sin discusión, de la mejor ópera prima en la historia del séptimo arte.
7.- Nueve Reinas: la única película no norteamericana, película argentina. El cazador, cazado. El timador, timado. El final de “Nueve reinas” contiene uno de esos giros que se quedan en la retina del espectador durnte mucho tiempo. En esos últimos minutos es cuando descubrimos que el aparentemente pardillo Juan (Gastón Pauls) había urdido un plan para arruinar a Marcos (Ricardo Darín) por aprovecharse de sus hermanos. Un plan en el que ha participado la peculiar galería de personajes secundarios que ha ido desfilando por el filme, reunidos ante una mesa, echando una partida de cartas. Y como broche, resulta que Valeria, la hermana de Marcos, que parecía tan esquiva y fuera de su alcance, es la novia de Juan. Y juntos, felices, celebran el triunfo de su grandioso timo.
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6.- Memento de Chistopher Nolan. Quien haya visto “Memento” sabrá que el final, en realidad, es el comienzo… puesto que la película está narrada al revés, hacia atrás. Una innovación genial, concebida por Christopher Nolan y su hermano Jonathan, para jugar con el espectador mientras cuenta la historia de un hombre sin memoria que, a partir de una serie de pistas (tatuadas, algunas, en su cuerpo), intenta tira del hilo para llegar al centro de la madeja y descubrir qué le ha pasado. En la última escena, a modo de irónico desenlace, el personaje de Guy Pearce se pregunta a sí mismo: «¿Por dónde iba?». ¡Buena pregunta! Aunque si uno entiende el truco que la película está contada al revés, honestamente pierde la gracia.
5.- Indiana Jones: en busca del arca perdida. La primera película de la serie de Steven Spielberg. Una imagen vale más que mil palabras. Por eso bastan unos segundos para aplaudir con el final de «Indiana Jones: en busca del arca perdida». Aquí, una vez más, lo que sobresale y brilla es el concepto, la idea: el Arca de la Alianza, después de tantos esfuerzos, sudores y muertes, confinada en un almacén gubernamental junto a miles y miles de cajas. Un objeto tan precioso sumido en el anonimato más cruel. Una idea que retomaría Chris Carter en “Expediente X”.
4.-Casablanca El que para muchos tenía yo entendido es el gran final de Michael Curtiz. “Louis, presiento que este es el comienzo de una gran amistad”. Estas palabras que Rick (Humphrey Bogart) dirige al capitán Renault (Claude Rains) cierran una de las películas más célebres de todos los tiempos, “Casablanca”. Toda la última escena es objeto de devoción por cualquier cinéfilo que se precie: el aeropuerto, la despedida en el último momento de Rick e Ilsa (“Siempre nos quedará París”), el entendimiento entre el americano y el francés. Woody Allen lo parodió en su guión de “Sueños de un seductor”. El clímax perfecto para un filme magistral.
3.- The Usual Suspects (Sospechosos habituales) que por cierto es una frase de ese final de Casablanca, dice The Usual Suspects el capitán Renault, pero aquí estamos hablando de la película. Tal vez el mejor giro final jamás concebido. ¿Quién es Keyser Soce? Pues no es otro, descubrimos con la boca abierta cuando culmina «Sospechosos habituales», que el tullido Verbal Quint (Kevin Spacey). El mismo que, durante todo el metraje del filme, se ha dedicado a colar una y otra mentira mientras le interrogaba el detective Kujan (Chazz Palmintieri), quien descubre la verdad cuando ya es demasiado tarde. Un momento sintetiza la genialidad del final: el plano de las piernas combadas de Quint, que de pronto carmina con normalidad, transformado en Soce.
2.- Con faldas y a lo loco. Maravilloso final sin duda alguna el gran Billy Wilder con “Faldas y a lo loco” “Some Like It Hot” como se titulo originalmente. “Con faldas y a lo loco” podría discutirle a “El apartamento” el título de mejor película de Billy Wilder (en función de los gustos de cada uno), aunque hay un punto que no admite duda: la primera tiene el mejor final. Y no es que el cierre de “El apartamento” sea malo, con Baxter y la señorita Kubelik jugando a las cartas, finalmente juntos, pero el de “Con faldas y a lo loco” es insuperable: Jerry (Jack Lemmon) intenta hacerle ver a Osgood (Joe E. Brown) que es imposible que se casen, y para quitarle la idea de la cabeza va desgranando toda una lista de defectos (no soy rubia natural, no podré tener hijos). Viendo que Osgood no da su brazo a torcer, Jerry acaba despojándose de la peluca y, con su voz auténtica, revela: “Soy un hombre”. A lo que Osgood responde: «Bueno, nadie es perfecto». Una frase que se le ocurrió a Lemmon y que iba a ser un parche, nada definitivo, pero que ha pasado a la historia.
1.- El Planeta de los Simios como el mejor final de todos los tiempos. ¿El mejor final de todos los tiempos? Probablemente. En la última escena de “El planeta de los simios”, George Taylor (Charlton Heston) ha conseguido huir por fin junto a Nova y cabalga por la playa. De pronto, en el horizonte, se recorta una peculiar silueta. George deja el caballo, comprendiendo de golpe la verdad. “Estoy en mi casa otra vez. Durante todo este tiempo, no me he dado cuenta de que estaba en ella”, se lamenta. Sí, el planeta de los simios… es la Tierra. Y entonces llega su famosa y amarga proclama: “¡Lo habéis destruido! ¡Yo os maldigo a todos, maldigo las guerras, os maldigo!”. Y es entonces cuando aparece sobre la arena, lamida por el mar, lo que queda de la Estatua de la Libertad.
Como decíamos estas listas siempre son arbitrarias y usted puede o no estar de acuerdo. En todo caso disfrute estos finales y si tiene uno mejor, ¿qué tal si lo comparte?