Por: Laureano Márquez
Tengo extraviado a mi país desde hace unos años, se llama VENEZUELA…
Era un país donde tú encontrabas solidaridad, paz, amor, unión.
Donde todos nos veíamos como hermanos de la espuma, de las garzas, de las rosas y del sol a pesar de ser hijos de diferentes padres.
Donde salía a rumbear a las 9:00p.m. y regresaba a mi casa a las 3:00a.m. y no pasaba nada. Donde estaba en una parada esperando un transporte público a cualquier hora del día y me sentía tranquilo y seguro. Donde iba al supermercado y no sabía cuál mayonesa, margarina, mantequilla, aceites, harinas, atunes, sardinas, detergentes, leche, azúcar, entre otros, escoger por la cantidad y variedad que había y de distintas marcas. Donde iba a la escuela o liceo y respetaban al maestro o Donde en diciembre, las hallacas con los vecinos y con todos los amigos que llegaban a nuestras casas terminábamos jugando dominó. Donde el venezolano viajaba orgullosamente a otro país y preguntaban de dónde vienes?, rápidamente respondía: de VENEZUELA!!!.
Donde iba a comprar unos zapatos, un pantalón, etc. y aún quedaba dinero. Donde para el «está barato, dame 2», no había que pedir permiso. Donde cada domingo en familia, se desayunaba arepa con queso guayanés, reina pepeada, perico o caraotas y carne mechada sin hacer colas. VENEZUELA es un lugar donde entre sus playas quedó mi niñez, tendido al viento y al sol. Tiene muchísimas cosas maravillosas, ese país, tu país, mi país.
HOY LES PIDO, CON EL CORAZÓN ROTO DE TANTO EXTRAÑARLO, que si ustedes lo ven, le digan que llevo su luz y su aroma en mi piel y el cuatro en el corazón. Que amo, lloro, canto, sueño con volverlo a ver. CÓMO TE EXTRAÑO MI