Tanta locura ocurrió en uno de los principales centros turísticos de México
Ha sido cruel la utilización del espantoso asesinato-desaparición de 43 estudiantes en Iguala-México en septiembre de 2014. Urdido y ejecutado por el alcalde de izquierda (PRD), en el estado de Guerrero, con un gobernador también del PRD, grupos políticos desarrollan una amplia y costosa campaña internacional para inculpar al presidente Peña Nieto. Los «normalistas de Ayotzinapa», asesinados con sevicia y crueldad por el narco, aparte de estudiantes eran también violentos activistas revolucionarios. El día de su mal realizaron una cadena de acciones terroristas, robar y quemar autobuses y secuestrar a los conductores. Y en vez de detenerlos, el alcalde Abarca Velásquez los entregó a los narcos de Guerreros Unidos, con el oscuro desenlace. Desde la aparición del subcomandante Marcos en Chiapas en 1994, no cesan los intentos de algunos «factores de cambio» en México para astillar la gobernabilidad del país.
Sectores de izquierda radical se han planteado independizar esos estados para crear una república indígena, como quería Morales en Bolivia, una dinámica de secesión que se extienda por el país y provocar «una situación revolucionaria». Oaxaca, Tabasco y Chiapas son regiones ricas en petróleo, gas, agua, madera y flujo de remesas desde EEUU. Por eso el subcomandante Marcos como Mariátegui a comienzos del siglo XX en Perú, tomó el indigenismo para corroer la cohesión social. En mayo 2006, ocurrió en Oaxaca un insólito conflicto, misteriosamente desconocido por la comunidad internacional y por los estudiosos sociales. Una huelga de maestros declarada por la Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca (APPO), pasó a convertirse en una ridícula república revolucionaria conforme al más ortodoxo patrón leninista. Tanta locura, ridículo y crueldad, ocurrieron en uno de los principales centros turísticos de México.
Los soviets de bolsillo
Los insurrectos de 2006 tomaron los poderes públicos y periódicos, telefónica, policía, oficinas de la gobernación y declararon que el poder estaba en la asamblea («todo el poder a los soviets»). Crearon un sistema totalitario que restringía el libre tránsito basándose en «salvoconductos», «toque de queda», y llenaron la ciudad de barricadas. «Destituyeron» al gobernador Ulises Ruiz, al Parlamento regional y a los concejales, sustituidos por «el pueblo mismo», con consignas tales como «estamos cansados de los turistas gringos» y «estamos cansados del neoliberalismo» en un estado turístico. Los dirigentes dijeron que querían eliminar de Oaxaca la cultura burguesa. Grupos armados: Movimiento Revolucionario Lucio Cabañas Barrientos (MRLCB), Tendencia Democrática Revolucionaria Ejército del Pueblo (TDR-EP), incluso uno que destaca por su nombre democrático: Brigada de Ajusticiamiento 2 de Diciembre «ajusticiaron» -no todo fue ópera bufa, sino drama- un notario y seis policías.
También el Colectivo Revolucionario-Francisco Javier Mina, la Organización Insurgente 1º de Mayo y las Brigadas Populares de Liberación (BPL). Los guerrilleros se mantendrían «en alerta máxima»… pues «si los sectores del poder y del dinero» optan por la vía represiva contra éste y los demás movimientos, el país entrará en una espiral de violencia de la que ellos serán los únicos responsables… que las fuerzas revolucionarias armadas no deseamos… Si el gobierno federal decide reprimir, «comenzará el accionar contundente de nuestros comandos y unidades militares en Oaxaca y en otras entidades». Los insurrectos marchaban todos los días por 5 o 6 horas entre las 1.500 barricadas en las calles de la bella ciudad de 300.000 habitantes. Terminaban en mitin y «plantón». Cancelaron todos los accesos de la ciudad, salvo el aeropuerto. Bloquearon las terminales de autobuses. Para evaluar el grado de dadaísmo de la situación, van unos párrafos de la declaración del grupo trotskysta Liga de Trabajadores por el Socialismo Contra la Corriente,LTS-CC:
Declaración de los trotskystas
Con un creciente control territorial, la APPO comenzó a actuar como un doble poder que aunque incipiente se ha conformado como una nueva forma embrionaria de autodeterminación de las masas en lucha, cuestionando así los poderes del estado burgués provincial… Oaxaca vive una situación convulsiva y prerrevolucionaria: la salida para las demandas obreras, campesinas y populares requiere que los trabajadores y el pueblo derriben al gobierno estatal y asuman el gobierno de su destino, como parte de una lucha nacional contra la dominación capitalista y su régimen político…
…Un gobierno provisional de la APPO junto a las organizaciones obreras, campesinas, indígenas y del pueblo pobre debería llamar a una Asamblea Constituyente Revolucionaria en el estado, para discutir e imponer las demandas del magisterio y el conjunto de los trabajadores, las reivindicaciones de los pueblos originarios y los campesinos, así como la libertad de los presos políticos, el cese a la represión… romper los pactos de subordinación al imperialismo, expropiando a los grandes latifundistas y a los magnates del turismo. Esta Asamblea Constituyente solo se hará real sobre las ruinas del régimen estatal que por años preservó la dominación de los caciques y terratenientes y favoreció los negocios de la burguesía en el turismo».