«No conoce el miedo, no conoce el peligro…» – Carlos Raúl Hernández

Por: Carlos Raúl Hernández

Qué le aguarda a Venezuela? Sería una pregunta excéntrica para un ciudadano de cualquier nación normal con seguridad sicológica sobre el mañana, confianza en la evolución previsible, como era aquí décadas atrás. Hoy eso es misión imposible y muy difícil hacer planes, aunque sea de meses. La crisis devora las condiciones de vida, que caen semana a semana y quien hoy todavía puede enfrentar la adversidad económica, tal vez ya no sea capaz dentro de 60 días. El gobierno que debiera estar entregado a la búsqueda de soluciones, se comporta como si el desastre es en Kazajstán o Burundi, y no fuera con ellos, y la reacción frente al reclamo de su abulia es violencia, igual pasividad administrativa y despliegues politiqueros con mal de rrabia. No se reúne para enfrentar lo que ocurre, ni para otra cosa. Como el agente John English “no conoce el miedo, no conoce el peligrono conoce nada”.

Se avizora un tsunami de hambre por ausencia de alimentos y los que piensan que el país llegó al sótano, solo tendrían que recordar a Siria, Libia o Irak. Decía Murphy: “no importa lo mal que esté una situación; siempre podrá ser peor” . ¿La indiferencia frente a la inflación, la devaluación y el desabastecimiento tendrá algún sentido estratégico tipo Giordani? ¿Después que fracasó el proceso habrá alguna política deliberada de llevar al país al cuarto mundo, con Haití y Somalia como parte de un plan brillante? Las revoluciones clásicas produjeron hambrunas, pero no por desidia sino más bien debido a creatividad socialista y a la aplicación de políticas para construir un mundo nuevo y feliz. Stalin quiso hacer de la URSS una potencia siderúrgica que destronara a Inglaterra, y Mao que China lo hiciera a su vez con la URSS. Ambos mataron de hambre a decenas de millones.
Madre de todos los vicios
Pero… ¿qué quiere el gobierno para Venezuela? Mientras en todas partes los revolucionarios creían que estaban haciendo algo grande, histórico, estos deshojan una margarita interminable y ofrecen sacar sangre a los demás si alguien pide cambios. Se entretienen con operaciones banales, enredos, conspiraciones, muñiciones y acaban de asestar un nuevo hachazo a la democracia con la “inhabilitación” de Capriles. Desde hace tiempo urdían qué hacer con él, pero no se ponían de acuerdo. Unos querían “meterlo preso” asociado al caso Odebrecht. O aplicarle abandono del cargo e incitación a la violencia. Al final se impuso esta idea, -una fórmula criolla aberrante-, sin llevarlo a la cárcel, para evitar escándalo. En países con gobiernos normales, la inhabilitación es consecuencia de una sentencia penal, no una sentencia en sí misma. Pierde sus derechos políticos quien reciba una condena de tres años.

Pero nadie puede legalmente ser “sentenciado” a la inhabilitación. Más allá de intriguillas de subsuelo, arbitrariamente Leopoldo López, Manuel Rosales y Capriles, tres importantes líderes opositores están inhabilitados. A éste no lo detuvieron, pero pudieran tener planes. Se libran de un posible candidato presidencial, provocan a la oposición para que se produzcan hechos de violencia y ellos proceder a nuevas acciones. Pese a haber recabado sus firmas, la revalidación de los partidos está en vilo y la MUD repite siempre que nada la sacará de la vía democrática. Un conato de buena noticia es que el Presidente Maduro sugirió que llamarán a elección de gobernadores y consejos regionales y los precandidatos podrían entrar en campaña ya. Los que no quieran, están en su derecho de abstenerse de participar para repetir el 2005.
Guerra en el Caribe
Entre tanto dos millones de chinos  controlan la naciente economía moderna en África y evidencian que nació una nueva gran potencia neocolonial. En Sudán y Zimbabwe han creado miles de empresas para ganar dinero “capitalista” y avalar sátrapas locales. La repudiada dictadura militar en Myanmar posiblemente no hubiera sobrevivido sin ese apoyo (¡triste corolario de las revoluciones!) Su presencia en Latinoamérica es creciente y muchos analistas sostuvieron que la región pudo sobreponer la crisis financiera americana de 2008 gracias a los flujos financieros chinos. La pregunta es ¿por qué si ahora dependemos de ellos, el gobierno venezolano, hiper endeudado con China, no copia su exitoso modelo económico? El filósofo (neo) marxista de moda Slavoj Zizek habla de mercado con valores asiáticos (ahora sí, bendito) para designar el milagro económico comunista.

La buena noticia es que la alarma por lo que ocurre aquí se generaliza en medios internacionales. La mala que de continuar la dinámica actual, vamos a perder el control de nuestro destino, que comienza a jugarse entre las potencias. Según VTV, Rusia, China e Irán enviarían portaaviones para realizar ejercicios militares en el Caribe, muy posiblemente como respuesta al bombardeo norteamericano en Siria. Y corrió que un supuesto Almirante de la marina norteamericana habría amenazado con algún tipo de intervención directa en nuestro país. La locura nos ha traído a que una nación respetada en todas partes por décadas de seria y mesurada política internacional, sea ahora socio menor de Estados rufianes y peón de conflictos. Pronto esos barcos de guerra podrían estar en nuestras narices, y seremos ridículos protagonistas de un escenario de peligrosa tensión internacional.

@CarlosRaulHer

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