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“Amelia, fue solo una falsa alarma”. Así dice el estribillo de este tema muy sentido que compusiera la gran cantautora canadiense Joni Mitchell, en tributo a la memoria de Amelia Earhart.
Amelia Earhart fue una mujer muy importante, fue pionera en la aviación mundial, la primera que sobrevoló el Atlántico sola. La primera que batió una serie de records y de hazañas en este mundo de la aviación. Entendiendo, que esto ocurría en las primeras décadas del siglo XX, cuando la aviación no solo era incipiente, sino que era un mundo reservado exclusivamente a los hombres.
Amelia tiene una historia trágica, una historia ideal para inspirar a músicos, cineastas, novelistas. Tuvo una vida amorosa complicada, su marido fue su gran baluarte, su gran apoyo. Y el marido no solo aceptó la devoción de su esposa por el mundo de la aviación, también le aceptó el romance con otros hombres. Con uno, muy en particular, lo que le da al carácter de la vida de Amelia, ese triángulo que tanto ha alimentado las historias del corazón. Para remate de esta vida apasionante, sin duda, está el final, Amelia Earhart fallece en condiciones muy misteriosas, cuando estaba en la última etapa de un vuelo que sería histórico: darle la vuelta al mundo en un avión.
Ello ocurrió el 2 de julio de 1937. Ella volaba con su copiloto de apellido Noonan despegó de Papúa Nueva Guinea, se dirigía hacia la Isla Howland para abastecerse de combustible y de allí volaría el último trecho hasta California, cerrando así su vuelo alrededor del planeta en la zona ecuatorial. Pero el último reporte del 2 de julio, decía “no encuentro la Isla Howland, no la encuentro”… y más nunca se supo de ella.
Es noticia ahora. El 21 de agosto leí esta nota en El Universal:
Una misión que buscaba localizar el avión que piloteaba la pionera de la aviación Amelia Earhart, desaparecida en el Pacífico hace 75 años mientras intentaba dar la vuelta al mundo, detectó bajo el agua «restos de objetos manufacturados» que podrían provenir de su avión, según dijeron los investigadores.
Las imágenes, tomadas en el marco del «Proyecto Earhart» y analizadas en un laboratorio, mostraron «objetos manufacturados dispersos» bajo el agua al oeste de la isla Nikumaroro, en el archipiélago de Kiribati, en el medio del Océano Pacífico, según indicaron los investigadores.
Tras los análisis, vieron en las imágenes elementos que podrían relacionarse a pedazos de un tren de aterrizaje, un neumático. – En fin…
¿Serán realmente los restos del avión de Amelia Earhart?, quien sabe. La leyenda por lo pronto sigue allí, más viva que nunca.
Decíamos ha inspirado músicos, el caso de Joni Mitchell, y también inspiró a cineastas. La destacadísima cineasta india, Mira Nair, en el año 2009 filmó una película por demás interesante, Amelia, con la galardonada del Oscar Hilary Swank con el papel de Amelia Earhart, Richard Gere en el papel de su esposo George P.Putnam y el británico Ewan McGregor como Gene Vidal, quien fue el amante de Amelia Earhart. Una película también recomendable.
Un comentario
Gesar Miguel, gracias por este excelente artículo, vale agregar que Mitchell compuso este maravilloso tema en el periodo mas turbulento de su vida en un marcado exilio interno, vale agregar que Daniel Levitin en su libro "The World in Six Songs" hace un análisis comparativo de "Amelia" con "Russians" de Sting. Recibe un cordial saludo.