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Terminada la posguerra, cuando entra ese período tan añorado de paz, la música cambia por completo. En el mundo del jazz, por ejemplo, se le abren las puertas al Bebop.
¿Qué ocurría?
En Estados Unidos después de la guerra, la sociedad cambia, la población negra tiene acceso a tantas otras cosas, por ejemplo, recordemos que Jackie Robinson, entra en el año 47 en grandes ligas a jugar con los Dodgers de Brooklyn. Se marcan pautas completamente distintas.
En el mundo del jazz, el Bebop, que llevaban adelante grandes músicos, entre ellos, por ejemplo, nada menos que, Dizzy Gillespie y Charlie Parker, que tocaban juntos en el quinteto del primero, llevan adelante toda esta ofensiva, entre tantos otros, por supuesto, del llamado Bebop y, en el Bebop empieza a tener una participación muy especial, la música afrocubana, sobretodo la percusión y los ritmos afrocubanos, el llamado jazz latino o afrocuban jazz o jazz afrocubano.
Mario Bauzá, el trompetista y director de la orquesta de Machito, es el que presenta a Chano Pozo, un conguero cubano, a Dizzy Gillespie. Se estrecharon las manos -dice Bauzá- Gillespie y Pozo, y arrancó el afrocuban jazz en el Bebop.
Hay grandes grabaciones sobre ellos, y en estas mismas Navegaciones del iPod hemos recorrido, por ejemplo, la música de Chano Pozo. Cuando Charlie Parker se separa de Gillespie, y ya empieza a descollar de una manera única, pues, se afianza mucho en esta música, y él graba joyas únicas con la orquesta de Machito. Un ejemplo de ello es el “Okiedoke”.
