Y por supuesto, el cierre del concierto fue el tema emblemático que tuvo siempre Ismael. Siempre no, siempre después de que lo grabó. Era su acto de fe, era su himno: “El Nazareno”.
He recordado así, pues, aquella maravillosa noche de agosto de 1977 en el Poliedro de Caracas, donde el entonces jovencito de 23 años, tuvo el inmenso honor de presentar al gran y único Ismael Rivera y sus cachimbos.
Escuche también: “Qué te Pasa a Ti”, de Ismael Rivera
