Publicado en: Prodavinci
Por: Mari Montes
Cuando termina sus actividades habituales, Miguelángel Sierra está pendiente de los mensajes de Uber Eats. Debe recoger los pedidos en los restaurantes y repartirlos puntualmente. Es un trabajo que hace para complementar sus ingresos. En un buen día, consigue hacer entre 50 y 60 dólares, cuando hay buenas propinas. Otros días no son tan productivos, pero él prefiere llevar comida a domicilio, así disminuye el riesgo de contagiarse al no tener que llevar pasajeros.
–En el horario de la tarde, lo que más piden es comida rápida, es lo que más llevo: comida mexicana, hamburguesas, pollo y ensaladas.
Mientras conduce por las calles de Orlando, Florida, agradece que a pesar de la interrupción de sus metas para esta temporada, está mucho mejor que otros compañeros suyos que no tienen casa en los Estados Unidos y están en un hotel en West Palm Beach, o los que se quedaron en República Dominicana, lejos de sus familias.
En otras organizaciones, el drama de los jugadores de las ligas menores no solo tiene que ver con mantenerse en buena forma. Para otros, el problema es sobrevivir.
Sabe lo difícil que ha sido para muchos. Por eso valora su situación. Reconoce que es un privilegiado. La pausa obligada no es porque esté lesionado de manera irremediable, es por una pandemia que ha sufrido el planeta entero.
Como dijo en mayo el periodista Jeff Passan: “En todo el béisbol, cientos de jugadores de ligas menores perdieron sus trabajos, según las fuentes de ESPN. Cientos más serán despedidos. Al final, más de 1000 jugadores podrían terminar sus carreras en el béisbol. Las ligas menores simplemente han sido devastadas”.
Explica Arturo Marcano, abogado con maestría en gerencia deportiva: “Hay más de 6.000 peloteros en ligas menores, eso incluye aquellos en listas de incapacitados. De esa cantidad de peloteros, más del 40% son latinoamericanos (80% de los latinoamericanos en las menores vienen de República Dominicana o Venezuela)”.
Todo pelotero que aspira ser jugador profesional quiere llegar a las grandes ligas. Desde niños juegan a ser como su héroe predilecto. Demuestran sus destrezas, desarrollan habilidades y aún siendo casi niños, comenzando la adolescencia, ya deben tener rutinas de “trabajo” para poder destacar y llamar Ia atención de los scouts, de manera que a los 16 años, cuando llegue el 2 julio, poder firmar con una organización de las mayores. Para eso, además de las condiciones, el talento y la suerte, ese prospecto y su familia debieron trabajar muy duro. No son pocos los sacrificios que deben hacer.
Después de esa firma, para los jugadores hispanos la ruta es más o menos así: Dominican Summer League, Clase A corta, Clase A baja, Clase A Avanzada, Doble A y Triple A. Son 19 las ligas que forman parte del sistema de Minor League, en donde participan 261 equipos.
En el ascenso muchos se quedan el camino. Diversos factores influyen en la posibilidad o no de llegar a la ansiada meta. Unos tardan menos en llegar, depende de lo que sean capaces de demostrar en esa ruta.
Miguelángel Sierra llegó en febrero al complejo de los Astros de Houston en West Palm Beach, invitado a entrenar con el equipo grande. El Spring Training es el tiempo para iniciar la construcción de los sueños de establecerse en las mayores.
Durante los entrenamientos primaverales, los jugadores pertenecientes a los sistemas de liga menor, practican con el equipo de grandes ligas. Trabajan para mejorar diversos aspectos en sus mecánicas defensivas o con el bate, participan en los juegos de exhibición y es la oportunidad para ser evaluados y ganarse ascensos de acuerdo con sus progresos. Son los días para demostrar avances, exhibir potencial y seguir ascendiendo.
La meta de Miguelángel Sierra este 2020 era subir a la sucursal doble A de los siderales en Corpus Christi, Texas.
En los últimos días de febrero, cuando comenzaron a incrementarse los contagios de covid-19, el temor de todos era la suspensión de los entrenamientos y el consecuente retraso del inicio de la temporada regular, mientras otras ligas deportivas de los Estados Unidos, como la NBA, la NHL y NASCAR, anunciaban su suspensión por prevención.
Los entrenamientos de primavera de las grandes ligas se realizan en los campos de béisbol ubicados en Arizona (Liga del Cactus) y en Florida (Liga de la Toronja). Son parques a los cuales asisten muchas personas mayores y los empleados suelen ser veteranos, jubilados, es decir, población de alto riesgo. Se tomaron medidas como establecer distancia entre la prensa y los jugadores, pero el aumento de los contagios obligó a cerrar los complejos y a enviarlos a sus casas. El 12 de marzo el comisionado Rob Manfred hizo el anuncio.
–Nos llamaron y nos dijeron que estaba suspendida la liga hasta nuevo aviso. Lo que hasta ese momento era un rumor, se concretó –dijo Sierra.
Sus planes de tener una buena primavera para subir de categoría quedaban en suspenso, fuera de su control.
No estaba contento con su actuación a la ofensiva en la temporada pasada. Y aunque no pudo jugar en Venezuela por la decisión de MLB de prohibir a sus jugadores participar en la LVBP, él se mantuvo entrenando fuerte para llegar lo mejor preparado posible, a fin de lucir bien en West Palm Beach.
Aunque solo tiene 22 años de edad, el tiempo es una presión para él. A los 7 años de servicio se termina su contrato con la organización.
–Es mi sexto año con el equipo. Me preparé muy bien para hacer un buen papel, porque la meta de todos los peloteros es llegar a las grandes ligas. Este año venía bien, trabajé para hacer lo mejor en el equipo para lograr ese ascenso de nivel.
El manager del equipo Doble A, el venezolano Gregorio Petit habla de él con expectativas.
–Miguelángel Sierra está bien ponderado por la organización. Tiene mucho talento como shortstop, pero todavía debe demostrar todo lo que es capaz de hacer. No se había tomado la decisión de si comenzaría en Clase A fuerte o en Doble A, conmigo. Iba a depender de lo que hiciera en esos días que quedaban, lo que mostrara en los juegos de exhibición. Lamentablemente la situación de la pandemia por la covid-19 frustró todos esos planes. Houston ha estado esperando por él porque creen que puede ser un buen pelotero, que su trabajo lo puede llevar a las grandes ligas.
Miguelángel cuenta que la organización de los Astros de Houston no ha dejado de enviarle $400 dólares semanales, una ayuda para pagar sus cuentas. Tiene un plan de entrenamiento que ejecuta con rigor, recomendado por los trainers del equipo. Hace pesas, quiere ganar un poco de peso y masa muscular, sigue un régimen de alimentación y estudia para perfeccionar su inglés y así mejorar su comunicación con los técnicos.
Los Astros han puesto a disposición de sus jugadores en ascenso apoyo psicológico. La fortaleza mental es tan importante como tener el cuerpo en forma. Tres días asiste a un gimnasio donde puede entrenar con todas las máquinas que necesita, también va al gimnasio que tiene el complejo donde vive, pero no es tan completo. Su rutina es diaria, después de ejercitarse va a un campo a batear. A media tarde queda libre de sus tareas de preparación física y entonces comienza su jornada de conductor de Uber Eats.
Sierra es oriundo del estado Guárico y pertenece a los Tigres de Aragua, equipo con el cual hizo su debut profesional en la temporada 2017-2018. Estuvo varias semanas hasta que los Astros le llamaron para pedirle que parara. Le gusta la LVBP por ser una liga competitiva, donde se puede jugar con peloteros de experiencia, pero mientras exista el veto de MLB, será difícil que vuelva a ver acción en el circuito venezolano. Además de eso, el pasado 18 de agosto, mediante un comunicado, la Liga Venezolana de Béisbol Profesional advirtió la dificultad de llevar adelante el campeonato 2020-2021.
Se mantiene trabajando para lograr su objetivo, ve el avance del tiempo como una presión para no desmayar. Hace todo para llegar temprano y así compartir con su novia. Ve los juegos por televisión, es parte de lo que hace para mantener su foco en el béisbol. Necesita estar en forma, física y mentalmente, porque podrían llamarlo para la Arizona Fall League y su objetivo es estar siempre listo. Sabe que hay que cuidarse del virus. Este ha sido un obstáculo para sus planes.
–Cuando era niño, quería ser un bateador como Miguel Cabrera. También admiraba al “Capitán” Derek Jeter. Los dos fueron mi inspiración. Podría ser peor si me dejo llevar por la frustración, prefiero llevarme por la ilusión de alcanzar el sueño que tengo desde de niño.
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