Mayo de 1967, se publica casi en paralelo con el disco Sgt. Pepper’s
Lonely Hearts Club Band de los Beatles, en Buenos Aires por Editorial sudamericana la novela Cien años de Soledad. La novela que había sido rechazada por Carlos Barral no tardo en convertirse en un boom en un gran fenómeno.
En ese año 1967 yo tenía escasos 13 años. Era un estudiante de segundo año de bachillerato, y estaba más pendiente del último disco de Los Beatles que de la última novela de Gracia Márquez, de hecho yo no había leído ninguna novela de García. Pude leerla al año siguiente, y no precisamente por compromisos de la escuela. No porque me hubiesen obligado a leerla, todavía no se estilaba en aquel momento.
¿Por qué la leí? Pues porque era el comentario de todos. Tan popular era la novela, que hasta la Billos Caracas Boy le hizo una Guaracha. “Mariposas amarillas Mauricio Babilonia la Guaracha de Macondo”.
Billos que ha sido siempre el cronista de la ciudad, de lo que acontece en la ciudad, se hizo eco de una novela de literatura de alto calibre, así sería el impacto de esta novela de García Márquez. No tardó en ser considerada la obra maestra de las obras maestras. No tardó en ser considerada la obra que totalizaba todo el espíritu de eso que se llamó realismo mágico o lo real maravilloso en la América Latina. Fue la gran novela de eso que se llamaba el boom de la literatura latinoamericana y la consagración definitiva de Gabriel García Márquez, quien a la vuelta de unos cuantos años se alzaría con el Premio Nobel de Literatura.
Todavía, volver sobre las páginas del Coronel Aureliano Buendia es una gran aventura. Recordamos sus primeras líneas. “Muchos años después frente al paredón de fusilamiento etc. Y como en pocas novelas recordamos también sus líneas finales. “Una vez que ha nacido el bebe con rabo se nos recuerda que las estirpes condenadas a cien años de soledad no tienen una segunda oportunidad sobre la tierra”.
Déjese de cuentos y búsquela. Siempre es bueno volver sobre Cien años de Soledad, 50 años después, de Gabriel García Márquez.
