Publicado en: Prodavinci
Por: Mari Montes
Tengo un pequeño cuaderno, rosado para más señas, en el que anoto frases de las entrevistas a los jugadores o managers, aunque las esté grabando. Es un cuaderno de apuntes, resalto y anoto lo que no quiero que se me olvide. La verdad es que allí escribo cualquier cosa.
Cosas como: El techo del Minute Maid Park está abierto, hay 76 grados F, no se ve ninguna sombra sobre el terreno. Los jugadores de los Bravos están reconociendo las paredes de los jardines. Avanzan desde el jardín izquierdo mientras hacen rebotar pelotas contra la cerca, se van familiarizando con un parque donde juegan poco. Astros y Bravos son equipos que casi no se ven. No se veían desde 2017.
Lo que pasó en cada juego está en el boxscore, estas son notas sueltas, que luego agrego a las reseñas, o no. Así fueron las de esta Serie Mundial. La primera en pandemia, en las sedes de los protagonistas y con público.
Todo está por ocurrir …
Dusty Baker es un manager de la vieja escuela que ha sabido valorar las nuevas estadísticas sin renunciar a lo que sabe. Es imposible no tener todo ese béisbol en la cabeza y en la piel.
Brian Snitker tiene la formación de Bobby Cox y lleva con naturalidad la analítica. Va a ser interesante, al final pienso que se parecen un poco. Son dos estrategas que saben cómo sacar lo mejor de sus jugadores.
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Espero que jueguen 7 desafíos.
Eduardo Pérez: “No ser el favorito es una ventaja. No hemos sido favoritos en todos los playoffs y eso es bueno … el trabajo de Alex Anthopoulos fue para ganar, no fue para rendirse, fue reconstruir… Atlanta no tuvo el Juego de las Estrellas, pero tendremos la Serie Mundial. Este equipo está muy unido y no ser favorito nos inspira a ser mejores”.
Tomás Pérez: “Nunca fui a un Juego de las Estrellas porque no era regular, y fui con este equipo (con Ronald Acuña). Ahora estoy en la Serie Mundial, en lo personal significa mucho para mí”.
Omar López en las otras series había estado en la tribuna, en 2019 solo fue con su hijo y vieron a Troy Snitker en las escaleras del dugout, que trabajó con él en liga menor, y le dijo:”Yo voy a estar con los Astros como coach en una Serie Mundial”, se le dio bien rápido.
Fue en la Serie Mundial de 1918 cuando comenzó la costumbre de entonar “Star Spangled Banner”, aún no era el himno. Es himno de los Estados Unidos desde 1931, por un decreto del Congreso.
Muy aplaudido Charlie Morton, ayer habló muy bien de los Astros. Algunos de esta edición fueron sus compañeros en 2017. Mucho respeto.
Primer juego
Charlie Morton ponchó a José Altuve y salió del juego visiblemente adolorido.
La radiografía dice que Morton tiene fractura del peroné derecho. Después del golpe con la conexión de Yuly Gurriel trabajó un inning más ¡con la pierna rota!
El ponche a Altuve quedará entre las mejores imágenes de esta Serie Mundial.
(Bravo= valiente)
Valdez salió castigado, sin excusas. Ganaron los Bravos porque fueron mejores.
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Segundo juego
José Altuve tomó su práctica de bateo, mandó unas cuantas pelotas a las tribunas. Reggie Jackson conversó con él y luego observó el trabajo del camarero, con expresión de satisfacción.
Reggie Jackson es simpatiquísimo, nunca olvidaré este día, donde esté mi papá está sonriendo.
José Altuve sacudió un cuadrangular hacia las gradas del jardín izquierdo, para dejar la cifra definitiva 7-2. Alcanzó 48 carreras impulsadas en juegos de postemporada, y se puso al lado de “Mister Octubre”, en el octavo lugar histórico de los remolcadores. Además igualó a Bernie Williams en jonrones en playoffs.
Los Astros no ganaban en casa un juego de Serie Mundial desde 2017.
Tercer juego (Atlanta)
Las perlas de Joc Pederson son el talismán de toda la ciudad. Se le rompió el collar y mandó a buscar al joyero.
Desde 1999 no había en Atlanta una Serie Mundial (Turner Field), es la primera en el Truist Park, que abrió en 2017. Los Bravos ganaron en 1995 a los Indios, serie disputada en el Atlanta Fulton County Stadium.
Hank Aaron es el centro de los homenajes. El saludo de Dusty Baker a Billye, su viuda, es todo lo que está bien en el béisbol.
Baker y Aaron fueron muy amigos. Cuando Aaron dio el HR 715, en el círculo de espera estaba Dusty.
Hay gran respeto por Dusty Baker. La factura no es para él.
A José Altuve es a quien más fuerte abuchean. Fue ruda la presentación aquí. No es muy distinto a lo que han vivido toda la temporada, pero debe pegar más duro en esta instancia. Hay más de 43 mil personas repudiándolos.
No creo que se trate de que deban demostrar que son buenos, no los abuchean por eso, las pitas son para recordarles que hicieron trampa.
Recordar a Dusty en primavera 2020: “Aquí nadie está perdonando”.
Uno de los más aplaudidos por los Bravos de Atlanta fue el venezolano Eduardo Pérez.
Chipper Jones cantó ¡play ball!
Luis García se une a Lester Straker como los dos guayaneses en Serie Mundial.
No lo hizo mal, pero Baker no le iba tener mucha paciencia.
Cuando cambian al lanzador del equipo visitante, se inicia el rito del Toma Hawk Chop, lo hacen con las linternas al son del canto. Disminuyen las luces y es un espectáculo. El ritual está cuestionado por su origen racista. Difícil pensar que toda esta gente lo hace con otra intención distinta a apoyar a su equipo. Intimidar al nuevo pitcher. Es complicado el tema.
Buen duelo de pitcheo. Hasta el octavo inning tuvimos la ilusión de ver un No Hit No Run combinado.
Ian Anderson: 5 completos, con 3 boletos y 4 ponches, lo relevaron A.J Minter, Luke Jackson, Tyler Matzek y el cerrador Will Smith, quien se llevó el salvado.
Cuarto Juego
Mi crónica será para Greinke. Es una leyenda, tiene la serenidad que le da la experiencia y esa condición de agorafobia que lo hace aislar todo lo que puede perturbarlo.
Inolvidable para quienes lo hemos visto. De 2-1. Bateó delante de Maldonado.
Dato Sarah Langs: fue la segunda vez en la historia que un lanzador no ocupó el noveno lugar del lineup en una Serie Mundial. La otra ocasión fue el Clásico de Otoño de 1918, también en el cuarto juego, cuando Babe Ruth fue el sexto bate.
Los Astros no carburan. No aprovecharon los juegos de bullpen. Les puede costar la serie.
Crédito al pitcheo de los Bravos, y a Snitker.
Quinto Juego
Viajé en el túnel del tiempo al ver a Gregg Maddux en el lanzamiento ceremonial haciendo batería con su catcher Eddie Pérez. Esos dos no tienen ni que hablar, basta mirarse. Fue una bola alta que Eduardo atrapó. Priceless.
Parecía todo listo con el grand slam de Duvall.
Ya nos pasaron una nota explicando la logística después del juego si ganan los Bravos.
Zack Greinke entró a batear por Yimi García y respondió con sencillo.
Los Astros voltearon el juego.
Martín Maldonado y su paciencia y el batazo oportuno de Marwin González. Un “Texas”, en Atlanta. Remolcó dos. Los héroes inesperados.
La serie regresa a Minute Maid Park. Los Bravos tienen dos chances para ganar uno.
Tengo un recuerdo doloroso de una serie 3-1 que se volteó, en el Clásico de Otoño de 1979, los Orioles estaban arriba 3-1 y los Piratas remontaron para ser campeones.
No hay vuelos a Houston hasta el martes al mediodía. Vamos por carretera.
Rodar a Houston
No quisimos arriesgarnos a otra ola de suspensión de vuelos y no estar a tiempo para el sexto juego.
El 22 de enero, días antes de comenzar el spring training, cayó el último out para Hank Aaron. Esta temporada fue una figura omnipresente. El Juego de las Estrellas se jugó en su memoria. El número 44 estuvo dibujado en el jardín central del Truist Park, desde abril.
En el camino entre Atlanta y Houston, está Mobile, Alabama, ciudad cuna de Aaron, ahí está la casa donde creció. Era obligatorio hacer una parada, por algo no nos fuimos en avión, para encontrarnos con esa parte de su historia. Habría sido un pecado no pararse.
La casa fue convertida en un museo, está al lado de un pequeño estadio que lleva su nombre: Hank Aaron.
Estaba cerrado al público pero el cuidador nos permitió entrar y grabar. Es un lugar cargado de nostalgia, sencillez y grandeza.
Creo que ese cuidador que andaba en un carrito de golf, a lo mejor era un duende, al salir lo buscamos, pero no estaba.
Llegamos a Houston de madrugada, contentos por haber hecho esa visita no planificada.
Sexto juego
¿Se termina hoy ?
Es muy poco probable que Max Fried tenga tres salidas malas consecutivas. Con cinco días de descanso, versus Luis García, con apenas tres, la balanza se inclina hacia los Bravos.
Luis García trabajó bien los dos primeros capítulos, pero en el tercero, Ozzie Albies abrió con imparable, dominó a d’Arneau y Swanson, dio boleto a Eddie Rosario y con dos en base le sirvió un pitcheo a Jorge Soler que se quedó en su zona de poder y el cubano no lo perdonó, desapareció la pelota por encima de los rieles del tren. Sacó la bola y a García.
Brooks Riley terminó el inning. Los Astros siguieron bajo el dominio de Fried mientras los Bravos desataron una ofensiva para aumentar la ventaja. Dansby Swanson dio jonrón con uno en base, en el quinto y Freddie Freeman sumó otra con doble. En el séptimo el primera base aumentó la cuenta a 9 carreras con un vuelacercas solitario.
Fried salió luego de 6 completos en los que ponchó a 6 y le dieron 4 hits, sin consecuencias. El relevo siguió dominando a la toletería de los Astros que no apareció nunca.
Los Bravos merecieron esta Serie Mundial, fueron superiores.
Tenía razón el coach Eddie Pérez, no ser favoritos ante Milwaukee, ni ante los Dodgers, ni los Astros, fue un estímulo.
Sobre todo es ganar, ganar es la gran inspiración.
Esperaron 26 años para levantar el Trofeo del Comisionado.
Ahora sí se acabó. Ahora esperar a que abran los campos de entrenamiento, en febrero.
Siempre quiero que termine en siete juegos. Creo que el día que no sea así, que no quiera un juego mas, pensaré en el retiro.
“Habría dado mi sueldo por jugar”, Ronald Acuña Jr.
