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El pasado 6 de marzo, Gabriel García Márquez hubiese cumplido 90 años de vida. No llegó a tanto, como sabemos que falleció el 17 de abril de 2014 a los 87 años, cuando ya estaba muy afectado por el Alzheimer, otros por la demencia senil. Pero ciertamente ya, sin memoria.
Gabriel García Márquez no ha dejado de ser noticia. Desde aquel mes de abril ha permanecido en el interés de lectores, del público en general, no solo en lengua española, sino en todas las lenguas. Porque su peso su paso por la literatura de nuestro tiempo ha sido fundamental. Pero ahora, que ya han pasado casi 3 años de su desaparición Colombia empieza a rendirle otros tipos de tributos. Va a venir no solo un juego de estampillas con su cara, sino también un billete. Siempre he pensando que el hecho de tener héroes civiles en los grandes símbolos como es el dinero, habla de la civilidad de un país. En lo personal estoy harto de tanto general decimonónico, creo que sería hora de que Rómulo gallegos estuviese en un billete o Jacinto Convit o Jesús Soto por citar solo algunos casos de grandes héroes civiles. Colombia una vez más se nos va a adelantar llevando a García Márquez a uno de sus billetes. Pues bien, esperando que Venezuela tenga un mejor destino alguna vez. Esa Venezuela que tanto quiso García Márquez, donde él sí fue feliz e indocumentado. Les invito a recordar a García Márquez con esta crónica que acompaña el comentario, firmada por Winston Manrique Sabogal en El País de Madrid. Hace el cronista un paseo muy interesante por el peso de la lluvia en la vida de García Márquez. El día en que nació, según sus memorias, el único volumen de sus memorias que logró escribir, caía un aguacero, y el aguacero siempre constante en su obra, los torrenciales e infinitos aguaceros de Macondo. Les dejo la crónica, pero más de la crónica de Manrique Sabogal, aquí hay que leer es directa e infinitamente al gran García Márquez.
Aquí la crónica: García Márquez y el rastro de su nacimiento a lo largo de su obra por: Winston Manrique Sabogal