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¿Qué pasa por la mente de un suicida? ¿Cuándo un suicida decide que va a terminar con su vida? ¿Es una decisión fría? ¿Es una decisión tomada abruptamente, intempestivamente en un momento de desesperación? Esas preguntas valen pues para los especialistas en el tema, psicólogos y psiquiatras, porque del suicida del que vamos hablar ahora es el del suicida colectivo, es el suicida que funicona de otra manera. Hoy, en estos tiempos de terrorismo y auto bombas, sabemos que s e prepara alguien por fanatismo religioso y decide cargar el cuerpo de bombas para después hacerse estallar y llevarse en el acto a muchos más. Así funcionaron los pilotos suicidas de los aviones del 11 de septiembre del 2001 allá en Estados Unidos. ¿Funcionarían igual otros pilotos suicidas? ¿Los pilotos de la II Guerra Mundial, los famosos Kamikazes del Japón?.
Un redactor de la BBC logró meterse dentro de la cabeza de un piloto Kamikaze, la expresión es correcta porque este el único Kamikaze que se conozca que sobrevivió. Se trata de Tadamasa Itatsu quien ahora cuenta con 89 años. ¿Cómo sobrevivió el señor Itatsu? Pues, él iba volando, era de los que estaban en la obligación de defender Okinawa y lamentablemente su avión falló, tuvo fallas y no le quedo otra que amenizar, no pudo llegar hasta el punto exacto donde atacaría a la flota aliada. Recuerden loa aviones kamikazes una vez que perdía, botaban toda su carga letal, se enfilaban contra las torres, básicamente de los buques enemigos y al estallarse –al igual, con el mismo principio que muchos años después utilizaron los terroristas en la torres gemelas, al irse con el avión, pues producían una inmensa explosión- morían ellos y morían muchos más a parte de que con algo de suerte lograban hundir el barco.
Ahora, ¿Cómo funcionaban ellos? Confiesa el señor Itatsu a sus 89 años, por ejemplo, dice:
Si invadían Okinawa, los aviones estadounidenses serían capaces de usarla como base para atacar las principales islas de Japón». Por eso, «los jóvenes teníamos que impedirlo. En marzo de 1945 era normal ser un piloto kamikaze. Todos aceptábamos ser voluntarios».
Él ha tratado de reunir las cartas de todos sus compañeros Kamikzes a ver si logra publicar algo y si además- tiene una pretensión inclusive más alta- que la Unesco rescate estas cartas como patrimonio de la humanidad. Dice acá, le preguntan, por ejemplo, en una carta. «El sentido común dice que uno tiene una sola vida, entonces ¿por qué querrías desprenderte de ella? ¿Por qué te haría eso feliz? En ese entonces todos mis conocidos eran voluntarios. Necesitábamos ser guerreros para impedir la invasión. No nos cabía la menor duda». Era una cuestión de honor
Ahora, como decíamos, el señor Itatsu sobrevivió y durante muchos años ha permanecido escondido, queriendo como lavarse esa falta de honor. Porque si él era un Kamikaze ¿cómo es que el kamikaze terminó vivo? Y hay algo curioso, entre las cartas de los kamikazes había inclusive cartas de kamikazes que no estaban de acuerdo con lo que iba a ocurrir. Dice una de ellas:
«Mañana, alguien que cree en la democracia dejará este mundo», escribió. «Puede que parezca solitario, pero su corazón está lleno de satisfacción. La Italia fascista y la Alemania Nazi han sido derrotadas. El autoritarismo es como construir una casa con piedras rotas».
Bien, ya veremos qué pasa con estas cartas de los Kamikazes. Por lo pronto, el cronista que trabaja esta reseña para la BBC confiesa que el señor Tadamasa Itatsu a sus 89 años, es un señor pequeñito, muy simpático que nunca en toda la conversación dejó de sonreír -y el se pregunta a todo lo largo de la conversación, ¿y este viejito inofensivo en efecto era un kamikaze?