Por: Tony Bianchi
Nos es la primera vez ni será seguramente la última: que con su propuesta sobre la Franja de Gaza, Trump ha vuelto a lograr una de las cosas que mejor sabe hacer: unir a todos en su contra.
La sentencia universal es prácticamente unánime: la idea de que Estados Unidos se instale y controle a Gaza es considerada una imbecilidad y una innecesaria provocación que incluso contradice su pasado de feroz crítico de las guerras del Medio Oriente.
Revisando las reacciones de prácticamente todo el mundo, empezando por sus predecesores en la Casa Blanca, el universo entero está de acuerdo que sobre el Medio Oriente Trump es un poco sano, un imbécil o simplemente un imperialista.
El problema de Gaza también demuestra que la mayor parte de los jefes de estado de los países que se interesan del caso han mostrado hipocresía a tal punto que era de esperarse que Trump lanzara una loca propuesta.
La Franja de Gaza ha sido gobernada, o, mejor dicho, mal gobernada por Hamás, cuyo único objetivo es de mantener su control y convertirla en un centro de entrenamiento terrorista contando con los fondos recibidos de la comunidad internacional.
Fondos que, por cierto, se originan en los Estados Unidos, las Naciones Unidas, y países occidentales y no son destinados para el desarrollo de Gaza, sino, para promover la ira de los palestinos y convertirlos en entrenadores de terroristas yihadistas.
La derecha israelí trata de sacarle provecho a la propuesta de Trump reconociendo que construir un Estado palestino es una misión imposible, pero tampoco la extrema derecha israelí ha dado muestra de tener una solución para la Franja incluso, los líderes militares israelíes se resisten firmemente a la idea de una ocupación indefinida a pesar de que ellos serían los que la supervisaria.
Muestran igualmente hipocresía los vecinos árabes Egipto y Jordania, cuando rechazan indignados la idea de tener la obligación de acoger a los refugiados palestinos como si fueran sus países parte de las tierras a las cuales tiene derecho los originarios de la Franja.
La razón tanto de Egipto como de Jordania es simplemente que no quieren traer el problema palestino a su casa porque incluiría odio, fanatismo, terrorismo y violencia yihadista.
Según los comentaristas del Medio Oriente, es más de diez años que en el mundo árabe existe desconfianza hacia los palestinos empezando por Arabia Saudita que considera que los habitantes de la Franja siempre han tomado decisiones políticas equivocadas y ésta es la razón del porque el mundo árabe quiere mantener a los palestinos confinados en Gaza.
Por otro lado, es bueno tomar en cuenta la actitud de Europa que está relativamente cerca del Medio Oriente, tiene muchos medios y podría disponer de muchos recursos para invertir.
Pero los europeos se han vuelto más cuidadosos y más expertos, evitan posibles complicaciones internacionales y se sienten en grado de enseñarles a los Estados Unidos, y especialmente a Trump, cómo gestionar una democracia.
Por lo tanto, es una pena que ningún país europeo se quiera involucrar y contribuir, aunque sea simples sugerencias, y se limitan a darle lecciones a la América del loco Donald Trump.
