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Les invito a que le den un vistazo a las fotos de Barack Obama cuando tomó posesión de la presidencia de los estados Unidos ocho años atrás.
Le invito a que vea luego, las fotos del Barack Obama que entrega la presidencia ocho años después. Apenas ocho años. Si usted ve una foto suya de hace ocho años, quizá las variante son sean muchas, quizá no sean muy acentuadas, 
digo véase con honestidad no se engañe usted misma o usted mismo. Lo cierto es que para los mortales anónimos el tiempo pasa quizá, en la mayoría de los casos, lentamente. No hay mayor diferencia entre la foto que usted se tomó hace 8 años y la que tiene ahora. Digo, si ha llevado una vida “normal”, sin mayor sobresalto, sin mayor riesgo.
Sin embargo, ¿por qué las fotos de Obama con ocho años de diferencia cambian tanto? ¿Por qué el negrito Obama que entró con su cabellera completamente negra sale ocho años después, siendo todavía un hombre muy joven, con la cabeza cana?. Uno entiende que ser presidente de los Estados Unidos ha de llevar sus complicaciones. Uno entiende que estar al frente del despacho que otorga más poder ha de ser algo realmente pesado.
Imagínese usted el día a día del presidente de los Estados Unidos. Imagínese las llamadas a media noche. Imagínese las decisiones que implicaban la vida o la muerte de tantos ciudadanos. El destino de la economía de todo el planeta. De allí pues las canas, de allí el gesto envejecido.
Pero ahora, le invito a que vea las fotos más recientes de Barack
Obama. Ocho años atrás, Obama siendo un hombre atlético, 
deportista, era aficionado a los deportes extremos, en especial a los deportes acuáticos. Pero el jefe de seguridad, tan pronto él llegó a la Casa Blanca le dijo, señor Obama olvídese de eso, usted no puede hacer deportes extremos. Usted tiene serias limitaciones. Usted es el presidente de Estados Unidos, nosotros lo cuidamos y tenemos que poner un límite.
Ya sin esos límites Obama decide ahora sí volver a sus andadas. Atendió la invitación que le hizo Richard Branson. Richard Branson es el multimillonario propietario de la línea aérea Virgin. Y además es propietario de un par de islas privadas allí en el Caribe, Necker Island. Allí invitó por una semana a Barack Obama con Michelle y su familia. Y sabiendo el gusto de Obama por los deportes, le invitó al kite surf. Ahí están las fotos, ahí están los videos y Obama resulto que termino feliz como un niño. Véale ahora la cara de felicidad a Obama, como que rejuveneció otra vez.
Eso también le ha de dar a usted un baño de esperanza. Porque si en ocho años usted no envejeció tanto como Obama y este con unas buenas vacaciones, con un peso tan inmenso como la presidencia de los Estados Unidos fuera de sus hombros pudo rejuvenecer, usted seguramente rejuvenecerá aún mucho más.
