Uno suele hablar de las mejores películas que se han hecho, de las mejores películas que se han filmado, pero recién leí en la BBC un reportaje interesantísimo sobre las 10 mejores películas que nunca se filmaron.
1. «Napoleón» de Stanley Kubrick. Durante años, y después de entregar su visión del futuro en «2001: Odisea al espacio», el excéntrico director británico investigó la vida del emperador francés con la intención de llevarla a la pantalla grande.
Kubrick logró convencer a Oskar Werner, estrella de «Jules and Jim», para el papel de Napoleón y a Audrey Hepburn para que interpretara a Josefina. Pero antes de empezar con el rodaje, el estudio MGM decidió cancelar el proyecto por considerar que el presupuesto era «prohibitivo».
Sin embargo, en 2013, el director estadounidense Steven Spielberg le dijo a la televisión francesa que él deseaba rescatar el proyecto de Kubrick para realizarlo en un formato para TV y que podría ser dirigido por el australiano Baz Lurhmann. El de Mulan Rouse o el de Romeo y Julieta
2. «Caleidoscopio» por Alfred Hitchcock. El maestro del suspenso quiso ir más allá en su carrera después de ver el filme de Michelangelo Antonioni «Blow Up» y propuso hacer un proyecto que tocara los límites de la violencia y el nudismo. – Se imaginan al muy pudoroso Hitchcock, tan jesuita él ¿metiéndose con desnudos? -, no solo desnudos, iba haber desnudos explícitos, violencia, erotismo con inclinaciones homosexuales. Aunque Hitchcock prometió que no costaría más de un millón de dólares, el estudio Universal dejó pasar el proyecto y el legendario director tuvo que guardar una hora de metraje de prueba, con el que se podría hacer una gran película.
Su film de 1972,»Frenesí», que trata sobre la violencia en contra de las mujeres, intentaría más tarde reciclar algunas de las ideas de la fallida «Caleidoscopio».
3. «Leningrado: los 900 días» por Sergio Leone. Leone, el hombre de Western Spaghetti. Después de que terminó «Érase una vez en América», en 1984, estaba detrás de una película de guerra.
Leone se había devorado el libro del historiador Harrison Salisbury, «Los 900 días: el sitio de Leningrado», que hacía un recuento pormenorizado del frente Este durante la Segunda Guerra Mundial.
La historia iba a centrarse en un fotógrafo estadounidense -que encarnaría Robert De Niro-, que de repente queda atrapado en la ciudad soviética durante el asedio alemán.
Leone logró US$100 millones en financiación y además el apoyo del gobierno de la Unión Soviética.
Todo estaba listo para filmar de hecho ya había hablado inclusive con su amigo de la infancia, Ennio Morricone. Pero…en el año 1989 Leone nos dejó a los 60 años por un ataque al corazón.
Otra película maravillosa que no se pudo filmar:
4. «En busca del tiempo perdido», en efecto, la obra monumental de Marcel Proust, el gran Luchino Visconti quiso hacerla en cine. Pero, ¿cómo se hace para meter una novela de siete tomos en una película de cuatro horas? Visconti ya había adaptado para el cine “El Gatopardo” Giuseppe de Lampedusa, en una película de tres horas y media. Pero para hacer en “En busca del tiempo perdido” la situación pareció realmente excesiva, nunca contó con el dinero suficiente.
Un nuevo intento por reflotar la adaptación de la obra de Proust ocurrió en la década del 70, a cargo del director Joseph Losey y con el premio Nobel de Literatura Harold Pinter como responsable del guión, pero ese proyecto también falló.
Las otras películas que nunca se pudieron filmar:
5. «The Moviegoer» de Terrence Malick
6. «El corazón de las tinieblas» de Orson Welles. Esta anécdota es muy curiosa porque; después de la transmisión de la «Guerra de los mundos»(…) la productora RKO le propuso a Orson Welles financiar dos proyectos, con total independencia creativa, con la única condición de que se ajustara a los presupuestos.
Para la primera película, Welles eligió adaptar la novela de Joseph Conrad «El corazón de las tinieblas». Welles se encargaría de interpretrar a Marlow, el narrador.
La idea era utilizar una cámara subjetiva, donde el espectador vería las imágenes desde el punto de vista del narrador. Pero el proyecto resultó muy costoso en su planeación, así que el director decidió concentrarse en la otra película que podía hacer sin problemas: «Ciudadano Kane».
Curioso, pero “El Corazón de las Tinieblas” la logra filmar ya en los 70’ Francis Ford Coppola en su película sobre la Guerra de Vietnam “Apocalypse Now” y después de esto se hizo una versión, ya si respetando el texto de Conrad, para la televisión.
Otra película de Welles que no se llegó a filmar, aunque en este caso hay que poner algún asterisco fue su versión de El Quijote.
7. «Don Quijote» de Orson Welles. Una de las películas que intentó terminar muchas veces y que había empezado en la mitad de los años 50 fue una versión modernizada del clásico de la literatura hispana «Don Quijote».
Aunque tuvo el apoyo de muchos amigos -Frank Sinatra invirtió US$25.000 en el proyecto-, nunca logró tener una versión finalizada de la película. A pesar de ello, el material que fue filmado por Welles fue editado después de su muerte y se ha presentado en varios festivales alrededor del mundo.
Yo en lo personal tengo en un DVD esta versión, que no es la edición final de Welles porque él nunca pudo terminar todos los planos que le hacían falta, todas las escenas que le hacían falta, pero la edición que hicieron póstuma es muy interesante.
Otras películas que nunca se filmaron, también con Don Quijote.
8. «El hombre que mató a Don Quijote». Una curiosa versión que pensaba hacer el británico Terry Gilliam.
9. «Ronnie Rocket» por David Lynch. Tampoco nunca se filmó.
Y finalmente:
10. «Una tragedia americana» de Sergei Eisenstein. El genio detrás de «El acorazado Potemkin» viajó a Estados Unidos buscando nuevas alternativas narrativas y en Hollywood le ofrecieron realizar un proyecto.
A finales de los años 20, José Stalin y el gobierno soviético calificaron a Sergei Eisenstein de «formalista» –por entonces un cargo condenatorio-, lo que obligó al genial cineasta a viajar a otros destinos para buscar nuevas formas narrativas, tanto en Europa Occidental como en Estados Unidos.
En Hollywood se encontró con la admiración de Jesse L. Lasky, que trabajaba en los estudios Paramount y le ofreció, en 1930, hacer una película con un presupuesto de US$100.000, basada en la novela titulada «Una tragedia americana», de Theodor Dreiser.
Seis meses más tarde, Eisenstein tenía un guión listo. Pero Lasky lo encontró deprimente y decidió poner fin al contrato, lo que -en el marco de una creciente presión anticomunista en California- significó para Eisenstein un boleto de regreso a Moscú.