Médico venezolano lidera nuevo tratamiento contra el cáncer

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  Semanas atrás el diario El Universal, desplegó en primera página la noticia sobre avances muy importantes en la búsqueda para la cura del cáncer y el VIH.

  En el mes de Febrero, en la edición de la revista Nature Medicine Journal, se destacaba que investigadores de la Universidad de Loyola habían desarrollado una técnica que enviaba el ADN al sistema inmunológico de manera tal de poder producir proteínas que pudiesen luchar contra las células cancerígenas.

  Por lo general encontramos cualquier cantidad de informaciones sobre el avance de la lucha contra el cáncer, pero éste parece ser uno de esos pasos sólidos.  Y para orgullo nuestro, un venezolano lidera al equipo médico que realiza esta investigación que revoluciona  la batalla contra el cáncer.

  Para nosotros es un placer inmenso poder conversar con el Dr. José Alejandro Guevara, médico inmunólogo e investigador, profesor asociado en la Universidad de Loyola en Chicago, Estados Unidos.

– César Miguel Rondón (CMR): José Alejandro ¿en qué consiste ese descubrimiento que han hecho ustedes?

–   José Alejandro Guevara (JAG): Este descubrimiento, déjame tomarme unos segundos antes. Creo que hay que enfatizar el funcionamiento del sistema inmunológico, el cual nos permite defendernos de enfermedades infecciosas, bien sean virales, parasitarias, también enfermedades malignas como el cáncer.

  El sistema inmune nos permite defendernos y tiene varios brazos que articulan eso, entre ellos están: los anticuerpos, también están las células asesinas, las células tipo T. Esto es organizado a través de un grupo de células que son las células presentadoras de antígenos, las células organizadoras. Esas células tienen una función muy importante: ellas van a través de todo el cuerpo recogiendo información y donde identifican que existe un problema, bien sea una infección, una enfermedad maligna, ellas llevan esa información a los órganos linfáticos, donde los presentan a las células T.

  Dentro de las células T están las células CD8, que son las que se convierten a través de este programa que reciben a través de las células organizadoras, se convierten en células asesinas. Estas células CD8 son muy importantes, las asesinas; ellas tienen la función de ir al cuerpo, identificar, reconocer y destruir aquellas células que estén dañadas, infectadas o sea maligna.

  Para que eso ocurra exitosamente, esas células CD8 deben recibir ayuda inmunológica de un grupo de células, las células CD4.

  Estas células CD4  son de gran importancia. La mayoría de las personas reconocen que en el caso de HIV, donde las células CD4 están comprometidas, los pacientes son inmunocomprometidos, son susceptibles a infecciones, son susceptibles a varios tipos de cáncer. Y esa es una representación importante en el valor de eso.

  En el caso del cáncer, esas células CD4 también pueden estar comprometidas y eso es un proceso evolutivo en el cual el cáncer, los tumores, han aprendido, no sólo a eliminar, suprimir la ayuda inmunológica y así poder eliminar la formación de células asesinas, sino que también las convierten en células supresoras. En otras palabras, las hacen trabajar en beneficio del cáncer, en lugar del beneficio del sistema inmune como tal.

–  CMR: Según esta explicación, José Alejandro, ¿la idea sería fortalecer las CD4?

–  JAG: Eso es una estrategia. La estrategia de nosotros es cómo dar ayuda inmunológica, aún en ausencia de las células CD4. Muchos esfuerzos se han hecho para poder recuperar las células CD4, unos de ellos más o menos exitosos. Nosotros no tomamos esa ruta. Nosotros decidimos dar ayuda inmunológica a las células CD8 a través de las células organizadoras. Como tú lo mencionaste a través de terapia génica.

  Lo que nosotros hacemos y hay que imaginar que las células CD8 tienen receptores en la superficie. Y esos receptores, vamos a imaginar por un instante, que son como un candado, una cerradura. Si nosotros proveemos las llaves adecuadas a las células presentadoras de antígenos, después que éstas interactúan con las células CD8, al abrirse ese candado nosotros reprogramamos a las células CD8, aún en ausencia de células de ayuda. Lo cual, entonces las convierte, no sólo en células asesinas muy efectivas, sino también permite que se forme memoria inmunológica.

  Es muy importante, que en el caso de pacientes con enfermedades malignas, la mortandad es ocasionada por enfermedades secundarias, que vienen posteriores al tumor primario. Lo que queremos, que después de radioterapia, quimioterapia o cirugía, aquellas células que queden, que son las que forman la enfermedad secundaria, el sistema inmune vaya y las destruya, así podemos prevenir la formación de enfermedades metastásicas.

–  CMR: En otras palabras José Alejandro, ¿esto no tendría sentido, antes de la aparición del cáncer? ¿esto es para proceder y atacar duramente, una vez que está detectado el cáncer?

–  JAG: Sí, la idea principal es esa. La idea principal es terapéutica. Existen unos estudios importantes en cáncer de mama, donde se argumenta que la utilización de terapia profiláctica puede ser exitosa. El problema de ahí, es un problema ético-médico. Es decir, cuáles son las consecuencias de someter a un paciente, que no tenga enfermedad, al tratamiento contra una enfermedad. Siempre existen los problemas. Cuando estás atacando un tumor, hay que recordar que estamos atacando a uno mismo y existen los riesgos de autoinmunidad, por supuesto. Esa es la pregunta ética que hay que hacerse.

– CMR: Claro, porque  quimioterapia y radioterapia son procedimientos sumamente agresivos.

–  JAG: Son sumamente agresivos, se basan en la destrucción de células que están proliferando y destruyen preferencialmente las células cancerosas porque son las que más proliferan, pero las células inmunológicas también sufren porque están proliferando.

–   CMR: Ahora, este descubrimiento que han hecho ustedes, el desarrollo de este tratamiento, pasa a ser revolucionario en la lucha contra el cáncer, ¿lo han aplicado ustedes en la Universidad Loyola, cuando se podrá tener una experiencia masiva? y la otra parte de la pregunta, ¿en qué tipo de cáncer básicamente empezaría a aplicarse esta terapia?

–   JAG: Antes de entrar en pacientes es muy importante hacer los estudios que te permitan clarificar los posibles efectos secundarios, la eficacia y los problemas que haya que resolver antes de poderlo hacer en pacientes. Nosotros, en los estudios en animales, en los modelos de melanoma, de cáncer de piel, nosotros en el sistema profiláctico, nosotros lo utilizamos como una medida de eficacia, donde nosotros vacunamos y después colocamos en el tumor. Nosotros tenemos por encima 90% de eficacia.

  En el sistema terapéutico, en el cual colocamos en el tumor primero, pues tratamos a los animales. Nosotros tenemos, aproximadamente, entre 50 y 60% de eficacia. Nosotros creemos que la utilización en pacientes, aquí en los Estados Unidos, podríamos tardar aproximadamente dos años, debido a una gran cantidad de documentación que hay que colocar.

  Así mismo, es importante decir, que estoy en conversaciones con médicos venezolanos, gente muy seria. Estamos interesados en llevar esta misma plataforma a Venezuela y dar el mismo beneficio potencial a los pacientes.

–  CMR: En la medida que esto atacaría y evitaría, como decías el proceso metastásico, ¿valdría entonces para cualquier tipo de cáncer?

– JAG: Sí. La plataforma que nosotros tenemos permite hacerlo independientemente del tipo de tumor. Así mismo, nosotros también hemos desarrollado otro tipo de plataforma, en la cual nosotros podemos atacar varios tipos de tumores. Por supuesto, algunas decisiones se hacen epidemiológicamente, de los más frecuentes a los menos frecuentes, no quiere decir  que haya que abandonar estas enfermedades que son llamadas huérfanas. Esta plataforma permitiría incluir también enfermedades menos frecuentes.

  Al finalizar la entrevista le comentamos al doctor venezolano José Alejandro Guevara, líder de la investigación que se desarrolla en el Instituto de Oncología de la Universidad Loyola en Chicago, que como venezolanos nos sentimos muy orgullosos de  que forme parte, en primera línea, de este equipo que ha llevado adelante estos avances y desarrollos tan importantes en la lucha contra el cáncer.