Publicado en: El Extrabase
Por: Mari Montes
La quinta edición del Clásico Mundial de Béisbol ha sido un éxito por donde se le mire; los estadios se llenaron de fanáticos en Japón y Taiwán, y en Estados Unidos (Phoenix y Miami). La fase de grupos superó con creces el récord de asistencia de 2017, (510.056) al registrar 1.010.999 personas que pagaron sus tickets, cifra aportada por MLB. En Japón, el juego del 10 de marzo entre Japón y Corea, por TBS, tuvo un índice de audiencia de 44.4 %, lo cual lo hace el juego más visto por televisión en la historia del Clásico Mundial de Béisbol en cualquier país.
Más allá de lo que económicamente significan esos números, la mayor ganancia es intangible: Fascinó a los aficionados de siempre y conquistó nuevas audiencias. En lugares como la República Checa o Gran Bretaña, por primera vez presentes en el torneo, el béisbol emocionó, sus equipos compitieron con pundonor y alegría.
En el equipo checo; los únicos jugadores con experiencia en el béisbol profesional fueron Eric Sogard (MLB), y Jan Novak y Vojtech Mensik (Ligas Menores).El resto del plantel, este integrado por profesionales de diversas áreas, por ejemplo: El manager Pavel Chadim, es médico, neurólogo para más señas, el pitcher Martin Schneider es bombero, el jardinero Arnost Dubovy es maestro de geografía, y el coach tercera base, David Winkler, es carpintero. Le ganaron a China y aunque perdieron con la gran potencia que es Japón, pudieron anotar dos carreras. Se ganaron la admiración por su espíritu deportivo, porque llegaron ahí luego de clasificar, siendo mejores.
En Phoenix jugaron: Colombia, Estados Unidos, México, Gran Bretaña y Canadá. Colombia y México demostraron el crecimiento que ha tenido el béisbol en sus países. Ambos cuentan con mas figuras élite, en el beisbol de Grandes Ligas, que las que tienen en las mejores ligas de fútbol.
De Phoenix volaron a Florida.
En Miami, los duelos se dieron más allá del terreno
El grupo estaba conformado por República Dominicana, Puerto Rico, Nicaragua, Israel y Venezuela. Hubo fiesta en las tribunas. Se escuchó merengue, salsa y tambores. Pasillos, tribunas y gradas se llenaron del entusiasmo escandaloso de los fanáticos más ruidosos del béisbol.
El juego entre Estados Unidos y Venezuela, fue especialmente emocionante. Hubo intensidad en el campo de juego, donde ambos equipos se fajaron hasta el final, mientras que en las gradas y tribunas los fanáticos venezolanos se hicieron sentir, en número y en ruido.
Después diría el héroe del juego, Trea Turner, que nunca en su vida había vivido un juego con una bulla tan intensa y sostenida como esa noche. Ya antes lo había advertido el manager Mark DeRosa: “Será un Caracas-Magallanes en esteroides”.
Grand Slam de Trea Turner. Se va arriba el #TeamUSA 9-7. #WorldBaseballClassic | #ElExtrabase⚾️
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Aun al día siguiente, en la transmisión de FOX, por largo rato el tema fue lo que se vivió en La Pequenã Habana en ese desafío entre Venezuela y Estados Unidos. Los fanáticos de Estados Unidos, acostumbrados a que desde la pizarra o los animadores del parque les indiquen cómo animar, se contagiaron y respondieron sin timidez; también armaron su alboroto. Emocionante ver celebrar apasionadamente la victoria.
En el juego contra la selección de Cuba, el ambiente era muy distinto. Se fue por una sola vía, los antillanos nos fueron rival para Estados Unidos.
Un protestante cubano se lanzó al terreno de juego del loanDepot park con una pancarta.
“Libertad para los presos cubanos del 11 de julio”.
Ha habido protestas contra la dictadura cubana dentro y fuera del parque.
📸: @yatanidiamond / El Extrabase. #ElExtrabase⚾️🇨🇺 pic.twitter.com/sGKguJFMZy
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Aunque los organizadores intentaron mantener las protestas contra la dictadura cubana fuera del parque, fue inevitable. Tres manifestantes se lanzaron al terreno portando pancartas pidiendo libertad para los presos políticos del 11 de julio de 2021. El único motivo de tensión del juego, estaba en la tribuna, donde los empleados de seguridad impedían que se mostraran los letreros contra el comunismo.
Otro juego inolvidable fue el de Japón y México; los dos equipos dieron un gran espectáculo.
¡¡¡JAPÓN ESTÁ EN LA FINAL DEL CLÁSICO!!! ¡¡¡QUÉ JUEGAZO!!! pic.twitter.com/WGBysiaj5s
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Por primera vez en Miami se escucharon los tambores japoneses. Una banda de acoplada percusión acompañó a los bateadores, con un ritmo único para cada uno.
Ese último episodio lo abrió Ohtani con doble, su reacción, buscando animar a sus compañeros, también fue sorprendente. Nunca le habíamos visto celebrar así un batazo, un gesto que reveló cuánto significaba la victoria. Ganaron un juego épico, en el noveno inning remontaron para ganare el derecho de enfrentar a Estados Unidos en la final.
La ceremonia de apertura al juego de campeonato, incluyó el despliegue de las banderas de todos los países que participaron en el torneo. Desde los jardines, por las rayas de cal, entraron los dos equipos encabezados por sus capitanes portando sus banderas: Por Estados Unidos, Mike Trout, por Japón, Shohei Ohtani.
Un juegazo emocionante, cerrado. No conocemos a todos los jugadores de Japón, pero lo que habíamos visto ante México se repitió ante Estados Unidos. Ese equipo es un ensamble que cuenta con gran talento y con el jugador más impactante del béisbol, Shohei Ohtani, quien actuó como designado y salió a cerrar el desafío de forma increíble, resolvió por la vía rápida, colgando una K a su compañero Mike Trout, para el último out.
Japón se llevó su tercer trofeo en cinco ediciones.
¡Un último out para la historia! ¡Ponche de Shohei Ohtani a Mike Trout para dar el título a Japón! #WorldBaseballClassic | #ElExtrabase⚾️🇯🇵 pic.twitter.com/cEjcvWNLkO
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En 2026 será el próximo Clásico Mundial de Béisbol, anunció el comisionado Rob Mandred, veinte años después de la primera edición, volveremos a ver estas emociones.
Por supuesto que es un torneo que puede mejorar. La conformación de los grupos debería ser más equitativa; así como en el grupo de Miami había tres equipos como Puerto Rico, República Dominicana y Venezuela, hubo selecciones, como la de Cuba, que llegó a semifinales sin el nivel de otros, algo que fue notable en el juego ante Estados Unidos.
Cualquier evento es mejor si no hay lugar a dudas, los árbitros elegidos no deberían trabajar en los juegos donde está participando la selección de su país y, muy importante, los equipos de las Grandes Ligas deben aplicar menos restricciones a sus jugadores en todas las fases de la competición.
Lo dijeron los peloteros de todas las selecciones, llevar el nombre de sus países en sus pechos es algo demasiado especial. Los vimos jugar con pasión, entrega y compromiso. Fue muy bonito lo que se sintió en estos días.
¡El gran ganador ha sido el béisbol!