Por: Andreina Mujica
La historietista Laura María Guarisco (33 años) ganó el Premio Nacional de Novela Gráfica 2024 por Nido (Editorial Planeta, 2023), una obra que aborda la diáspora venezolana, relatando, a través de un viaje íntimo, los recuerdos de un país convulso que forzó a millones de personas a emigrar en busca de un nuevo hogar. Laura comenzó a dibujar y escribir a los 12 años, motivada por el divorcio de sus padres. «Era sanador», afirma.
En 2016, durante una conversación con su pareja, Laura decidió que debían partir. En 2018, se trasladó a Barranquilla por dos años.
Su madre es deportista de ultramaratones, trabaja en la Universidad Simón Bolívar, tuvo un cáncer y lo venció, es colombiana de origen pero super venezolana, no deja el nido criollo ni en sueños, «Mi madre nació en Barranquilla, mi padre es un abogado italiano, yo tengo solo el pasaporte colombiano. Por cercanía y por ello, decidí emigrar a Colombia», comenta. Sin embargo, encontró la ciudad muy cálida y húmeda, a menos que soplara una brisa intensa. Como arquitecta, consiguió trabajo con un tío, lo cual fue un alivio. Se había graduado en 2013 y pudo comenzar a trabajar en un momento en que muchos de sus amigos se marchaban en masa de Venezuela, lo cual fue muy duro para ella.
En 2014 participó en las protestas en Venezuela. «Fue muy feo, todo seguía en protestas». En 2016, la escasez y la crisis económica empeoraban. A pesar de la distancia, las protestas seguían presentes en su mente. Una compañera fue detenida, y el impacto físico y mental que sufrió la llevó a tomar la decisión de marcharse. Todo esto fue marcando los pasos de Laura, también marcó su cuerpo, con dibujos, viñetas.
Cuando uno deja el Nido
Desde pequeña, a Laura le encanta contar historias a través de dibujos. Lleva ocho tatuajes, entre ellos un ave (una viñeta de Nido) y un lápiz, símbolos que reflejan su conexión con la naturaleza y el arte.
Al llegar a Colombia, retomó su afición por el dibujo. Su novio se mudó con ella a Barranquilla, y mientras trabajaba en una oficina de arquitectos, él tenía dificultades con el clima. Decidieron mudarse a Medellín. Aunque él recibió una excelente oferta de trabajo como observador de aves, Laura no pudo encontrar empleo como arquitecta. Eso la llevó a enfocarse completamente en el dibujo y las historietas. A través de Instagram, amplió su red y se unió a la comunidad de historietistas, publicando su historia como dibujante en prensa hasta en el diario El Espectador. Empezó a narrar la situación en Venezuela a través de sus viñetas, ya que todos le preguntaban sobre la crisis en su país.
Nido
Nido es una historia de ficción inspirada en hechos reales, protagonizada por un joven arquitecto que abandona Venezuela en busca de mejores oportunidades, huyendo de la escasez y la violencia. En su travesía, enfrenta el miedo, la nostalgia y la xenofobia mientras recorre cientos de kilómetros en busca de un nuevo hogar. La historia está basada en experiencias reales, no solo de Ángel, el protagonista, sino también de Laura, la autora, y de millones de migrantes que tuvieron que abrir sus alas para encontrar un nuevo nido. La narrativa incluye saltos en el tiempo y se cuenta a través de aves, una de las cuales marca el momento exacto en que cruza la frontera.
Laura y su pareja comparten la afición por la observación de aves. En una de sus salidas, él le explicó que las aves migran y, luego de un tiempo, regresan a su lugar de origen. «Elegí la reinita de fuego o reinita gorjinaranja (Setophaga fusca) por su canto», dice Laura.
Durante la pandemia, recibió encargos de empresas para dibujar y ya estaba trabajando en el proyecto de Nido. Su primer trabajo fue publicado en Brasil en portugués, tras haber autopublicado antes. En 2019, fue invitada a la Fiesta del Libro, donde conoció a Alessandra Stenfield, quien representaba a historietistas. Su agencia literaria se interesó en la historia de Venezuela y en el cómic que Laura estaba desarrollando. Alessandra la animó a finalizar el proyecto lo más rápido posible.
En 2022, firmó con la editorial Planeta, y en ese mismo periodo se convirtió en madre. «Primero llegó mi hijo Alejandro, que el libro», comenta. Finalmente, al mes de dar a luz, firmó para la publicación de Nido en América Latina. La obra cuenta con doscientas viñetas a color, y se describe como una combinación de texto e imágenes, recordando a Maus, la famosa novela gráfica sobre el holocausto que ganó un premio Pulitzer.
El jurado, compuesto por Hugo Mauricio Ruiz, Lina Patricia Flórez y Paola Andrea Gaviria, destacó la obra por «reflejar un momento histórico actual con una excelente calidad». Nido fue calificado como «un relato real y maduro, con una sólida investigación gráfica y una visión profunda de una crisis que sigue vigente».
Venezuela se narra en todas las disciplinas artísticas, es una tragedia que los venezolanos llevan en el cuerpo, en el alma, en la piel desde hace 25 años.