Rickey, el del uniforme sucio – Mari Montes

Recordando a uno de los peloteros más grandes de todos los tiempos.

Publicado en: El Extrabase

Por: Mari Montes

Rickey Henderson fue la noticia triste del Solsticio de invierno, murió a los 65 años, víctima de una neumonía.

Rickey Henderson nació como Rickey Nelson Henley, nació el 25 de diciembre de 1958, en Chicago, Illinois. Era el segundo de los cinco hijos de la pareja John y Bobbie Henley.

Cuando Rickey tenía dos años de edad, su padre, John Henley dejó a la familia, razón por la que Bobbie se fue a su Arkansas natal, donde se instaló en la granja de su madre, en Pine Bluff.
Después de unos años, Bobbie se mudó a California, dejando a los niños al cuidado de su abuela; buscaba mejores oportunidades para ellos. Una vez instalada, mandó  buscar a su familia para que vivieran con ella en Oakland. En ese tiempo, Bobbie conoció a Paul Henderson, con quien se casó. Él adoptó a sus cinco hijos. Los niños tomaron el nombre de Henderson como apellido, y pronto nacieron dos hermanas, Paula y Glynnes.

Esto lo encontramos en su biografía publicada por la Sociedad América de Investigación del Béisbol, con la firma de Joseph Wancho.

El joven Rickey Henderson se inscribió en Oakland Technical High School y fue una estrella de tres deportes: béisbol, baloncesto y fútbol americano; podría haber ido por cualquiera de los dos caminos: ir a la universidad con una beca completa por su excelencia en el fútbol, o el camino hacia el béisbol en las Grandes Ligas. Aunque su sueño era jugar al fútbol profesional, dejó la decisión en manos de su madre.

Detalla Joseph Wancho: “’Fue una decisión difícil de tomar, pero no la tomé’, dijo Henderson. “Mi madre tomó la decisión. Me encantaba el fútbol; Pensé que podría ser un All-American, pero ella pensó que el béisbol era mejor para mí. Le di la oportunidad de elegir y ella eligió el béisbol’”.

La historia desde entonces, consta en los registros de sus estadísticas: 3.055 hits, 297 jonrones, 2.295 anotadas, 1.406 bases robadas, .401 de OBP y 111.1 bWAR, entre otros números.

Henderson se convirtió en uno de los mejores jugadores de su generación, un bateador sobresaliente y el hombre con más bases robadas de todos los tiempos, 1.406 robos, 468 más que el segundo lugar, en manos del también Salón de la Fama Lou Brock (938).

Dejó anotadas estadísticas increíbles, negoció 796 boletos en su carrera comenzando inning . Si algo no desea un lanzador es abrir un inning con base por bola a Rickey Henderson, pero fue inevitable, pocos comparables a la hora de la disciplina en el home.

Álvaro Espinoza y Henderson fueron compañeros en los Yankees, el venezolano recuerda que Rickey le cortaba el cabello, era generoso compartiendo sus saberes. Álvaro era el campocorto de los Yankees en aquel juego del primero de mayo de 1991, cuando rompió el récord de bases robadas.

Recuerda Espinoza: “Rickey era mi amigo, tanto en el juego, como fuera del juego que tanto amamos que es el beisbol; cuando Rickey rompió el récord de bases robadas, se embasó por medio de un error que yo cometí con una línea sólida que dio hacia mí y no la pude atrapar, ese momento está grabado en mi mente, nunca se me va olvidar, después de ese error se robó segunda y luego rompió el récord robándose la tercera, yo no sabía si molestarme por el error que cometí o alegrarme por Rickey, que le di la oportunidad de que rompiera el récord de bases robadas ese día. Rickey fue un gran amigo, le gustaba enseñar a los jóvenes, fue un gran amigo. ¡Wuao! no lo puedo creer que se haya marchado tan joven. QEPD mi gran amigo”.

Se hizo miembro del Club de los 3 mil hits el 7 de octubre de 2001, el último día de la temporada regular. Fue el año del ataque terrorista a las Torres Gemelas y debido a la suspensión de juegos, aquel calendario se alargó.

El hit 3.000 fue  un doble al jardín derecho frente al lanzador John Thomson, en el primer inning, alineado como primer bate;  de ese batazo, dijo Thomson después: “Le permití tres hits en Colorado. Me alegro de que lo haya conseguido. Me sentiría muy raro si tuviera tres o cuatro turnos al bate y no consiguiera un hit. Ahora, cuando alguien pregunte quién recibió el hit 3000 de Rickey Henderson, la respuesta será ‘John Thomson’”. 

Pocos días después de que Miguel Cabrera alcanzara los 3 mil hits, Henderson le envió una pelota autografiada, dándole la bienvenida al club. Así era él.

Su semblanza en Baseball Almanac resume así su historia en el campo:

“Rickey Henderson se robó 100 bases en 1980; 108 bases en 1983 y 130 bases en 1982. En cada una de esas tres temporadas, The Man of Steal jugó en la Liga Americana y fue el primero y, hasta el día de hoy, el único jugador en la historia con una temporada de más de 100 bases robadas (lo que hizo tres veces).”

Comparto esta cita de Howard Bryant en Sports Illutrated publicado el 7 de junio de 2022: “Hubo un tiempo, en 1990 o 1991, al final del juego, cuando el manager, ya sea Stump Merrill o Bucky Dent, estaba dando instrucciones. Buck Showalter dirigía a los Yankees. ‘Rickey estaba bateando contra nosotros’, recuerda Showalter. ‘¡Cuidando las líneas. No renuncies a nada grande. No dejes que se ponga en posición de anotar!’, indiqué, entonces [Don] Mattingly se dio la vuelta y gritó: ‘¿Para qué? ¡Si batea un sencillo, ES UN DOBLE DE TODOS MODOS!’”.

Rickey Henderson comenzó su carrera en las Grandes Ligas en 1979 y colgó los spikes 25 años después, en 2003.

Fue elevado al Salón de la Fama de Cooperstown en 2009, con 511 votos de los 539 posibles.

Él decía:  «Si mi uniforme no se ensucia, no he hecho nada en el juego de béisbol».

 

 

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