Publicado en: El Extrabase
Por: Mari Montes
Los Tiburones atacaron en el tercer inning con la primera carrera. Yasiel Puig abrió con imparable al jardín central, antes de ese turno se le vio caminar con una molestia que se resintió haciendo una jugada de feria en el primer episodio con batazo de Dawel Lugo. Discutió en el plato con el manager y el trainer, después se supo que le rogó que le dejara batear, a pesar de malestar, porque quería ayudar a la victoria.
Odubel Herrera entró como corredor emergente. Ramón Flores conectó sencillo y ambos avanzaron con sacrificio de Luis Torrens. Ozzie Guillén jugando la pelota que le gusta. Con un solo out, Alcides Escobar la elevó por el jardín derecho para remolcar a Herrera, así que la primera rayitas, en efecto, fue aporte de Puig.
Para destacar que en el cuarto capítulo Leonardo Reginatto recibió un boleto intencional, es un bateador que exige mucho a los lanzadores, disciplinado y paciente.
En el quinto Inning La Guaira produjo dos más. Wilfredo Tovar conectó sencillo y fue impulsado por triple de Hernán Pérez, quien luego anotó con rodado por la intermedia.
En el cierre de esa entrada, sin poder sacar un out, salió César Valdez. Así terminó una dictadura de dos Series del Caribe. En 2023 fue el verdugo de los Leones. Los Tiburones cobraron venganza.
Ricardo Pinto, dominante y con buena defensa de sus compañeros, trabajó 5.2 innings, colgó seis K y salió después de dar un pelotazo a Dawel Lugo y una reunión con Guillén y el trainer. Jorgan Cavanerio entró a relevarlo para terminar la amenaza de los Tigres dominicanos.
Cavanerio fue relevado por Silvino Bracho en el séptimo, dominó a Rivas con ponche, recibió sencillo detrás de primera de Kelvin Gutiérrez, Héctor Rodríguez fue out con fly por el jardín izquierdo y terminó con rolling que capturó con comodidad y elegancia Hernán Pérez para sacarlo en primera con Leo Reginatto.
El ambiente en el parque, con asistencia de 36.677 fanáticos, récord histórico en Serie del Caribe y superando la convocatoria de la Final del Clásico Mundial de Béisbol, celebrado en el mismo escenario, fue electrizante, animaron todo el tiempo. Los Venezolanos fueron clara mayoría y eso se escuchó cuando sonó el Alma Llanera en la versión del Tío Simón. Varias veces corearon el grito de guerra de los escualos: “¡Eeeeh La guaira, uh!”
No es un detalle menor ese récord de asistencia en LoanDepot Park, eso quiere decir que este juego fue más atractivo, superó en más de 600 personas el juego que enfrentó a Estados Unidos contra Japón, es decir: Shohei Ohtani, Mike Trout, Mookie Betts, etc.
El pitcheo ceremonial del desafío estuvo a cargo del líder bate de la Liga Nacional y segunda base de los Marlins, Luis Arráez y el joven lanzador dominicano Eury Pérez. Desde su suite, acompañado de toda su familia, Miguel Cabrera animó cada jugada y cada batazo, alegre, disfrutó como todos en loanDepot park.
Jonathan Aro, Fernando Abad, Neftalí Feliz, Jean Carlo Mejía fueron los relevistas del dirigente dominicano Gilbert Gómez.
El plan del bullpen se ejecutó a la perfección: después de Bracho entró Anthony Vizcaya y para salvar, en el noveno, de nuevo Arnaldo Hernández fue el seguro para sellar la victoria con blanqueo.
Oswaldo Guillén se convirtió en el segundo manager en la historia, con un campeonato en el Caribe, Serie del Caribe y Serie Mundial.
La unión que los hizo fuertes coronó con el trofeo que los confirmó como los mejores del Caribe este 2024.
Ozzie Guillén se unió a Tom LaSorda como los únicos managers con títulos de liga caribeña, Serie del Caribe y Serie Mundial. LaSorda lo hizo con los Tigres del Licey en 1973.
¿Todo salió bien porque hubo “magia” o es que la magia aparece cuando todo se hace bien?
Del LoanDepot park no se quería ir nadie. Por el audio interno se escucharon Los Melódicos y el tema dedicado especialmente para los Tiburones, Tambor Urbano y unos mariachis para darle la bienvenida a la próxima sede: Mexicali.
Cuando tocó irse, porque había que irse, los venezolanos salieron cantando unidos, felices, sintiéndose orgullosos del éxito de su equipo.
Ayer lo que único que no se vio en el estadio de Miami, fue el Ávila detrás de la pared de los jardines.