Seguramente usted la vio. Ocurrió el domingo 27 en la noche. Hasta las nubes del cielo caraqueño fueron generosas.
Pasaban rápidamente cuando pasaban y después dejaban todo el espacio abierto para que la luna nos regalase su espectáculo. Poco a poco vimos cómo esa luna llena empezaba a ser invadida por el extremo inferior izquierdo. Una mancha negra que le iba creciendo hasta que fue tapada por completo. A partir de ese momento, la luna, que para muchos era la Luna Roja o la Luna de Sangre o la Luna Sangrienta, a mis efectos, a mis ojos, se convirtió más bien en una mandarina gigante. De hecho, toda su figura circular desapareció y se volvió una fruta, con las irregularidades de una fruta en su contorno. Y más que roja, la vi anaranjada. Era como una mandarina de verdad, inmensa. Y el efecto dio para que se viese casi tridimensional, como una película de 3D en lo alto del cielo de Caracas. Y parecía que esa inmensa mandarina se podía caer en cualquier momento.
Fue un espectáculo único, extraordinario.
Esa luna es la que cierra la tetralogía, según nos han dicho. Leo esta nota:
El fenómeno natural será el cuarto eclipse y último de la tétrada, lo que cumpliría con la profecía bíblica del apocalipsis o fin del mundo. Han ocurrido cuatro eclipses, este fue el último, entre el año 2014 y el 2015. Según la Nasa este fenómeno se repetirá siete veces en este siglo que apenas estamos comenzando.
Ahora, ¿qué pasa con esa Luna?
En la Biblia, la «luna sangrienta» representa el fin del mundo conocido como Apocalipsis. En la antigüedad, los humanos creían que la luna era roja. Además, existe relación con un pasaje del Antiguo Testamento de la Biblia que, como si fuera un indicio de fatalidad, dice: «El sol se tornará en tinieblas, y la luna en sangre antes de que venga el día grande y espantoso del Señor» (Joel, 2:31).
Para la cultura maya, el eclipse significaba la «lucha» e «ira de los dioses». Para evitar que «el Sol se coma a la Luna», hacían sonar latas y pirotecnia, por lo que ha sido motivo de fiesta durante décadas.
Los venezolanos en estos tiempos vivimos de una manera como tan rara, como tan apocalíptica, que una Luna de Sangre puede significar muchas cosas. Una Luna Roja. Sangrienta. Pero es preferible que usted se concentre en sus propias creencias, sean estas negativas o no, estén estas cargadas o no de optimismo.
Dicen los astrólogos que después de un eclipse se ven consecuencias. Ojalá las que deje este sean esclarecedoras, valga la contradicción. En todo caso, recuerde qué fue lo que vio usted y dele su propia interpretación. Por mí, por el cielo floto una deliciosa y muy dulce mandarina. Que nunca está de más en tiempos de carestía y escasez.
