Publicado en: El Extrabase
Por: Mari Montes
Este miércoles por la noche falleció en Caracas una de las más extraordinarias leyendas del béisbol venezolano, Víctor Davalillo, uno de los mejores y más brillantes bateadores de la historia del béisbol venezolano.
Habilidoso, oportuno y joseador, durante 19 temporadas con los Leones del Caracas, Vitico dejó escritas páginas de verdad gloriosas. Su estelaridad es sinónimo de años exitosísimos, extraordinarios, para los Leones. Estuvo 10 campañas con los Tigres de Aragua y una con Portuguesa.
En nuestros recuerdos imborrables, el segundo de la dinastía Davalillo fue siempre protagonista, no sólo como bateador.
Su genialidad como jardinero, le hizo ganar un Guante de Oro en las Grandes Ligas, en nuestra pelota hizo miles de jugadas estelares: una de ellas quedó para la historia, la célebre atrapada en los tubos del batazo de Bob Darwin, refuerzo de los rapaces, que pudo ser un jonrón de tres carreras y que Vitico decapitó en una jugada impensable y de la que quedó el imborrable recuerdo y una fotografía de Amilcar Ruiz que sirve como prueba para los incrédulos, publicada por el diario Meridiano.
Vamos con el recuerdo: Era el quinto juego de la Serie Final. Luis Peñalver entró a relevar al lanzador panameño Eduardo Acosta para enfrentar a Bob Darwin, quien vino con el Magallanes y fue tomado por las Águilas para fortalecer la ofensiva.
Darwin había dejado récord de 19 jonrones en la campaña regular y sumaba cuatro cuadrangulares en los playoffs.
Era una verdadera amenaza su poder.
Recibió a Peñalver con un batazo sólido. Parecía que la bola desaparecería. El juego estaba 3-2, con dos en las bases.
Todo el parque siguió la trayectoria de la esfera, la inmensa mayoría caraquista ni respiraba. Davalillo tampoco le quitó la vista a la bola y en la zona de los tubos, que en aquel tiempo no tenía ningún tipo de protección, entre el concreto, el metal y los incrédulos fanáticos de las gradas, dio un salto olímpico para atrapar la conexión que pudo ser letal.
El Caracas terminó ganando con pizarra de 4-3, a Peñalver lo sustituyó Diego Seguí, quien salvó el juego para ganar el título después de cinco años sin levantar un trofeo de campeones.
¿Podría decirse que el histórico fildeo hizo posible el título de la temporada 1972-1973 contra las Águilas del Zulia?
¡Hay que decirlo, así fue!
Víctor Davalillo debutó en la temporada 1957-58 y tuvo una longeva historia de 30 campañas en las que dejó .325 de promedio, con 1.505 hits en 4.633 turnos. Nadie lo supera.
Que daría un hit era una certeza.
Inolvidable, Vitico, gracias siempre.
Crédito por la foto: Amílcar Ruíz.