Y vamos a cerrar con Héctor en este homenaje a Héctor Lavoe, por supuesto con el cantante, el tema maravilloso del año 77 en el disco Comedia, donde Lavoe aparecía caracterizado como Charlotte. El tema que le compuso expresamente Rubén Blades y que fue arreglado de manera magistral por Willie Colón.
Héctor intentó cinco años antes de su muerte quitarse la vida. Fue el 26 de junio del año 88, en San Juan. Estaba en el hotel donde iba a tocar esa noche, y decidió lanzarse del noveno piso. Pero no falleció. Quedó muy mal, y fueron cinco años penosísimos, de agonía total.
Cuando por fin falleció, en el St. Clare’s Hospital en Manhattan, Willie Colon escribió esta sentida nota, que publique en un agregado de las ediciones más recientes del Libro De La Salsa y que quiero ahora leer para ti.
Escribió Willie, de Héctor:
“Graduado en la Universidad del Refraneo con altos honores. Miembro del Gran Circulo de los Soneros, poeta de la calle, maleante honorario, héroe y mártir de las guerras cuchifriteras donde batalló valientemente por muchísimos años. Los ‘capitanes de la Mandinga’ lo respetaban. Por eso lo bautizaron ‘El Cantante de Los Cantantes’. Los ‘beginers’ le temían. Cuando se trataba de labia, Héctor Lavoe era un bravo. En cuestiones de negocio, amor y amistad, no lo era. El pueblo fue cómplice en esta tragedia. Héctor le podía mentar la madre a todo el mundo y el público se reía. Lo malcriaron.
La historia de Héctor Lavoe está llena de traiciones y desengaños. El jibarito ‘good lookin’ que volvía a todas las mamis locas, quería también ser un malote de barrio. Con el tiempo, los ‘regalitos’ de sus ‘amigos’ del traqueteo se convirtieron en gruesas y pesadas cadenas. Este fallo repercutió en una serie fatal que al final nos llevó a ese muchacho que le cantó al Todopoderoso con todo su corazón.
También fue traicionado por el mundo del negocio. Disqueros que siguen vendiendo como jeques sauditas, vendiendo sus discos y revendiéndolos en CD’s sin pagar regalías. Mientras Lavoe quedó lánguido en su pobreza, promotores que le ofrecían migajas para poder vender boletos a sus espectáculos, donde exhibían al cantante de los cantantes en su agonía. Impostores, tratando de reclamar la carrera y la memoria de Héctor Lavoe como propiedad personal.
La comunidad latina legal también le dio la espalda, cuando reclamamos de su ayuda para defenderlo contra la explotación. Y yo, que también lo traicioné al no tener el valor de verlo en esa condición.
Willie Colon”.
Por siempre, Héctor Lavoe.
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