El pasado sábado 16 de noviembre, se nos fue Gerry Weil a los 85 años. Gerry fue un ser extraordinario, un músico superior y un ser de luz, que marcó a todos los que tuvimos el privilegio de conocerlo y de compartir con él.
Gerry nació en 1939, en Viena. A los 17 años, como tantos europeos, en la cruda postguerra, llegó a Venezuela. Según cuenta su hijo, él había confesado que, cuando el barco en el que venía llegó a La Guaira, entendió que había colores en la vida. Se enamoró de este país y más nunca se fue. Y murió siendo venezolanísimo, todavía hablaba con su R gutural, pero venezolanísimo.
Por supuesto, esta semana vamos a navegar con música de Gerry.
Lo más viejo que tengo a la mano es de esa experiencia extraordinaria que fue la Banda Municipal que conformó en los tempranos años 70, con Vinicio Ludovic – quien hacía guitarra y trompeta -, los hermanos Richard y Alejandro Blanco Uribe (bajo y percusión, respectivamente), Edgar Saume en la batería y, por supuesto, Gerry con los teclados.
Después de haber experimentado con el rock y el jazz de fusión a finales de los 60, entró en la música venezolana. Y entró de la mano del merengue caraqueño y del vals.
Esto que vamos a escuchar hoy se llama “Emtsa No 3”. En aquellos años 70, Emtsa era una línea de autobuses de la gobernación, y el número 3 cubría una de esas rutas. La idea era buscar una nueva música para la ciudad de Caracas. Este fue su experimento.
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