Quizás el que más le grabó en los tiempos de la salsa a Arsenio Rodríguez fue Larry Harlow. Harlow incluso hizo un disco en tributo a Arsenio poco después de su muerte. Arsenio falleció en 1970, a los 69 años, en San Francisco, California. Él le grabó este tema bajo el título “Tumba y Bongó”, el título original era “Kila, Quique Y Chocolate”: Kila era el tumbador, Quique el bongosero y Chocolate era Alfredo ‘Chocolate’ Armenteros, quien durante un buen tiempo fue la primera trompeta del conjunto de Arsenio Rodríguez.
La letra es interesante, porque él dice ahí: “nadie recuerda que el nuevo ritmo unió la conga y el bongosero”. Y ello porque el conjunto de son tradicional, al estilo de Ignacio Piñeiro y el Septeto Nacional, no tenía tumba, sólo bongó. La tumba venía de la rumba negra. Pues bien, eso lo hizo Arsenio Rodríguez, él es quien mete la tumba para que de allí vengan este tipo de conjuntos más amplios y agresivos, ya no sólo con una trompeta como en el septeto original, sino con dos y hasta tres trompetas. Y de allí surgiría después La Sonora Matancera.
Más adelante también hay una frase que me llama la atención: “ya los profesores notan que en nuestro ritmo falta pingor, cuando, por cualquier motivo, falta la tumba, falta el bongó”. Harlow y los que lo grabaron después, decían: “notan que en nuestro ritmo falta vigor”. Pero no, no es vigor. Escuchen ustedes bien cómo lo cantó Arsenio, diciendo: “en nuestro ritmo falta pingor”. La palabra “pingor” es haciéndole alusión a esa palabra, a ese órgano.
El gran músico que fue, y al cual los salseros le debemos todo: Arsenio Rodríguez.
Escuche también: “No Quiero (Son Cubano)”, de Arsenio Rodríguez
