Una cosa que me llama mucho la atención del disco de Dean Martin, «Cha Cha Cha D’Amour», es el momento en el que se publica. 1962 fue un año difícil: un mes antes, en octubre, se dio la «crisis de los misiles» entre Kennedy y Kruschev, entre los Estados Unidos y la Unión Soviética. El mundo entero estaba a punto de irse a la guerra nuclear, a la gran hecatombe. Fue el bloqueo de Cuba por parte de Estados Unidos, por los misiles nucleares que tenía Rusia, la Unión Soviética, en la isla. ¿Quién quería hablar de la isla? De hecho, desde que Fidel Castro declaró comunista su revolución, occidente, empezando por Estados Unidos, cortó todos los vínculos que pudiese tener (no solo comerciales, sino también culturales) con el gobierno de la isla. Es el año, por ejemplo, en que Stan Getz con Antonio Carlos Jobim y João Gilberto graban el clásico disco de la «Chica de Ipanema», donde se abriría la puerta al mundo de la bossa nova, al mundo de Brasil, cosa que venía bien, si queríamos olvidarnos de Cuba.
Así que, que Dean Martin hiciese un disco cubanísimo, pues era algo contracorriente.
«My One And Only Love» es este tema que, siendo un estándar de jazz, Dean Martin lo grabó al ritmo de bolero.