Hay un documental que se puede ver en streaming, llamado “La Gran noche del pop”, que nos cuenta, narrado por Lionel Ritchie, cómo fue que se grabó aquel tema tan importante “We Are the World”, de USA for Africa. Para poder grabar el tema y reunir a toda esa constelación de artistas, tuvieron que aprovechar la noche en la que se celebraban los American Music Awards, ya que todos ellos iban a estar allí. Entonces, alquilaron un estudio detrás del escenario para que todos, en lugar de irse a celebrar, fuesen a grabar el tema.
Al tener a esta constelación de estrellas tan grande, era logísticamente muy complicado. Había un cartel muy interesante en la puerta del estudio que decía “Leave your ego at the door” – “Deja tu ego en la puerta” -. Además, no podían estar con sus asistentes ni sus managers, porque no cabría la gente en el estudio. Estaban ellos solos, y pasaban a ser como niños desamparados.
Estoy hablando desde Harry Belafonte, hasta Bob Dylan, pasando por un Bruce Springsteen muy joven, por Cindy Lauper. En fin, ¿quién era el único que podía estar al frente de ese proyecto? ¿Quién era el único que podía ser suficientemente respetado como para que cuando alzase la mano, todos hicieran silencio? Por supuesto, Quincy Jones.
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