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El diario El Impulso, en Barquisimeto, trae hoy un editorial extraordinario en primera página, cuyo título ya dice mucho: “Perdió la elección y los estribos”. Lo hemos comentado en el programa y abundan los artículos sobre cómo la reacción de Nicolás Maduro, Diosdado Cabello y varios jerarcas del régimen, luego de la derrota electoral del 6 de diciembre, ha sido, por decir lo menos, penosa. En ese sentido, magnifico un artículo de Leonardo Padrón, “Maduro, el inmaduro”, o el artículo de ayer de Alberto Barrera en El Nacional.
Ciertamente, han perdido los estribos. Por ejemplo, esta declaración de Oscar Schémel, director de Hinterlaces: “El 6 de diciembre triunfo el voto castigo no la oposición. El 6 de diciembre presenciamos un voto castigo no un voto a favor de la oposición, ellos tienen que entender cuál es el significado de la votación”. Explíqueme usted, señor Schémel, ¿usted tiene en su poder la conciencia de los venezolanos? En concreto, palmariamente, hubo un voto a favor de la MUD. Si usted dice que fue un voto castigo y no a favor a de la MUD, ¿por qué no votaron nulo entonces? Pero si le parece delirante la declaración de Schémel, lea la de Mario Silva: “Estamos investigando todo lo ocurrido en las elecciones. Créanme, en este momento estamos es investigando todo desde lo electrónico hasta los votos nulos. Y acuso, se tiene que investigar si hubo o no hubo fraude”.
¡Dios! ¿No se cansaron de decir ustedes que es imposible hacer fraude con las máquinas y el sistema electoral? ¿Como antes no y ahora sí, señor Silva?
Además, la situación interna parece resolverse a dentelladas. Este personaje llamado Fidel Madroñero ahora responsabiliza a Arias Cárdenas de no escuchar las bases del PSUV. Por si fuera poco, en Konzapata.com leo: “El jefe del partido de Lina Ron culpa a Jorge Rodríguez de la derrota. El líder de UPV le pide al alcalde de Caracas que baje el nivel de prepotencia y lo responsabiliza de lo que le pueda pasar a él y a su familia. Una diferencia que al parecer ha superado los límites del debate político.”
En otro portal, Efectococuyo: “Líderes del chavismo critican que se culpe al pueblo por la derrota rojita y llaman a revisar por qué perdieron el 6 de diciembre”. Porque, recordemos, el primero que le echó la culpa al pueblo fue el propio Nicolás Maduro cuando dijo “ustedes votaron contra ustedes mismos”.
Pero donde llega el nivel de delirio mayor es en el caso de José Vicente Rangel, quien se lleva hoy el gran titular en Últimas Noticias: “Conspiración contra el país. José Vicente dijo que Estados Unidos dispuso de miles de dólares para desestabilizar. El periodista indicó que desde el departamento de defensa gringo se creó un centro de información mundial dirigido a Venezuela”. ¿Será ya senilidad? En El Universal le citan: “La oposición debe administrar con prudencia la victoria”. Y dice: “En política las victorias como las derrotas son transitorias y lo que cuenta es el interés nacional”. Una victoria de la MUD tan abrumadora y apabullante que es histórica, ¿es transitoria, Rangel? ¿Y las victorias del chavismo durante 17 años también fueron transitorias?
Lo que esta de fondo en todo esto, es algo que con mucha certeza apuntó Alberto Barrera en su artículo de ayer. Con la victoria del 6 de diciembre se establece de nuevo la alternabilidad en el poder. ¿Qué significa establecer al alternabilidad en el poder? Que se acabó lo eterno. Que, desde Hugo Chávez, el chavismo ha gobernado como si fueran faraones, como si fueran a gobernar por muchos años. Hitler también aspiraba a que el Tercer Reich durara mil años. Sabemos que no llegó a la década.
Pues bien, se acabó la eternidad para el chavismo. Entre muchas otras cosas, eso quedó evidenciado el 6 de diciembre. Ahora, señores chavistas, todos somos mortales y tenemos que vivir con los pies en la realidad.
3 respuestas
Excelente análisis.
EXCELENTE ES LA PURA VERDAD
La racionalidad,vuelve a tomar el poder en la patria de Bolívar,parece ser que los señores cabezas del poder Ejecutivo y Legislativo,a falta de ésta,batallan en la inopia,en la que parece ser han vivido.