Por: Juan Carlos Perez-Segnini Rodríguez
Claudia Sheinbaum llega a la Presidencia de México, al frente de la Alianza Electoral “Sigamos Haciendo Historia”, conformada por los partidos políticos Morena, PT y Verde.
El Movimiento de Regeneración Nacional, Morena, es el mayor partido de México, con significativa diferencia sobre los demás. El Partido de Trabajadores y Partido Verde, hasta esta elección han sido minorías. La Alianza Electoral ganó con el 57% del voto popular, pero reclama un 74% de la composición del Congreso, con cargo a los Diputados Plurinominales adicionales que – según su interpretación de la ley – le corresponden por representación proporcional a sus dos minorías. La Oposición tiene una interpretación distinta. Alega que aquello sería Sobrerrepresentación, que está prohibido en la ley. Morena se apoya en precedentes; la Oposicion, en el espíritu y propósito de la ley. Se juega la Mayoria Calificada, Reforma del Poder Judicial y Poder Absoluto. No es poca cosa. AMLO socava al Poder Judical, que debe decidir la controversia; y observa un conflicto. El Tribunal Electoral está en crisis. Solo hay 5 de 7 Magistrados designados; y debe validar la última elección, antes del 6 de Septiembre, con quórum de al menos 6 Magistrados. Hay Oposicion; y los partidos políticos se desintegran sin poder organizarla, más rápido que en Venezuela. Está complicado.
Claudia Sheinbaum es la próxima Presidenta de México. Hoy lo importante, son las elecciones del próximo domingo 28 de Julio en Venezuela. Claudia Sheinbaum es una esperanza de cambio, en la errática política exterior de AMLO. Será la ocasión de mostrar el rumbo de su política exterior. Será distinta o igual a la del predecesor? Según su Alianza, se quiere seguir con la misma historia. Pero Claudia Sheinbaum luce tener fuerza y criterio propio; y Juan Ramón de la Fuente no es extraño a la diplomacia, para saber defender la democracia con guante de seda y puño de plomo. La defensa de la libertad y democracia fue el pilar de aquella política exterior de México, que no se escondía detras de Genaro Estrada. AMLO de esa forma ha reconocido a sus cuates, afines al socialismo del siglo XXI, pero autocratas y usurpadores. Va En 1939, Cárdenas sí intervino en España: apoyó a los Republicanos, desconoció al usurpador Francisco Franco y le otorgó un nuevo hogar en México, a miles de Españoles.
El próximo 28 de Julio, Sheinbaum y Juan Ramón de la Fuente deben reconocer la victoria que se obtenga de una elección libre y un escrutinio pulcro; y rechazar lo contrario! A pesar de todos los obstáculos, las proyecciones son muy claras. La esperanza es que México se ponga del lado de la verdad; y no se deje llevar por tintes ideológicos, como ocurre con AMLO.
Hay que delatar cualquier intento para descalificar a la Oposición Democrática, a última hora. No debe guardarse silencio! Es un momento de definición para la próxima Presidenta de México; y sabremos el rumbo de su política exterior para los próximos seis años. La historia que hay que seguir haciendo, es la grandeza de la política exterior que México tuvo, cuando promovia democracia y rechazaba la autocracia y la usurpación. La esperanza de Venezuela en Claudia Sheinbaum, es que haga regresar aquella política Cardenista de México, cuando se mantuvo un papel histórico en la promoción de la libertad y democracia en la Región.
Aquella política exterior de México, fue mayor escuela en la diplomacia mundial, de lo que ha sido Itamarati; pero es valiente y se ha agradecido el respaldo de Lula al proceso transparente y la presencia de Amorin. Igual respaldo exige de los socialistas chilenos, que han sido afines al régimen autoritario; y malagradecidos con la democracia que les tendió la mano en 1970s. El desarrollo del derecho de Asilo comenzó con el gesto solidario y humanitario de México en Europa, entre 1939/1940, que desconoció a Franco y acogió a los hispanos de todo sexo y condición, desterrados en Francia luego de la Guerra Civil y la Usurpación Española; y no reconoció al Gobierno de España, hasta la muerte de ese Dictador.
En los años 1950s, México nuevamente ofreció Asilo a los Latinoamericanos desterrados de distintos países, por gobiernos autoritarios, entre ellos Rómulo Gallegos y otros Venezolanos que desde el exterior contribuyeron a deponer al Dictador Marcos Perez Jiménez e instaurar un gobierno democrático. México, entonces, no era el cuate de los gobiernos autócratas.
El 28 de Julio se conocerá la política exterior de la nueva Presidenta Claudia Sheinbaum, con respecto a Venezuela. La inmigración – también es un exilio – se está convirtiendo en México en un tema, que seguro preocupa. Es un país amable y generoso; pero su población ya trae enormes cargas sociales y pobreza. La reacción de México frente al resultado que se anuncie la noche del próximo domingo determinará: si se mantiene la incoherencia de la política exterior de AMLO; o se regresa a la honorable y noble política exterior del Cardenismo. Prueba de fuego. Entre la espada y la pared. Del lado de la democracia o de espaldas a esta. Escondérse detrás de Genaro Estrada es lo que ha hecho México, durante este sexenio. Pero México no hizo eso en 1973 o 1939. Desconoció a Pinochet y a Franco.
La inmigración venezolana ya es notoria en México. Se resuelve atendiendo las causas, decía Sheinbaum en los Debates. La causa en Venezuela, es la desesperanza ante un Régimen autoritario que se ha mantenido por la fuerza durante 25 años, al habérsele entregado en 1999 el Poder Absoluto. México, cuidado! Tomó todo este tiempo llegar a unas elecciones en Venezuela; con sanciones de países amigos. El 28 de Julio debe ganar González Urrutia, con la misma ventaja con la que ganó Sheinbaum – según todas las encuestas serias – como ocurrió en México. Hay que reconocer la elección libre y pulcra; y desconocer otro resultado.
La política histórica de México estuvo siempre del lado de la Libertad y Democracia, desde Cárdenas. AMLO le dió un viraje en 2018, al reconocer el fraude electoral y la autocracia en Venezuela. El 28 de Julio Sheinbaum puede firmar una nueva política, de apoyo a la Libertad!