Hay que sujetarse con inteligencia de la inercia de la ola después del debate para que sirva, hasta el último suspiro, para alcanzar la costa.
Publicado en: La Lista
Por: José Ignacio Rasso
La contienda electoral es un campo de batalla donde existen bastiones que se deben conquistar para mantener viva la resistencia y el ánimo alto entre la tropa. Hay que sujetarse con inteligencia de la inercia de la ola después del debate para que sirva hasta el último suspiro para alcanzar la costa.
A un mes de las elecciones del 2024, la mayoría de las encuestas tienen a Claudia Sheinbaum con ventaja sobre Xóchitl Gálvez para la presidencia de la república. Esa es la realidad, pero no es definitiva.
La ciudadanía tiene en sus manos el desenlace de esta historia, nada está escrito, nada está votado y las sorpresas pueden suceder si el electorado sale a votar de forma masiva y el alto porcentaje de indecisos se decanta de forma representativa por la coalición Fuerza y Corazón por México.
La moneda está en el aire, pero sería un error convencerse de que Xóchitl Gálvez tiene mayores posibilidades de ganar que la candidata del oficialismo. No hay que olvidar que estamos frente una elección de Estado con el piso disparejo. Abrir los ojos ante esta realidad no representa tirar la toalla, sino tomar estrategias finales para mantenerse vivos y en competencia.
La oposición debe plantearse objetivos concretos a los que enfocar sus últimos esfuerzos en pro de no ser avasallados en las urnas, evitar la consolidación del segundo piso de la “transformación”, detener el plan C en el Congreso y mantener el espíritu en pie de lucha por los millones de personas que piensan distinto al obradorismo.
No hay margen de error, al apostar por todo, se corre el riesgo de quedarse sin nada, sin presidencia de la república, sin equilibrio de fuerzas en el congreso, sin gubernaturas y sin voz.
Por el contrario, si se apuesta por objetivos claros donde la coalición opositora tiene probabilidades de ganar quizás se queden con un poco más del pastel electoral y se consoliden como la resistencia que mantenga la esperanza que necesita el país.
Tomar pieza por pieza, municipio por municipio, diputada por diputada y avanzar donde la contienda sea más cerrada.
Me refiero a luchar por bastiones como la Ciudad de México donde Santiago Taboada tiene buenas oportunidades de convertirse en el próximo jefe de gobierno. Estoy hablando de Veracruz donde los escándalos de corrupción de la candidata Rocío Nahle la ponen en riesgo. Me refiero a Estados como Yucatán, Jalisco, Morelos y Puebla donde la contienda está sumamente cerrada y las probabilidades de que gane la oposición son realistas. Me refiero a conservar Guanajuato. Me refiero a concentrar las fuerzas de forma local para tener mayores probabilidades de forma federal.
Me refiero a que las dirigencias de los partidos vean más allá del beneficio propio, de la búsqueda del fuero constitucional y de la defensa de curules previamente reservados.
Me refiero a mantener un solo discurso en contra de los malos resultados en seguridad, salud, educación, polarización, militarismo, mentiras y violencia. Me refiero a abogar por un gobierno de todos y no de una sola facción.
Porque si se suman estas piezas, si se fomenta el voto por los candidatos y candidatas al Congreso y se defiende cada una de las torres democráticas que hemos construido, quizás al final la sorpresa sea más probable y la oposición arme el rompecabezas electoral que parecía imposible.
Por el contrario, si la coalición opositora cree que al apostar todo su arsenal por Xóchitl Gálvez tendrá un efecto cascada en los votos de los Estados y Congresos, me temo que se quedarán con las manos vacías y los curules ocupados por Morena y sus aliados.
Entramos al último tramo de la contienda electoral. Nada está perdido, pero tampoco nada está ganado.
En el último metro de la carrera se puede perder, en el último minuto del partido se puede ganar, en el último esfuerzo por alcanzar la cima se puede caer y en el último suspiro se puede volar.
Salgamos a votar, el resultado depende de todos.