La hora de José Raúl Mulino – Juan Carlos Perez-Segnini Rodríguez

Por: Juan Carlos Perez-Segnini Rodríguez

Concluyó la mediación de Brasil, Colombia y México en Venezuela. Se les dio el beneficio de la duda. Los traen comprometidos, como a los siete enanos de la falsa oposición. Puro circo. En Venezuela la gente ya se cansó del Régimen. El circo ya no funciona. El Show en la Corte Suprema es para engañar a los mexicanos y complacer a quien profana su propia política exterior. México desconoció a Pinochet y a Franco. Amlo ha cambiado esa noble política, para reconocer a Maduro.

Esta semana hubo dos acontecimientos importantes: 1) Los Tres Amigos se dividieron. Dos proponen prolongar la crisis con opciones sin sentido. Amlo reconocerá al Régimen, por los apoyos para sus campañas y el rencor con USA. Sheinbaum es la remota esperanza. 2) La OEA asumió el papel que le corresponde. Dictó la Resolución CP/RES 1261 con 30 de 34 miembros. México, Bolivia, Honduras y San Vicent se ausentaron. Están con el Régimen; y con China, Corea de Norte, Cuba, Irán, Nicaragua y Rusia. Se comienza a definir la región en el conflicto mundial.

La Resolución CP/RES1261 de la OEA exige: i) la publicación de las actas originales, verificación independiente de resultados y resguardo del material electoral; ii) respetar los derechos y libertades fundamentales; y iii) abstenerse de cualquier conducta que pueda comprometer la construcción de una salida pacífica a esta crisis, respetando la voluntad soberana del electorado venezolano. Lo último está dirigido a todas las “partes interesadas” en resolver la crisis, no sólo al cuestionado Régimen. La Resolución pide a estos interesados abstenerse de incurrir en conductas no pacíficas para hacer valer la voluntad soberana del electorado venezolano. Al pedirse esta abstención, la Resolución contempla abiertamente aquel escenario de 1989. El lenguaje de la CP1261 es cándido y extraordinariamente claro. 30 países miembros aprobaron la Resolución con fundamento en la Carta Democrática Interamericana, que busca reconocer la voluntad soberana del electorado venezolano con exigencias para todas las partes interesadas. Si no se cumplen las exigencias para reconocer la voluntad soberana del electorado venezolano, no habría que abstenerse de nada.

Entramos en una nueva fase para hacer valer la voluntad de los venezolanos frente a una dictadura declarada y descarada. Es la hora de José Raúl Mulino, Presidente de Panamá, para expresarle en detalles al Régimen las opciones que el Consejo Permanente de la OEA ha puesto sobre la mesa, para hacer respetar la voluntad del pueblo de Venezuela. Mulino les hablará sereno y firme sobre su propia experiencia. La situación se parece mucho a la que se en vivió Panamá en 1989. Mulino participó directamente en aquel desenlace. José Raúl Mulino fue Ministro de Relaciones Exteriores del Presidente Guillermo Andará entre 1989 y 1994. A pesar de los múltiples intentos, no se logró hacer valer la voluntad del pueblo panameño en una transición pacífica con Manuel Noriega.

Manuel Noriega rehusó negociar una transición pacífica luego de la victoria electoral de Guillermo Endara, que ganó por abrumadora mayoría. Mulino vivió aquel proceso, que hoy hay que recordar. A Noriega se le ofreció amnistía por sus crímenes de narcotrafico y violación de derechos humanos. Pero este asumió la misma actitud arrogante y belicosa que hoy ostenta el Régimen en Venezuela. Noriega optó por aferrarse al poder, por la fuerza, abusando de un pueblo desamparado. Subestimó la posibilidad de su violento arresto, en una operación militar especial en procuración de justicia y en apoyo a la democracia panameña. En 1989 muchos muertos lograron alcanzar la libertad en democracia y acabar con un Gobierno forajido, parecido al que hoy está en Venezuela.

Aquella operación militar fue muy criticada por la OEA y por las Naciones Unidas. Pero el pueblo de Panama está agradecido, dijo su Presidente, por los sacrificios que se hicieron por la libertad. La Resolución CP1261 de la OEA recuerda aquel episodio de 1989 y pide abstenerse de encontrar salidas no pacíficas a la crisis que el Régimen ha creado en Venezuela para desconocer la voluntad ya expresada por los votantes venezolanos el 28 de Julio. El Embajador de Uruguay, Manuel Abdala, recordaba en la reciente reunión de la OEA, que a Uruguay y demás países de la región que sufrieron los horrores de las dictaduras les costó grandes sacrificios sociales y pérdida de muchas vidas para alcanzar su libertad y democracia. Abdala recordaba que los dictadores no se van solos, de buena gana, por cuenta propia o porque reconozcan que perdieron unas elecciones. A los dictadores toca sacarlos… dijo, al apoyar la Resolución CP1261. Entramos en una nueva fase para hacer valer la democracia en Venezuela. Conscientes del espacio de tiempo que se abrirá con las elecciones de Noviembre en USA, Maduro y Cabello se están probando con calma las mismos botas que usaba Manuel Noriega. Las acusaciones por narcotrafico, también les calzan.

Al igual que Noriega, el Régimen piensa que al aislarse de los hechos desaparece el problema. Les dieron oxígeno las últimas semanas y sienten estar bajo un velo soberano, con derecho a disponer del pueblo venezolano por la fuerza. Pero la soberanía reside en el pueblo, no en el Régimen. El pueblo ya se expresó, por abrumadora mayoría. Rechazó al Régimen autoritario y a la influencia Rusa. La Guerra en Ucrania tiene altos costos humanos y económicos. En Venezuela ganó la Oposición democrática y la cultura occidental. No se le puede dejar al adversario militar, una plaza estratégica que la autodeterminación del pueblo de Venezuela ganó legítimamente. El Régimen y los adversarios de la cultura occidental rehusan aceptar esta determinación, para preservar intereses Rusos sobre las reservas petroleras y la posición militar estratégica de Venezuela en la región.

Hay evidencia de que la Oposición ganó en Venezuela con abrumadora mayoría. Las actas de CNE son esa evidencia y aunque no quieran reconocerlas, han sido verificadas por fuentes profesionales. El pueblo votó democráticamente y decidió no ser colonia militar de potencias adversas a la democracia occidental. Decidió que Venezuela está con la cultura occidental. Hasta los familiares del mismo Régimen quieren vivir en el occidente, no en cuba, Rusia, China o Irán. Se va a requerir de la asistencia de países occidentales amigos, que estén con la libertad y la democracia en la región. La lucha es global entre democracia y totalitarismo. La Resolución de la OEA es escandalosamente clara y contempla la posibilidad de una accion no pacífica para hacer respetar la voluntad del electorado venezolano. José Raúl Mulino tiene la experiencia vivida en carne propia, para hablarle al Régimen con absoluta claridad y rescatar la democracia en Venezuela. Con paciencia, inteligencia y determinación se logrará en Venezuela el cambio que su pueblo decidió.

 

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