Karina Sainz Borgo: “No creo en las literaturas nacionales” - Rafael Osío Cabrices

La lengua del primer autor global – Karina Sainz Borgo

Publicado en: ABC

Por: Karina Sainz Borgo

La lengua del primer autor global

El lenguaje en Conrad sobrepasa lo idiomático. Él enuncia la jerga del mar y retrata una Europa a punto de colapsar

Hijo de una familia de la élite intelec tual polaca, Joseph Conrad llegó al mundo en Berdichev, una ciudad del imperio ruso que ahora es Ucra- nia. Su padre, traductor de Shakespeare y Victor Hugo así como activista nacionalista, fue represaliado por la Rusia zarista y murió en el exilio de tuberculosis, fruto de la incle- mencia de los trabajos forzados en Siberia. Huérfano a los 12 años, el novelista vivió en Leópolis y Cracovia, y se enroló como tripu lante del buque Mont Blanc, al bordo del que conoció Italia y Marsella…

Luego de huir del servicio militar ruso, se radicó en Inglaterra. Allí se nacionalizó bri- tánico y se hizo capitán de la marina mer cante. Adoptó el inglés como lengua de crea ción. En ella escribió los libros por los que acabaría siendo reconocido como el gran re novador literario. Además del francés, su se gunda lengua, así como del alemán, el ruso, el neerlandés y el malayo, que también cono cía, Conrad dominó el lenguaje marítimo, el del terror, el simbólico y el narrativo. En él conviven muchas más capas de significado.

El peso de la oralidad en su prosa bebe de un oído inquieto del aventurero. También procede de la necesidad de comprender el alma humana en todos sus registros. A su so- briedad estilística se le atribuye una voca- ción poética que el escritor Javier Marías re- lativizó al afirmar cuánto rechazo le produ- cía a Conrad ese género literario. Las decisiones estilísticas de Conrad hacen visi bles los aspectos remotos y oscuros del alma humana. Excava, interpreta y traduce.

El lenguaje en Conrad no se ciñe a lo idiomático. Va mucho más allá. Le interesa lo sub- jetivo, lo ajeno, lo remoto. El corazón de las tinieblas’ y ‘Lord Jim’ retrata un encuentro, a su manera forza- do, con el otro. Su uso de len- guas extranjeras, su deci- sión de escribir en inglés y su recepción a través de la traducción lo con- figuran, acaso, como el primer autor globa- lizado o al menos una primera expresión de tal cosa. ‘Lord Jim, publicada en 1900 por en- tregas, relata una tragedia usando para ello a Marlowe, el mismo narrador de El corazón de las tinieblas. Es la disposición al relato, la sencillez y efectividad de lo oral.

La realidad humana que retrata anticipa el malestar de la civilización y retrata la crisis del alma humana vista por la naturaleza del aventurero. ‘El espejo de mar’, los ensayos marítimos de Joseph Conrad, traducidos por Javier Marias, demuestran hasta qué pun- to sus vivencias como marinero en Francia y más adelante en la marina mercante britá- nica lo configuran. La relación entre el hom- bre y el mar en una época en que la llegada del vapor amenaza a los barcos de vela re- crea una relación parecida a la que vive el lenguaje en una Europa en pleno proceso de disolución. La modernidad anticipa un des- calabro.

Su última novela ‘Línea de sombra’ fue pu- blicada durante la Gran Guerra, cuando el continente entero y parte de sus jóvenes se enrolaron en un viaje a hacia la muerte. Algo de ellos hay en ese capitán que, poco después de asumir el mando de su primer barco, que- da varado en un mar sin viento, con una tri- pulación atacada por la fiebre. La crisis lo obligará a cruzar la frontera difusa que se- para la juventud de la edad adulta. Retrata una generación enfrentada al desastre. Esa comprensión global de los lenguajes de su propio tiempo, ya fuesen simbólicos o cultu- rales, lo convirtieron en universal.

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