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De niño me divertía mucho viendo las ocurrencias de Los Tres Chiflados, Larry, Curly y Moe. Estas ocurrencias eran graciosas porque, en definitiva, daban siempre vueltas sobre un mismo punto, y de ese girar y girar absurdamente sobre un mismo punto, surgían el sinsentido, la hiladridad, los disparates, las chifladuras. Si de niño me divertía mucho con las ocurrencias de los Tres Chiflados, de adulto, ya en la tercera edad, me molesta que traten de burlarse de mí con tretas parecidas. ¿A qué me refiero? A girar y girar absurdamente, sin sentido alguno, sobre un mismo punto.
Hoy Últimas Noticias titula: “Las firmas nos dieron la victoria”. ¡Caramba!, Carabobo casi suena a poca cosa ante la nueva hazaña. “El presidente Maduro aseguró que la rectificación de Obama se debió al masivo apoyo recibido en Venezuela y el mundo.” Lo que el presidente Maduro llama la rectificación de Obama, está en el hecho de que Obama dijo: “Venezuela no es una amenaza para nosotros y nosotros no somos una amenaza para Venezuela”. Ya antes había aclarado el Departamento de Estado que, cuando se dice “Venezuela es una amenaza”, esto no es mas que un mero formalismo. Para proceder a las sanciones, las leyes en los Estados Unidos exigen esta declaración como requisito previo. Habría que reclamarle a Estados Unidos que no haya sido suficientemente claro desde el comienzo. Pero los americanos pensarían que no tenía ningún sentido explicar lo obvio.
Pues bien, lo obvio, como en el caso de los Tres Chiflados, pasa a ser ahora el motivo de la alharaca. Según Maduro, Obama reculó, y él ahora obtiene una gran victoria. Además presentó 10.408.083 rúbricas que fueron certificadas, en un 98,7%, por el Consejo Nacional Electoral.
¡Qué Consejo Nacional Electoral tan rápido! Como bien dijo Capriles, ojalá la señora Tibisay Lucena pudiese exhibir la misma celeridad en otras circunstancias, en otros procesos. Pero me pregunto: ¿cuando la señora Lucena certifica el 98,7% de 10.408.083 rúbricas, verificó también los 3 millones que ayer presentó Jorge Rodríguez? Los 3 millones de firmas cubanas. ¿Ella pudo certificar desde Venezuela, en tiempo record, 3 millones de firmas que venían de Cuba? Y si 3 millones vinieron de Cuba y Evo Morales se supone que aportó otras, más las firmas que, según alardeó Rodríguez, llegaaron de muchos países, ¿cuántos de esos 10 millones, entonces, son firmas de venezolanos? Todo esto asumiendo que, en efecto, hay 10 millones de rúbricas. Que, por cierto, no irán a Panamá, porque, dijo Maduro: “Las firmas estarán en archivo histórico bajo custodia de la Defensoría del Pueblo (…) Si no deroga el decreto va a ser el error más grande que Obama haya cometido, meterse con el pueblo de Bolívar.”
En fin, provoca ser niño de nuevo y ver Los Tres Chiflados.