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La primera página del diario El Carabobeño se ocupa de otro diario, del diario El Universal, y publica con mucho despliegue una caricatura de la gran Rayma Suprani, que debió salir ayer en El Universal y no salió por censura. Que un diario independiente publique en primera página la caricatura que debió salir en otro diario independiente, habla de algo muy extraño que se está viviendo en los medios, en este caso en particular en los medios impresos.
La nota de El Carabobeño dice:
Esta es la caricatura que se me censuró hoy en El Universal. La que se publicó es de archivo», escribió Rayma en su cuenta @raymacaricatura de la red social Twitter.
La caricatura en cuestión muestra a los próceres independentistas de ambas naciones, Francisco José de Paula Santander y Simón Bolívar bajo el título «La Gran Colombia», y debajo, con parecidos a Charles Chaplin, los rostros de los actuales presidentes, el venezolano Nicolás Maduro y el colombiano Juan Manuel Santos, y lo titula «La Gran Comedia».
Alude con ello a una supuesta farsa que parece atribuirle al encuentro que ambos gobernantes sostuvieron hace dos días en la ciudad colombiana de Cartagena, en un cónclave para ahondar inicialmente políticas contra el contrabando fronterizo, pero que adicionalmente decidió una batería de medidas económicas.
La denuncia de Rayma se produce al día siguiente de la renuncia a El Universal tras cuatro décadas de labor de la periodista Marta Colomina, «en solidaridad con 14 compañeros censurados o despedidos» tras la operación de compraventa, según escribió hoy asimismo en Twitter.
El 5 de julio, el Jefe de Redacción de El Universal, Elides Rojas, escribió en su columna que Abreu Anselmi, representante en Venezuela de Epalisticia, se comprometió personal y públicamente ante periodistas y trabajadores a respetar la línea editorial de el diario, la cual no sufriría cambios. El tiempo ha demostrad,o sin embargo, que no les hablaron con la verdad. La caricatura que sustituyó a la censurada no tenia mayor trascendencia.
Otro diario independiente, esta vez Tal Cual, también se ocupa de la situación de El Universal y también, curioso, por medio de una caricatura de Roberto Weil. El caricaturista nos muestra la torre de El Universal y arriba en esa torre una inmensa guillotina. De esta han caído cabezas; cada cabeza habla de algún tema en particular: corrupción, violación a los Derechos Humanos, escasez, presos políticos, delincuencia, traición a la patria. Temas que no se abordan ya, según el criterio del caricaturista de Tal Cual, en El Universal.
Días atrás, también a propósito de una primera página harto elocuente a nuestro entender, hicimos un comentario sobre el dramático cambio en la línea editorial de El Universal. Usted podrá argumentar que, en definitiva, se trata de una empresa y las empresas se venden así como se compran. Y el nuevo dueño, pues tiene todo el derecho a manejar la empresa a su criterio. Es cierto, eso puede ser así. Pero que un diario, sobre todo un diario como El Universal, que se ha hecho a pulso durante más de un siglo, de repente cambie de una manera tan abrupta no deja de ser una bofetada, no solo para sus trabajadores y periodistas, sino sobre todo para sus propios lectores. Porque en definitiva de lo que se trata es de información. Todos los venezolanos, todos los ciudadanos de este tiempo, tenemos derecho a información, a la más alta, importante, abundante y completa información. Y esa es la que se nos está cercenando.
Fue el cambio en la Cadena Capriles, fue el cambio en el canal Globovisión, ha sido el cambio en tantos medios. Y El Universal, muy a pesar de lo que declaró en su oportunidad Abreu Anselmi, va por un camino sin duda muy penoso.