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Hubo expectativas como nunca antes. Todos pendientes de lo que iba anunciar Nicolás Maduro en su ya muy retrasada comparecencia ante la Asamblea Nacional para presentar la Memoria y Cuenta del año 2014. La prensa nacional hoy, en su casi totalidad, se vuelca sobre esas palabras. Para la gran mayoría de los editores, resulta que lo fundamental del anuncio fue que iremos a un sistema cambiario de tres mercados y se aumentará en 15% el salario mínimo. 25 bolívares diarios de aumento, alguien sacó ya la cuenta. ¿Qué hace usted con 25 bolívares más cada día? Eso es otra cosa. Y del tema de los mercados cambiarios lo importante, en definitiva, es saber si eso pulverizará -ahora sí- al dólar paralelo o a dónde nos va a llevar esto.
Por lo pronto, por ejemplo, el titular en el portal de lapatilla.com dice: “Maduro anuncia descomunal devaluación sin decir a cuánto”. Que es lo que estaría detrás de todo esto.
Por otra parte, el presidente hizo ayer anuncios políticos. Todo se fue en medidas sociales como la Gran Misión Hogares para la Patria, Misión Jóvenes para la Patria Robert Serra; 400.000 viviendas -una cifra que no se ha alcanzado en ninguno de los 16 años de revolución-, inversiones especiales en infraestructura; se incorporarán 300.000 nuevos pensionados en la Gran Misión Hogares de la Patria. En fin, anuncios, anuncios y más anuncios, pero como bien han comentado algunos especialistas, no tiene dinero para satisfacerlos.
En el fondo, el presidente defraudó en la medida en que no anunció nada concreto, y una vez más se empeñó en ver una realidad muy distinta a la que padecemos todos los días los venezolanos. ¿Ejemplos? Vamos al discurso del presidente.
El mandatario comenzó con una andanada muy fuerte contra sus adversarios y dijo: “Frente asesinos, conspiradores y golpistas, democracia, pero con justicia, paz con justicia”. Solicitó, entonces, un minuto de silencio por la memoria del diputado Robert Serra, asesinado el año pasado. Y para Maduro, según su discurso, el único muerto, el único asesinado en el país fue Robert Serra. Ni una sola palabra para los miles y miles de venezolanos que han muerto por la violencia y la inseguridad. Solo Serra.
“Hay que ser bien osado para desconocer realidades como las que tenemos en Venezuela, desconocer la existencia de una Asamblea Nacional sólidamente constituida, donde una mayoría respalda el proyecto revolucionario y legítimamente de acuerdo a los votos de un pueblo. Desconocer realidades como que el liderazgo legitimo constituido activo en 20 de 23 estados está en manos de gobernadores y gobernadoras, fieles y leales y trabajadores de la revolución bolivariana”. Allí dice, más o menos, tengo respaldo, represento a un gobierno que tiene un respaldo abrumador en el país. Todo para rematar en este punto: “Que Maduro tiene 80% en contra, está bien, bien muy bien. Yo creo que 150 -acotó con desparpajo-. Lo que si estoy seguro es que el pueblo chavista le va a dar una gran victoria a la memoria de Hugo Chávez en las elecciones que se hagan este año para la Asamblea Nacional, no tengo duda de eso”. Esta confesando que sólo sobrevive gracias a que se protege en la inmensa mampara que es la herencia del comandante eterno.
Cuando vamos ya a las referencias más concretas tenemos lo siguiente. El presidente no se atrevió a dar una cifra exacta de la inflación del 2014: “A pesar que tuvimos un decrecimiento económico de 2,8 y una inflación muy alta por encima de 64, hay factores inducidos con la idea de destruir nuestro país”. ¿Quiénes quieren destruir al país? Maduro se empeña en confundirse él con el país. “Yo soy el país”, es lo que pareciera subyacer en su criterio.
¿Pero quiénes son estos enemigos que él tiene o el país tienen? Leo: “Yo estoy planteando cambiar el modelo de distribución y comercialización de la economía venezolana porque en ya casi dos años como presidente, la guerra económica que se ha hecho contra el pueblo para derrocarme lo han hecho principalmente grupos mafiosos vinculados a la distribución de productos, a la comercialización de productos de primera necesidad, lo sé”. Y viene la gran amenaza: “A partir de mañana arranca la ofensiva de revisión de todas las distribuidoras del país y de todos los mayoristas de este país. Vamos apretar la mano, el que quiera trabajar bienvenido, pero el que quiera sabotear vamos apretar con la ley todo lo que podamos, pido el apoyo del pueblo”.
Hay algo curioso, Maduro insiste en que las colas son ficticias, que estas son armadas intencionalmente. Y llegó a afirmar, inclusive, que habían detectado y aprehendido a una persona que había comprado 300 veces en 15 días. Alguien se tomó la molestia de sacar la cuenta y esta persona tendría que haber hecho 20 compras diarias. El día, presidente, tiene 24 horas y uno por lo general pasa más de una hora en una cola.
Por otra parte, entrando en las medidas económicas propiamente, soltó ideas extrañas, como esta con relación al tema de la gasolina: “No nos hace falta el ingreso (por la gasolina), es una exageración, pero es pedagógica la exageración. Claro que hace falta el ingreso” ¿Hace falta o no hace falta, presidente? En todo caso, dijo que hay que discutir el aumento de la gasolina. Arreaza lo explica después, dijo, y terminó pidiéndole a la Asamblea que discutiera el asusnto. Pilatos, pues, también visita el Capitolio.
Por otra parte, según afirmó, todas las medidas en materia económica son transitorias. No sabemos, pues, cuánto tiempo van a durar. Pero lo peor vino cuando se refirió al precio del petróleo. Reconoció que este no volverá a 100 dólares el barril: Y cuando él habla del precio del petróleo reconoce que: “No volverá, así que tenemos que producir, sustituir importaciones, generar nuevas fuentes de divisas para el país. O lo hacemos o lo hacemos pero tenemos que hacerlo.”
Pero no dijo nada en concreto de cómo lo vamos hacer, cómo vamos a sustituir importaciones, cómo vamos a generar más fuentes de divisas, sobre todo si lo único que hizo fue amenazar a la empresa privada.
Y para remate esto: “Pero nunca nos faltará Dios. Dios proveerá y conseguiremos y hemos conseguido recursos para mantener el ritmo del país”. Las reacciones de estupor y sorna no se hicieron esperar. En El País de Madrid: “Maduro encomienda a Dios el destino de la economía venezolana” En Caracas, El Nuevo País: “Dios proveerá”; igual La verdad en Maracaibo.
Como dice el economista José Guerra: “Conclusión del mensaje de Maduro no trajo un solo dólar de la gira”.
En fin, ¿Dios proveerá? Como nos escribió un oyente: “De ahora en adelante las planillas de Cadivi se presentarán en la iglesias”.
Un comentario
Dios proveerá, y quién podrá defendernos del hampa…