[sonido]https://soundcloud.com/6j86-producciones/el-rehen[/sonido]
Dicen que una imagen vale más que mil palabras. Esto es exacto si vemos la portada del diario Tal Cual en la mañana de hoy: Un hombre está flotando en el espacio, es un fotograma de la película Gravity, donde se aferra a un cable el pobre de George Clooney que está a punto de soltarse para quedar a la deriva flotando por la eternidad. En la imagen de Tal Cual, sin embargo, con cara de susto y pavor, labios apretados por el vacío en el que se encuentra, no está George Clooney, está Nicolás Maduro. “Perdido en el espacio”, ese es el título. El drama está en que el señor no está perdido en el espacio, está perdido en Venezuela. Y a su desidia, a su falta de capacidad para enfrentar los problemas, le toca el presente más oscuro, duro y difícil que haya vivido la economía venezolana.
Cuando nos asomamos a la prensa nacional y regional, en estos tiempos de compra de medios donde algunos diarios solo se dedican hacer propaganda oficialista, Últimas Noticias titula: “El sacudón genera expectativas”. El diario Vea: “Los cambios garantizan la soberanía alimentaria”, según dice Nicolás Maduro. Frase que tiene poco que ver con la realidad, y mucho menos con lo que él dijo el martes. El presidente presentó menos Ministros, es verdad, pero presentó curiosamente más Vicepresidentes, lo que no deja de ser una contradicción o un disparate.
¿Pero por qué dice Maduro que los cambios van a garantizar soberanía alimentaria, en un país donde se importa todo y donde la producción se ha venido abajo? La empresa privada, Fedecamaras, por ejemplo, advierte que postergar las medidas económicas necesarias nos va a llevar a una debacle, a agravar la situación. Ante esto, casi con gritos de esquinero, Maduro responde -leo de la página de Unión Radio-: “Están esperando que yo lance un paquetazo, –es decir la oposición– están como locos. ¿Son locos o qué? No se dan cuenta que aquí hay una revolución socialista”.
Entonces, si aquí lo que hay es una “revolución socialista”, pues entendemos que, sencillamente, el señor Maduro apretó el acelerador hasta el fondo y el carro lo va a lanzar por el barranco. El carro del país, el autobús donde vamos todos los venezolanos.
El Nacional nos advierte que “los cambios en la estructura burocrática, son las modalidades de dirección vigentes en Cuba.” Y para allá es para donde va el régimen. Se impusieron los radicales, fueron derrotados los llamados pragmáticos y la élite militar se consolida y aumenta la participación. En la misma página: “Ahora 33% de las carteras y los ministerios que manejan más recursos son dirigidos por miembros de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana: Economía, Finanzas y Banca Pública, Interior y Justicia, Industrias, Transporte Aéreo y Acuático, además de la Vicepresidencia Económica y la Corporación Venezolana de Comercio Exterior.”
Marta Colomina declaró el pasado domingo: “El presidente Maduro es rehén de los militares más corruptos”. No sé si son los más corruptos, no sé si todos son militares, pero lo cierto es que el presidente Maduro es rehén. Rehén de ideologías anacrónicas y fracasadas. Es rehén de un problemón político y económico que definitivamente se le fue de las manos. Basta este dato para entender la gravedad donde flota el Presidente. Dice Tal Cual: “Tres cambios en el gabinete lleva Maduro en apenas 16 meses”. Es decir, no confía en nadie, no sabe qué hacer con su equipo humano. Por lo pronto, esta como George Clooney, perdido en el espacio. Pero esto, lamentablemente, no es una película con final feliz.