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La oyente Isolda Salvatierra nos escribe un tuit: “Si no encontraron armas en Uribana se las llevaron para donde los trasladaron”. La deducción es pertinente, a propósito de una noticia insólita que viene hoy en la primera página del diario El Nacional: “No han encontrado armas en la cárcel de Uribana. Sólo dinero quemado y droga”.
¿Dinero quemado? Dice la nota: Al cabo de 3 días, los funcionarios del Cicpc, la Guardia Nacional y el Grupo de Respuesta Inmediata del Ministerio de Servicio Penitenciario no han podido localizar el escondite de armas que construyeron los reclusos. Hoy habrá visita para los 229 presos que quedan en el área Rodeíto. El canciller Elías Jaua declaró que la ONU se precipitó con su declaración.
Bien, ocupémonos primero de estas armas que no aparecen. Una masacre en la que fallecen 60 personas, fue una batalla campal. Ya el abogado Carlos Nieto Palma, de Una Ventana a la Libertad, nos había dicho que sólo hubo 2 guardias nacionales muertos. Lo cual da una idea de que entraron, pues, a mansalva en contra de los reclusos. Y ahora dicen que no encontraron armas de los estos. ¿Será que no tenían armas los reclusos y por ello vino la masacre?
Cuesta creer que en una cárcel venezolana no haya armas en poder de los reclusos. Esos tiempos en los que se alarmaba la sociedad porque en el Retén de Catia había tantos chuzos decomisados, y no sé cuántos chopos de fabricación casera, son tiempos del pasado. Ahora son armas largas, FAL, granadas, en fin… ¿Y cómo llegan esas armas allí? Esa es una pregunta que nadie ha respondido todavía, aunque más de uno, por lo visto, sospecha la respuesta.
Pero esto es insólito. ¡Que en tres días no hayan podido encontrar las armas del escondite que hicieron los presos! Es decir, ¿ustedes saben que sí hubo un escondite pero no lo encuentran? Esto parece un juego macabro y terrible. Esto forma parte de la torpeza, la ineficacia y la falta de gerencia.
“Varela anuncia ‘cayapa judicial’”, dice el diario El Impulso. Eso no es nada, lo que preocupa de verdad y alarma es el antetítulo: “Liberación masiva de recursos para combatir el hacinamiento”. Amigos que nos están escuchando en Fama, allá en Barquisimeto, y amigos de todo el país que nos están escuchando por todo el Circuito Éxitos, fíjense a lo que estamos sometidos ahora. Dice la nota de El Impulso, allá en la capital larense: En vista del hacinamiento presente en los establecimientos penitenciarios a los cuales fueron trasladados los reos desalojados de Uribana, el Gobierno adelanta otro operativo de liberación masiva –eso lo declaró la ministra Iris Varela–. Precisó que en los próximos días el Poder Judicial y la Fiscalía realizarán nuevas jornadas de “cayapa judicial” con la intención de evaluar los expedientes de los privados de libertad, no sólo de los trasladados, con el fin de otorgar medidas alternativas a los procesados o condenados por delitos, cuyas penas son menores a 8 años de prisión.
Esta señora, de verdad, es lo más nefasto que ha pasado en estos nefastos 14 años de Gobierno. Es increíble su incapacidad, su torpeza. Cada día se bate ella su propio récord, el récord de torpeza que impuso el día anterior. ¡Liberación masiva en las calles! De manera que el problema que no pudo resolver en las cárceles, ahora nos lo echa a nosotros, a la ciudadanía; con lo cual, usted entenderá, se va incrementar en cifras terribles, inaceptables, angustiantes, el delito y todos estos males que vivimos por la inseguridad.
Yendo a lo otro, el señor Jaua, Canciller de la República, dice que la ONU se adelantó a opinar sobre Uribana. ¿Quién sabe? Lo cierto es que el Gobierno que usted representa señor Jaua, se ha retrasado, ¡y de qué manera!, con las explicaciones sobre Uribana y, más grave aún, resolviendo el problema penitenciario en general.