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Uno va con emoción ciudadana, se para frente a la máquina, vota con conciencia, emocionado por lo que significa el hecho de votar, sale el papelito, uno lo revisa, lo dobla cuidadosamente, pone en ese papelito todas las esperanzas y lo mete en la caja. Esa caja después termina precintada, envuelta en papel plástico y lanzada en un barranco, como se ve en la prensa de hoy. Las denuncias llueven de todo el país. Cajas abandonadas, cajas quemadas, en fin.
¿Saben?, de verdad es como para molestarse, como para arrecharse. Toda la intención ciudadana termina en candela o abandonada. Entonces, hay dudas, hay una votación muy estrecha. Se pide el reconteo para despejar las dudas. El señor Maduro dijo el mismo domingo que él estaba dispuesto. Pero después cambió de parecer. Ayer, Capriles narra la conversación que tuvo con Maduro. Hoy le cita El Universal: Capriles relató que le hizo planteamientos a Maduro el domingo tras el anuncio de los resultados, y él dijo que tenía que consultar. Y Capriles con razón se pregunta, -como nos podemos preguntar todos los venezolanos- ¿A quién le consulta? Yo no sé a quién consulta.
De allí el gran titular de El Universal: Capriles llama a reflexión “a los que mandan allá”. Dando ya por descontado que quien manda no es Maduro. ¿Quién es entonces el que de verdad tiene la oreja de Maduro en su bolsillo? ¿Quién es el que controla su conciencia, su voluntad? ¿A quién le obedece? ¿Está en nuestro país o está fuera de nuestro país? ¿Es hombre, es mujer? ¿Es una persona o son varios? ¿A qué intereses obedece, a qué intereses responde?
Lo cierto es que Maduro está iniciando una gestión gubernamental con el peor pie. Pareciera que hubiese ganado con más de 2 millones de votos de ventaja, no con esos escuálidos 200 mil. Y por su falta de formación dice disparates como “la mitad mayoritaria y la mitad minoritaria”. Si son mitades, joven Maduro, es porque son idénticas. Y es lo que está ocurriendo en el país. El diario El Mundo se lo dice muy claro en su titular: “Venezuela en dos pedazos se pone difícil de gobernar”.
Lo que usted tiene por delante, Maduro, es sumamente delicado, y usted no se ha dado cuenta de eso. Usted no es Chávez, usted no ganó por 2 millones de votos, la diferencia no es 60%-40%, la diferencia es puntos, puntos pequeños, escuálidos, pocos. Y usted está jugando al infierno, a la violencia. Dice: “Quien pretenda vulnerar la mayoría en democracia lo que está es dando o llamando a un golpe de Estado”. ¿Se ha dado usted cuenta de la incongruencia, señor Maduro? Precisamente pedir el reconteo es una manera de afirmar la democracia.
Y para agravar la situación ahora viene el chantaje de la violencia, y es delicado. Leo acá un tuit de Andrés Izarra: “A nada le temen más esas hordas fascistas dirigidas por #Caprilesfacista que a los motorizados del pueblo, habrá que organizar algo mañana”. Mañana es hoy. Para hoy Capriles ha pedido manifestaciones ante las sedes regionales del Consejo Nacional Electoral para pedir el recuento de votos. Y mañana una gran marcha ante el Consejo Nacional Electoral, en Caracas, para exigir lo mismo.
A ver, ¿dónde está el pecado? Contemos los votos y así, despejando las dudas, resolveremos una crisis política que se nos puede ir de las manos a todos.