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Leopoldo López Gil, padre de Leopoldo López, escribe hoy un artículo en El Nacional donde recuerda a Andrés Eloy Blanco y su famoso poema “Cuando se tiene un hijo”. “Cuando se tiene un hijo se tiene al hijo de la casa y al de la calle entera”. Así comienza el artículo: “Hace años escribió esto Andrés Eloy Blanco cuando como hoy los venezolanos luchábamos contra la tiranía.” El artículo se extiende hablando del drama de los niños en la calle, los niños que terminan siendo el nutriente de esta delincuencia atroz que nos está llevando por delante. Pero en el fondo López está hablando como el padre que tiene en este momento a un hijo preso.
En la primera página de El Nuevo País le vemos junto a su nuera, Lilian Tintori, extendiéndole la mano a un Guardia Nacional. La instantánea no nos permite saber si el Guardia le contestó, le estrechó la mano o no. Pero este gesto de una mano extendida que por ahora no tiene respuesta, es el reflejo patente del drama que se está viviendo en el caso de Lepoldo López y en el de tantos presos políticos. El juicio contra López es insólito, sencillamente a la defensa no le permiten que presente pruebas. ¿Qué clase de juicio puede ser ese? Hay un ensañamiento contra López, hay un ensañamiento contra Ivan Simonovis y contra todos los demás presos políticos del país. Y así como Ivan Simonovis ha visto deteriorarse su salud a lo largo de estos casi 10 años, ya López también empieza acusar cierto malestar físico, según leo en la primera página de El Nacional: “Leopoldo López tiene ya problemas en la vista”. El cuarto es oscuro, solo lee y hay poca luz tanto natural como artificial.
Cuando un régimen viola de manera tan flagrante los derechos de un prisionero, no es un régimen democrático. Lo que está ocurriendo con los presos políticos, el ensañamiento contra ellos, nos dice mucho del talante sectario, autoritario, vengativo de este régimen que nos tiene a todos condenados. Por ejemplo, como bien dice Lorenzo Mendoza con el tema de las captahuellas: “Las captahuellas castigna a 28 millones de venezolanos por un grupito de delincuentes.” Es más fácil castigar a todos que castigar a los delincuentes.
¿Por qué esa es la lógica del gobierno? ¿Por qué no castigar a los delincuentes en beneficio de la inmensa mayoría de los venezolanos? ¿Por qué se procede siempre al revés? Si seguimos hilando fino vamos a terminar evidenciando que el gobierno está del lado contrario de la mayoría de los venezolanos. ¿Y por qué será eso entonces?
Recordemos que Lorenzo Mendoza -como bien apuntaba nuestra productora Lila Vanorio- había plateado, hace ya un buen tiempo, su disposición para comprar o alquilar las plantas procesadoras de harina en manos del gobierno. En esa oportunidad colocó en una mesa un paquete de Harina Pan, y junto a este colocó también las otras harinas que produce el gobierno. Dijo: denme todas esas plantas y yo las pongo a producir. Ayer Lorenzo Mendoza inauguro una nueva línea de producción de Harina Pan en Chivacoa, y allí reveló que todavía no ha tenido respuesta a la solicitud que planteó.
El gobierno no parece interesado, por lo visto, en producir. Y ya todos lo han dicho, la única solución al problema del contrabando y del bachaqueo es producir, producir cada vez más. Luis Rodríguez, el presidente de la Asociación Nacional de Supermercados y Afines (ANSA), en declaraciones en El Universal dice: “Con la aplicación del sistema biométrico no aparecerán los productos en los anaqueles porque el problema de la escasez en el mercado nacional solo se soluciona con un alza de la producción y la revisión del control de precios”.
El gobierno concluímos entonces, no está interesado en ninguno de estos puntos. ¿En qué está interesado el gobierno? Si usted tiene la respuesta, se lo agradecemos.